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Juan José Campanella: Una apuesta de US$ 15 millones

El director termina de preparar Metegol, que se estrenará el año que viene, y cuenta las dificultades de desarrollar un proyecto animado. El rol de su ayudante, Nelson Luty.

               Una apuesta de US$ 15 millones






Logró lo que sólo Luis Puenzo había logrado con La historia oficial: que una película argentina ganara el Oscar. Juan José Campanella es el director de cine argentino más popular de los últimos años, el más mirado. Y uno de los más experimentados, sin dudas. También como pocos en su rubro, logró trabajar en las series más populares de Hollywood, como La ley y el orden y Dr. House.
Después de todo eso y mucho más, Campanella decidió husmear en el mundo de la animación cuando Gastón Gorali (responsable de Catmandú, realizadores de City Hunters, serie emitida por FOX) lo convocó para realizar la adaptación de un cuento de Fontanarrosa, del que ya había adquirido los derechos. Hoy el proyecto cuesta 15 millones de dólares, y se llama Metegol. “Sigue siendo diez veces menos que el de una película de Pixar”, dice el cineasta, aunque reconoce que no es un presupuesto normal para una película argentina. Este pequeño tanque estima su época de estreno para junio de 2013, y apuesta a la taquilla sin olvidar la tecnología 3D.
De ninguna manera es un tipo futbolero, pero ha vuelto a aunar fuerzas con la pluma del escritor y guionista Eduardo Sacheri, que sí lo es, y que además ha escrito bastante sobre el tema. “Eduardo tiene muy masticado, muy conocido y familiarizado lo que es la épica del fútbol en la gente común”, cuenta Campanella. “En el barrio, en el potrero, en la canchita. Y nosotros queríamos justamente eso, queríamos escaparnos de lo que es el fútbol profesional, porque yo no soy futbolero para nada, no me interesa el fútbol, entonces no quiero que sea una película de fútbol. Pero quiero que tenga esa emoción, y esa épica, entonces en eso colaboró mucho Eduardo. Pero además también colaboró en cosas dramáticas, básicas. Junto con él hice una película como El secreto de sus ojos, que no tiene nada que ver con el fútbol”, relata. En un principio había sido convocado Axel Kuschevatzky para plantear el guión, pero Campanella asegura que con Sacheri lo hicieron prácticamente desde cero.
La promesa sobre Metegol es que, a pesar de costar un décimo de lo que cuesta una Era de hielo, por ejemplo, o cualquiera de ellas, tendría la misma calidad de un tanque de animación norteamericano. “A nivel de calidad ya está, está en el nivel de una película de animación de Estados Unidos. A nivel de éxito mundial no. Porque hay que ver con la maquinaria que uno cuenta para mover eso.” También dice que aunque parezca alto, es un presupuesto con limitaciones. “Lo sufrimos mucho, realmente lo sentimos ajustado. Y también se han sufrido las limitaciones del país, es decir, la importación de equipos últimamente. Todo eso lentifica mucho la producción.”
La película cuenta la historia de un chico que se llama Amadeo, un niño común y corriente que despliega un increíble talento jugando al metegol. Y que así crece, cultivando su habilidad con las varillas de metal sobre la cancha fabricada a escala. Pero al crecer, Amadeo se da cuenta de que tendrá problemas si ésa es su única habilidad al llegar a ser adulto. Y por supuesto, hay un conflicto en todo eso, que es el de un desafío, una deuda no saldada con un viejo archirrival metegolero que regresa al pueblo.
No obstante, la relación de estos cuasi-deportistas con sus muñecos manipulados, también está planteada desde la fantasía. De manera que los jugadores del metegol, tendrán sus propias actitudes con características personalidades, cada uno.
—En la fisonomía o conductas de los personajes del metegol, ¿hay guiños o similitudes con jugadores reales, de la actualidad, de otros tiempos?
—Sí. Hay tipos y guiños que todos vamos a reconocer. No sé si a alguien específico pero sí a tipos de jugadores que todos conocemos. Van a estar por ejemplo el jugador egocéntrico que habla de sí mismo en tercera persona, el que es paz y amor, el que fue hippie en su momento y es new age ahora... Hay bastantes tipos.
—¿En el mundo de la animación todo es posible, se puede crear sin límites?
—Yo pensaba eso y así me aproximé. Y me di cuenta de que por un lado es verdad, podés hacer y describir o contar un mundo que no se puede hacer en vivo. Pero por el otro lado la animación por computación tiene muchas limitaciones. Tiene limitaciones respecto de las cosas que se pueden hacer con un decorado, que se pueden hacer con iluminación, a veces hasta tiene más limitaciones que el cine. Por ejemplo, ponerle una gorra a un personaje y sacársela a otro, en el cine, con actores, lo hacés en un segundo. En la animación tenés que modelar todo un personaje y demora tres días. Entonces hay limitaciones muy serias de presupuesto. Un extra es lo mismo que un personaje principal. Es una persona que hay que modelar, y eso demora una semana. O sea que hacer escenas de multitudes es muchísimo más difícil que en cine.
Metegol debe tener un cierto éxito en el exterior para recuperar la inversión que demandó. Aunque llenara todos los cines del país dos veces en Argentina, no le alcanzaría. Pero quién sabe si la próxima excursión de Juan José Campanella a Estados Unidos no sea sino para unirse a los nombres de alguna megaproducción de la fantasía animada. En estos tres años (o más) que llevan trabajando sobre Metegol, recibieron visitas de Pixar y DreamWorks, curiosos de ver lo que hacían los argentinos en ese laboratorio de Belgrano, el barrio porteño en el que funciona Catmandú, la productora donde se afina el lápiz y se dibuja por computadora. En la sociedad están también 100 Bares, productora del mismo Campanella, y la española Plural-Jempsa.
Además, HP, Intel y Autodesk apoyan el proyecto desde la tecnología 3D. Así, Metegol sería la primera película animada hecha en Latinoamérica bajo los estándares de calidad utilizados en los estudios cinematográficos más importantes del mundo, ya que estas empresas informáticas le brindarían el soporte necesario.

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