¡Se veía venir! Pese a que hizo lo imposible para sostener su noviazgo con el actor, la rubia no logró evitar la ruptura
En el número 517 de Paparazzi, el primero de octubre, se anunció la separación. Y se desmintió allá, más allá, y también en ese otro lado. Lo mismo sucedió, en su momento, cuando se dio la primicia del romance. En ambos casos, el final de la historia es conocido.
Esta semana se mudó a un complejo de departamentos en Núñez .Y aunque su ex se muestra solo, la afinidad con su compañera de elenco ya no es un secreto: andan juntos . Ya no pueden engañar a nadie
En las charlas de café –escenario propicio para las confidencias masculinas– suele escucharse que la mujer, ante la eventualidad de una separación, elabora el duelo mucho antes de que suceda la ruptura. “Pero el hombre es distinto”, se dice de costado, taza en mano, mientras se baja la cabeza y se alza la mirada, arqueando una ceja. “Piensa que está todo bien, y cuando se quiere acordar… ¡chau! ¡Alpiste! Y agarrate, papá”.
Tal vez la fama, y el consiguiente acoso de las fanáticas, alejó a Luciano Castro (36) de los cafés porteños. Por eso habrá olvidado hace tiempo las verdades pronunciadas en dichos recintos. Porque en el noviazgo que durante casi dos años mantuvo con Sabrina Rojas (31), la historia –por él escrita– fue bien distinta.
Ya que estamos, señora, si anda por la cocina ponga a calentar la pava para hacerse un café, justamente. Llegó el momento de saber cómo sucedió todo.
Uno más uno, ¡tres! En el verano de 2010, Rojas llegó a la temporada teatral de Valientes (recordemos el tridente formado por Mariano Martínez, Gonzalo Heredia y el propio Castro) estando de novia. Y en igual condición, se fue. Claro que en diciembre arribó a Mar del Plata al lado de Juan Pablo Inigizian; mientras que en marzo dejó la ciudad de la mano de su compañero de elenco. Cuatro meses después, Sabrina y Luciano probaron la convivencia. Y al amanecer del primer aniversario, se distanciaron. Si bien la reconciliación fue tan repentina como la pelea, lo interesante fue el motivo de la disputa: los celos que le ocasionó a la mendocina la aparición de Romina Gaetani (34).
Paparazzi.com.ar
En el número 517 de Paparazzi, el primero de octubre, se anunció la separación. Y se desmintió allá, más allá, y también en ese otro lado. Lo mismo sucedió, en su momento, cuando se dio la primicia del romance. En ambos casos, el final de la historia es conocido.
Esta semana se mudó a un complejo de departamentos en Núñez .Y aunque su ex se muestra solo, la afinidad con su compañera de elenco ya no es un secreto: andan juntos . Ya no pueden engañar a nadie
En las charlas de café –escenario propicio para las confidencias masculinas– suele escucharse que la mujer, ante la eventualidad de una separación, elabora el duelo mucho antes de que suceda la ruptura. “Pero el hombre es distinto”, se dice de costado, taza en mano, mientras se baja la cabeza y se alza la mirada, arqueando una ceja. “Piensa que está todo bien, y cuando se quiere acordar… ¡chau! ¡Alpiste! Y agarrate, papá”.
Tal vez la fama, y el consiguiente acoso de las fanáticas, alejó a Luciano Castro (36) de los cafés porteños. Por eso habrá olvidado hace tiempo las verdades pronunciadas en dichos recintos. Porque en el noviazgo que durante casi dos años mantuvo con Sabrina Rojas (31), la historia –por él escrita– fue bien distinta.
Ya que estamos, señora, si anda por la cocina ponga a calentar la pava para hacerse un café, justamente. Llegó el momento de saber cómo sucedió todo.
Uno más uno, ¡tres! En el verano de 2010, Rojas llegó a la temporada teatral de Valientes (recordemos el tridente formado por Mariano Martínez, Gonzalo Heredia y el propio Castro) estando de novia. Y en igual condición, se fue. Claro que en diciembre arribó a Mar del Plata al lado de Juan Pablo Inigizian; mientras que en marzo dejó la ciudad de la mano de su compañero de elenco. Cuatro meses después, Sabrina y Luciano probaron la convivencia. Y al amanecer del primer aniversario, se distanciaron. Si bien la reconciliación fue tan repentina como la pelea, lo interesante fue el motivo de la disputa: los celos que le ocasionó a la mendocina la aparición de Romina Gaetani (34).
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