Con la peste acechando el poblado, Vicente está convencido que su propio sacrificio es la única salida posible.
¿Puede un sacrifico humano evitar la muerte de todo un pueblo? Eso parece pensar Vicente, el personaje que Antonio Grimau personifica en Herederos de una venganza. Mañana a las 21:30, en El Trece, se sabrá si permanece con vida o no Vicente.
Es que Vidisterra se encuentra acechada por la peste y su conciencia le indica que un sacrificio es la única alternativa posible. Le entrega su vida a la Logia en pos del bien común.
En un pueblo dependiente de manera absoluta del trabajo vitivinícola, una peste que avanza y que contamina la tierra es sinónimo del fin. Más aún cuando ese mal se transfiere también a los pobladores.
La incertidumbre crece y nadie tiene soluciones antes este mal, de ahí la idea de un sacrificio ritual. Vicente, convencido de que es el verdadero culpable de todo lo ocurrido, cree también que es capaz de solucionarlo de esta manera heroica.
Pero la Logia, lejos de aceptar de manera sencilla esta solución, va más allá. Secuestran a Antonio (Luciano Castro), lo llevan a la antigua cava y, maniatado, lo obligan a presenciar el sacrificio de su padre. El morbo crece, la tensión también.
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