Detrás de la charla trivial que surge apenas se saludan, existe una complicidad natural nacida hace años. Es que Gonzalo Valenzuela (33) y Benjamín Vicuña (32) se conocen desde la adolescencia, cuando ambos recién comenzaban a transitar el camino de la actuación. Por ese entonces, tenían sólo 20 años y un departamento en Santiago de Chile, pequeño reducto donde compartían dormitorio y el sueño de convertirse en actores de renombre. La suerte estuvo de su lado. No sólo triunfaron en su propia tierra, sino que también conquistaron a los argentinos gracias a sus trabajos en la televisión local. El desembarco en Buenos Aires también los llevó a enamorarse de dos de las mujeres más lindas de nuestro país. Junto con Pampita Ardohain (33), Benjamín se convirtió en padre de Blanca (5) y Bautista (3). En tanto, Gonzalo formó familia con Juana Viale (29), con quien tuvo al pequeño Silvestre (3).
Mientras corren rumores sobre un nuevo embarazo de Juana, Gonzalo se muestra esquivo frente a la pregunta obligada sobre la llegada de un nuevo hijo. Sí, en cambio, abre el juego para contar cómo comparte con Benjamín –y su familia– días de asado, partidos de fútbol y fiestas de fin de año. Y, por estos días, el escenario también. Es que ambos serán los protagonistas de la versión teatral de la famosa película danesa La celebración, que en unos días se estrenará en el Teatro Lola Membrives.
–Esta no es la primera vez que trabajan juntos. ¿Cómo se llevan sobre las tablas?
Gonzalo: Creo que no hay nada más placentero que hacer teatro con amigos, ¿no? Hay una energía distinta, muy cómplice y no hace falta fingir ni actuar demás.
–¿Cuándo y cómo se conocieron?
Gonzalo: Estudiando teatro, así empezó la historia de nuestra amistad. Al tiempo, nos enteramos de que nuestros padres habían sido muy amigos y después terminamos compartiendo un departamento en Santiago.
–¿Cómo fue la convivencia?
Benjamín: ¡Terrible! La pasamos tan mal que lo borré de mi memoria. [Se ríe.]
Gonzalo: No, en serio. Eramos muy trabajadores. Teníamos 20 años y tremendas ansias de empezar a actuar profesionalmente. El camino de un actor es muy duro y, a veces, un poco solitario. Pero nosotros siempre nos apoyamos mutuamente y acá estamos.
Benjamín: Yo le agradezco a la vida la posibilidad de haber conocido a Gonzalo. Su historia, tan cercana a la mía, me ayudó a no creerme tanto el cuento de la fama. De repente, salía a la calle y las chicas me pedían autógrafos. Ver que a Gonzalo también le pasaba lo mismo me hizo sentir que, en realidad, yo no tenía nada de especial.
–¿Cómo describirían su amistad?
Benjamín: Es una relación que nace de la admiración y del cariño. El es un tipo con mucha visión y madurez para enfrentar cualquier situación y proyecto. Yo confío plenamente en Gonzalo.
Gonzalo: Para mí es muy importante la lealtad y la confianza y esas son cosas que a Benja le sobran.
–¿Comparten salidas en familia?
Gonzalo: Sí, todo el tiempo. Pero también nos pasa que no nos vemos en diez meses por cuestiones de trabajo y, de repente, nos juntamos para pasar fin de año.
Benjamín: También solemos organizar asados y partiditos de fútbol… Ojalá algún día nuestros hijos sean tan amigos como nosotros.
Gonzalo: Uy, ¡te imaginás! Bautista y Silvestre, la tercera generación de chantas. [Se ríen.]
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