El Dios del humor. Jugará a ser el Creador en el primer capítulo del regreso de “Los únicos” Además de su participación en TV, en 2012 hará tres obras de teatro, radio y viajará por el mundo, ritual que cumple dos meses al año.
Puede haber un tema puntual para charlar, pero sería un desperdicio no escuchar -y reproducir, que es un modo de compartir- todo lo que tiene para decir sobre todo. No es que opine de lo que quiera, opina de lo que sabe. Y, cual ensayo de monólogo, desgrana ordenadamente su hilván de pensamientos, sin perder el hilo. Puede empezar con una frase sobre sus vacaciones y terminar, un minuto y medio después, hablando del nazismo y no porque sí. Sabe relacionar, sabe abrir el juego y convertir una entrevista en un rompecabezas ordenado. Al que, encima, condimenta con humor. Quién si no Enrique Pinti, el próximo Dios de la TV.
No busca ser ése un elogio. Es un anticipo de lo que se verá en el primer capítulo de la segunda temporada de Los únicos , la tira de Pol-ka que emitirá El Trece a partir de febrero. De traje blanco y zapatillas, será quien espere en el cielo -un cielo parquizado, por cierto- a Axel, el personaje de Nicolás Cabré, que el año pasado, en el último capítulo, quedó tendido e inconsciente por el alcance de una bomba.
‘¿Habrá muerto ?’, se preguntó más de uno. Más allá de que el agente irrompible -ése era su don en la brigada- sea protagonista de la segunda parte de la historia, será el Dios de Pinti el que decida su destino.
“Una vez hice de ángel en Casados con hijos , pero de Dios, nunca. Y estuvo divertido. Fui temblando a la grabación -hace dos semanas- porque me dijeron ‘Allá te damos el traje, tenemos todo listo’ , pero viste que mi talle no es fácil... Es verdad que ahora estoy más flaco. Dejé de comer harinas porque me había subido la glucosa y entonces perdí kilos y centímetros”, explica, en plena charla de verano.
¿Sos de los que sufren las dietas? Aprendí a encontrarles la vuelta. Y después de muchos intentos descubrí que, más allá de lo que comas, lo bueno es no llegar a morirse de hambre. Ahora estoy con bifecitos, ensalada, mucho caldo, no pan, no alcohol. No puedo quejarme, con todo lo que he comido en la vida...
El bajar de peso lleva al tema del calor, el calor lleva al verano y el verano, al trabajo. Y el trabajo, curiosamente, al descanso. Todo en dos o tres frases. Y entonces dice que “desde el ‘77 tengo la buena costumbre de laburar diez meses y descansar dos, rigurosamente. Muchos actores me preguntan cómo hago. Simple, con orden, con previsión, con deseo, con criterio. Hay que trabajar y saber parar. Y, en general, me guardo esos 60 días para noviembre y diciembre, tiempo en el que aprovecho y viajo”, cuenta, con una detallada ‘agenda 2012’ en la cabeza.
Grabada su participación en Los únicos , se dispuso a presentar su nuevo unipersonal, Pinti argentino , que el lunes llevó a Carlos Paz, que el viernes y ayer realizó en Punta del Este y que de viernes 20 a domingo 22 hará en tres ciudades de San Luis (capital, Villa Mercedes y Merlo). Luego paseará sus flamantes monólogos por escenarios de Tigre. Con la memoria afilada de su lado -su herramienta más cuidada-, señala que “el 7 de febrero redebuto con El burgués gentilhombre , en la sala Martín Coronado, del San Martín. Lo había estrenado el 20 de julio y funcionaba como los dioses, por eso lo retomo ahora. Y una vez que suba a escena, empezaré a ensayar Lo que vio el mayordomo , de Joe Orton, dirigido por Carlos Rivas. Con esa obra estaremos en el Lola Membrives de abril a octubre. Me olvidaba, en febrero retomo las columnas radiales que grabo una vez por semana para Magdalena tempranísimo(Continental). Y luego, pase lo que pase, armo las valijas y parto”.
¿Pase lo que pase? Sí, sí, pase lo que pase... Bueno, a menos que me llamen (Federico) Fellini o (Pedro) Almodóvar. Uno está muerto y la otra opción es lejana. Bueno, si me llama (Juan José) Campanella también me quedo.
Sin apostar por los supuestos, prefiere, mientras tanto, programar su año: “Si podés económicamente, viajá que hace muy bien. Te relajás, tenés otra perspectiva de todo, conocés, redescubrís, no hacés nada. Para mí los viajes son soplos de libertad, sirven para respirar oxígeno. En la dictadura, por ejemplo, aprovechaba para ver películas que aquí estaban prohibidas. Vos pensá que nací en el ‘39 y que pasé por golpes, dictaduras, democracias, vi caídas, vi de todo. Alejarme cada tanto y comparar me permitió resignificar algunas cosas, porque es muy cierto eso de que el árbol no te deja ver el bosque”.
Con ese ritmo rápido tan suyo, que nada tiene que ver con la verborragia, como muchos le endilgan, sabe poner énfasis en las palabras y los conceptos que quiere. Como cuando dice que “no soy ni genio ni visionario, pero es difícil que me cuenten cuentos. A la crisis de Europa yo la vi venir, con sus ajustes, sus recortes. A mí no me sorprenden tanto las cosas porque observo. Y entiendo por qué alguien puede elegir irse... No hablemos del exilio, pero, por ejemplo, los que han elegido irse y encontraron su lugar en el mundo merecen mi respeto”.
¿Vos te irías? ¿Yo? Ni loco. Yo encontré mi lugar acá. Acá aprendí, me formé, hice todo, el público me devuelve su afecto, su cariño. Me gusta vivir aquí. Por eso, cada vez que me voy, sé que vuelvo.
El año pasado, su hoja de ruta para noviembre y diciembre lo llevó por Europa y los Estados Unidos: “Estuve en Madrid, Londres, Nueva York, Houston, en un montón de ciudades... Me gusta hacer turismo, recorrer, visitar a amigos, que los tengo por todos lados, ver películas, que es una de mis pasiones más desenfrenadas”. De su último viaje se queda “con The Artist , una delicia francesa que vi en Madrid y en Houston y que es firme candidata (seis nominaciones) a los Golden Globe (que se entregan esta noche). Y también me gustó muchoHugo , de Martin Scorsese, un homenaje a George Méliès -uno de los pioneros del cine-, de un ingenio y una calidad increíbles, hecha en 3 D”.
Generoso, sabe crear atmósfera, incentivar, motivar, compartir. Y como quien juega a ser una suerte de guía de turismo, se las arregla para llegar al final del viaje y regalar una yapa. “Bueno, fui acá, allá, vi todo lo que pude y, cuando bajé del avión, el 28 de diciembre, casi me viene un infarto. Me dicen que me llamaron de Pol-ka para hacer una participación. Yo había hecho un capítulo de Mujeres asesinas y nada más con ellos. Y siempre le decía a (Adrián) Suar: ‘No encuentres un vehículo, encontrame un bolo. Un lindo papel, chiquito, no importa, pero dejame actuar con ustedes’ . Así que dije que sí enseguida, te imaginarás”.
¿Te desvela hacer televisión? No, para nada. De todos modos, cada tanto me gusta hacer algo. Ahora, eso sí, me sacás el teatro y me quitás el oxígeno.
Este año tiene, entonces, para darse el gustito, para tener oxígeno con tres obras, para viajar, para ver cine. Para volver, esa otra rutina que se le volvió necesario
Clarin
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