Este año, dirá más adelante, fue “muy intenso”: después de 11 años, se reencontró con Nicolás Cabré (31) y el amor que se tenían de amistad se transformó en uno de los más intensos y verdaderos; en mayo decidieron sellar ese amor y pasaron por el registro civil al que le sumaron una fiesta con toda la pompa en un complejo de Pilar, que quisieron vivir en la más hermética de las intimidades; y en septiembre ella quedó embarazada. Todo parecía un cuento de hadas, pero semanas más tarde, el el cuento encontró el peor de los desenlaces. Eugenia perdió su embarazo de dos meses. Sumida en una gran depresión, se alejó de las grabaciones de “Los únicos” y su personaje en la versión teatral fue realizado por Jimena Accardi. Hoy, después de haber tocado fondo, Eugenia se anima a romper el silencio. “Más allá de todo lo malo que pudimos haber vivido en el medio de tanta alegría y tanto amor, mi balance del año es positivo. Creo que por algo pasan las cosas y está bueno pensarlo desde ese lugar. Después de todo, así es la vida: por un lado te quita y por el otro te dará, y está todo bien”, dice con los ojos vidriosos. Es que si bien siente que ya lo tiene superado, la pérdida de su embarazo no deja de ser, como dice, “el momento más doloroso y triste” de su vida. “Pero bueno, -reflexiona- yo siempre trato de sacarle las cosas buenas a las malas, algo hay que aprender de todo eso. Hay que seguir adelante, mirando siempre al futuro. Siempre que haya amor y respeto va a estar todo bien”, sentencia cual mandamiento, para agregar: “Lo importante es que todo esto nos fortaleció, y que estamos súper enamorados”
No obstante, para seguir adelante ella sabe que necesita un impasse, un parar para poder cicatrizar las heridas. “Fue un año larguísimo, de mucho trabajo. Justo ahora se cumple un año de grabación de ´Los únicos´ y estamos todos agotados. Además, el teatro, que como todo éxito,trajo estrés y cansancio emocional. Y con todo lo que me pasó además, el casamiento en el medio... Fue un año muy movido. Por eso, en lo único que pienso es en tomarme vacaciones. Y después con tranquilidad y la cabeza más fresca analizar las propuestas. Pero ahora, no puedo pensar ni en mañana, menos en el año que viene. Hay propuestas para hacer ficción y teatro, pero no puedo pensar en nada hasta enero. En principio, el descanso sería lo ideal tanto para la salud mental como para la física. Estamos muy cansados, fue un año muy intenso”, insiste quien sólo busca en la playa ese remanso donde aprender a volver a empezar.
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