Recogidos clásicos frente a melenas sueltas, y una tendencia a la naturalidad en los maquillajes
Es la noche mágica del cine, la noche en la que todas las miradas se concentran en la alfombra roja que da acceso al Kodak Theatre. Los vestidos que eligen las actrices para deslumbrar en la gala de los Oscar son analizados al detalle, al igual que las joyas, los complementos y, como no puede ser de otra forma, también los 'looks' de las actrices. Y es que un buen peinado y un maquillaje acertado contribuyen -¡y de qué manera!- a convertir la elección en todo un acierto.
En esta ocasión, como sucede casi siempre, hubo hueco para un apuesta ganadora: los recogidos. Moños bajos, sencillos y muy femeninos, clásicos italianos, o colas de caballo -como la que lució Nicole Kidman- se pasearon en la entrada del Kodak Theatre.
Y frente a los recogidos, melenas sueltas, extralisas, muy naturales, como las elegidas para la ocasión por Gwyneth Paltrow o la esperada Penélope Cruz.
Otras actrices también optaron por la melena suelta, pero cuajada de grandes ondas abiertas, que caen sobre uno de los lados del rostro. Fue el caso de la triunfadora Natalie Portman, Amy Adams o Marisa Tomei. Y frente a las melenas largas, también se vio a actrices como Halle Berry, Helen Mirren o Michelle Williams presumiendo de pelo corto, una de las tendencias de la temporada.
¿Y el maquillaje? Parecía haber una consigna: la naturalidad. Labios en tonos discretos, adornados con un sencillo toque de gloss y miradas suaves, tan sólo destacadas por trazos de eye liner y pestañas XXL. Apenas alguna concesión al rojo en los labios, por parte de la maestra de ceremonias Anne Hathaway o de la veterana Sharon Stone
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