Hot!

Oscar Martínez y Soledad Silveyra se lucen en el retrato de una crisis, con el cine porno como marco.

Ella está casi obsesionada con la debacle económica familiar.


Ve cómo se le viene encima y aprovecha toda oportunidad para recordarle a su marido que está haciendo malos negocios, que vive de ilusiones y que es un negador. El, ya no la soporta. Y en esta oposición se va quebrando el largo matrimonio de dos que alguna vez se amaron mucho y que probablemente se siguen queriendo.
Que el negocio en cuestión sea el cine porno es, en Condicionados (miércoles a las 23, por El Trece), casi un decorado. Pintoresco, por cierto, propicio para situaciones grotescas, graciosas o patéticas. Pero, pasado el primer capítulo de este unitario de Pol-ka, queda claro que, para la dinámica que propone esta pareja, tanto hubiera dado que se tratara de un parripollo, un locutorio o cualquiera de esas “salvaciones” eternas que los nuevos tiempos se llevaron puestas.
Sin embargo, para recortar y llevar al primer plano los vaivenes normales de una pareja fuera de lo normal fueron necesarios dos actores como Oscar Martínez y Soledad Silveyra, como Dicky James y su esposa, Lorna. El, máximo referente del cine triple X en la Argentina, dueño de una empresa que cumple 30 años, alguna vez ganador de premios internacionales del género... Pero ya no. Ella, la compañera de sus sueños, la que siempre puso el hombro, la consejera, la madre de sus hijos, la que fue su gran estrella. Pero ya no.
Dicky y Lorna no pueden parar de pelear (tal vez la insistencia en el recurso haya sido el único punto débil del capítulo), mientras sus hijos, ya grandes, intentan vidas paralelas, pero también vinculadas a la pornografía. Charo (Julieta Zylberberg) vende juguetes eróticos en una sala de la casa/estudio familiar, mientras a Darío (Guillermo Pfening) le toca la parte creativa: los guiones de las películas de papá. No fueron ellos quienes aportaron los conflictos, sino otra hija de Dicky, fruto de una relación muy pasajera (Angela Torres), que se suma un poco a la fuerza a la vida hogareña de los James. Y Darling (Leticia Bredice), una pornostar también en decadencia, que vivió en Europa, vuelve a ver qué pasa por acá, y empieza a coquetear con Dicky.
Si a Bredice su Darling todavía no le permitió mayor lucimiento, se destacó claramente la composición de Silveyra, y llamó la atención Bárbara Lombardo, como stripper con aspiraciones de actriz. El tono hot, de todos modos, después de varios años de “Bailando por un sueño” , se vio hasta algo naif.
 

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