El actor habló con la revista ¡Hola! Argentina sobre todo lo vivido este movido y difícil año. Además, su amor por Juana Viale, el hijo que esperan y su dramática historia familiar.
Gonzalo Valenzuela ilustra la tapa de la última edición de la revista Hola! Argentina y allí habló de todo en un mano a mano. En uno de sus años más difíciles, el actor abrió su corazón como pocas veces.
“Fueron muchas vivencias que no vamos a olvidar nunca y, gracias a eso, estamos en proceso de construcción”, arrancó Valenzuela. Y sumó: “Tengo dos niños y espero que no haya nada en la vida que pueda destruirme, porque si yo caigo, son ellos los que más van a sufrir. Tengo la obligación de ser fuerte por el amor a mis hijos, a mi familia…”
Respecto a su rol de padre, comentó: “Yo quiero a Ambar (8, la hija mayor de Juana Viale) como si fuera mía, y ella lo sabe. Somos una familia ensamblada. Ella tiene a su papá, que es un divino, pero vive conmigo desde que tiene 2 años. Tenemos una relación muy profunda, aunque está clarísimo que su padre es Juan (De Benedictis). Todo el tiempo busco que se vean lo máximo posible, porque tengo muy buena relación con él, hasta jugamos al fútbol… Siempre le digo a Ambar: 'Tenés dos papás que te aman, sos una chica de suerte'. Y ella me mira como diciendo: 'Estás loco' (risas)”.
“Deseo seguir construyendo mi familia, que se vuelva cada día más sólida, aprendiendo de todo lo que nos tocó vivir”, continuó. “¿Si el amor lo perdona todo? Tal vez. Yo no soy quién para asegurarlo, pero es loquísimo lo que uno puede llegar a hacer por amor. Yo soy muy honesto con lo que siento y sé que también puedo cometer errores, que no soy perfecto. Tal vez, para algunos, pude haber actuado como un tonto, ser el mejor hombre del mundo o simplemente un romántico. Pero yo actué con Juana desde la sinceridad, desde lo que sentí verdaderamente. Aunque me vi muy humillado por algunos programas de televisión, sé que nunca le hice mal a nadie, y eso me hace ir con la cabeza en alto y para adelante”.
Sobre la incondicionalidad de sus sentimientos, describió: “Creo que en la vida uno tiene un gran amor y para mí es éste. Ojalá pueda mantenerse, pero si no es así, igual va a seguir siendo mi gran amor”, dijo el actor. Y añadió: “¿Qué creo que está por venir? Calma, pura alegría, y la llegada del nuevo bebé… Una felicidad inmensa, difícil de poner en palabras. Una verdadera bendición”.
Sobre las terribles pérdidas que tuvo que afrontar a lo largo de su vida (como la muerte de su hermano mayor, la de sus padres y la de su propio hijo Ringo), sorprendió con una visión madura y piadosa sobre el tema: “Tuve la mala suerte o la buena suerte… Es que la muerte te enseña, es parte de la vida, está presente todo el tiempo. Hubiese dado lo que fuera para que no me pasara todo lo que me pasó, pero me tocó. A la muerte hay que aceptarla, no entenderla, pero yo aprendí mucho y pude sacar ventaja del dolor”, cerró.
Gonzalo Valenzuela ilustra la tapa de la última edición de la revista Hola! Argentina y allí habló de todo en un mano a mano. En uno de sus años más difíciles, el actor abrió su corazón como pocas veces.
“Creo que en la vida uno tiene un gran amor y para mí es éste que tenemos con Juana. Ojalá pueda mantenerse, pero si no es así, igual va a seguir siendo mi gran amor”En el repaso de su tumultuoso 2011, las fotos de Juana Viale con Martín Lousteau a los besos desataron un escándalo que -tristemente- terminó de la peor manera: a los pocos meses, murió el hijo que Gonzalo esperaba junto a la nieta de Mirtha Legrand. Fueron muchas las cosas que el chileno debió afrontar, con intenso coraje. Y ahora, más tranquilo y reflexivo, realizó las confesiones más intimas en lo que se asemeja casi a un balance de fin de año.
“Fueron muchas vivencias que no vamos a olvidar nunca y, gracias a eso, estamos en proceso de construcción”, arrancó Valenzuela. Y sumó: “Tengo dos niños y espero que no haya nada en la vida que pueda destruirme, porque si yo caigo, son ellos los que más van a sufrir. Tengo la obligación de ser fuerte por el amor a mis hijos, a mi familia…”
Respecto a su rol de padre, comentó: “Yo quiero a Ambar (8, la hija mayor de Juana Viale) como si fuera mía, y ella lo sabe. Somos una familia ensamblada. Ella tiene a su papá, que es un divino, pero vive conmigo desde que tiene 2 años. Tenemos una relación muy profunda, aunque está clarísimo que su padre es Juan (De Benedictis). Todo el tiempo busco que se vean lo máximo posible, porque tengo muy buena relación con él, hasta jugamos al fútbol… Siempre le digo a Ambar: 'Tenés dos papás que te aman, sos una chica de suerte'. Y ella me mira como diciendo: 'Estás loco' (risas)”.
“Deseo seguir construyendo mi familia, que se vuelva cada día más sólida, aprendiendo de todo lo que nos tocó vivir”, continuó. “¿Si el amor lo perdona todo? Tal vez. Yo no soy quién para asegurarlo, pero es loquísimo lo que uno puede llegar a hacer por amor. Yo soy muy honesto con lo que siento y sé que también puedo cometer errores, que no soy perfecto. Tal vez, para algunos, pude haber actuado como un tonto, ser el mejor hombre del mundo o simplemente un romántico. Pero yo actué con Juana desde la sinceridad, desde lo que sentí verdaderamente. Aunque me vi muy humillado por algunos programas de televisión, sé que nunca le hice mal a nadie, y eso me hace ir con la cabeza en alto y para adelante”.
Sobre la incondicionalidad de sus sentimientos, describió: “Creo que en la vida uno tiene un gran amor y para mí es éste. Ojalá pueda mantenerse, pero si no es así, igual va a seguir siendo mi gran amor”, dijo el actor. Y añadió: “¿Qué creo que está por venir? Calma, pura alegría, y la llegada del nuevo bebé… Una felicidad inmensa, difícil de poner en palabras. Una verdadera bendición”.
Sobre las terribles pérdidas que tuvo que afrontar a lo largo de su vida (como la muerte de su hermano mayor, la de sus padres y la de su propio hijo Ringo), sorprendió con una visión madura y piadosa sobre el tema: “Tuve la mala suerte o la buena suerte… Es que la muerte te enseña, es parte de la vida, está presente todo el tiempo. Hubiese dado lo que fuera para que no me pasara todo lo que me pasó, pero me tocó. A la muerte hay que aceptarla, no entenderla, pero yo aprendí mucho y pude sacar ventaja del dolor”, cerró.
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