El actor de rasgos exóticos debido a los orígenes de su padre, cumple años este domingo. Y la cifra sorprende: 48.
Keanu Reeves parece haber hecho un pacto con el diablo. Hoy, 2 de septiembre, el actor sopla 48 velas en su tarta de cumpleaños. Cualquiera lo diría. Pero no es el único intérprete de su generación que no aparenta la edad que tiene. Aunque esto no siempre es para bien. Es el caso de algunos cuyo aspecto físico invita a sumar unos cuantos años de más a su DNI. Aquí tienes una selección de actores que, como Reeves, se conservan bien, y a otros que, como le ocurre a Nicolas Cage, no lo hacen.
KEANU REEVES
El que fuera Neo en la trilogía de Matrix vino al mundo tal día como hoy de 1964 en Beirut, Líbano. Y desde que protagonizara las películas de los hermanos Wachowski, que culminaron en 2003, el actor apenas ha cambiado y nadie diría que tiene la edad que tiene.
TOM CRUISE
Nació el 3 de julio de 1952, por tanto, los 50 le cayeron hace dos meses. Ni el disgusto por su reciente divorcio de la también actriz Katie Holmes, con quien estaba casado desde 2006 y con quien tiene una hija en común, Suri, han hecho que envejezca. En La era del rock, la última película en la que ha sido visto, estrenada el pasado 10 de agosto, el actor ha demostrado que está en plena forma. ¿Su secreto de juventud será cosa de la Cienciología que tanto venera?
BRAD PITT
El 18 de diciembre de hace 49 años Brad Pitt comenzaba su existencia. Su aparición en 1991 en la película Thelma y Louise le dio la fama y desde entonces su carrera cinematográfica ha sido imparable hasta llegar a Mátalos suavemente, su último film, que llega el 21 de septiembre a nuestro país. El intérprete, que sale con Angelina Jolie desde 2005, está considerado uno de los hombres más sexys del planeta a pesar de su casi medio siglo de edad.
CHRIS ROCK
Es difícil ver la foto de Chris Rock y pensar que su fecha de nacimiento es el 7 de febrero de 1965. A sus nada aparentes 47 años, es todo un todoterreno: humorista, guionista, productor, director y actor. En esta última faceta, su película más reciente es Qué esperar cuando estás esperando, adaptación cinematográfica de un best-seller en EE.UU. acerca del embarazo, estrenada este julio.
JOHNNY DEPP
El 9 de junio de 1963 nacía uno de los hombres más deseados del planeta. Con casi 50 tacos a sus espaldas, Johnny Depp nos recuerda al vampiro al que da vida en Sombras tenebrosas, vista en los cines españoles el pasado mayo. El paso de los años parece haberse parado para él y no se deteriora ni un ápice.
NICOLAS CAGE
El ganador de un Óscar por Leaving Las Vegas no cumple con aquello de mejorar con el tiempo, como los buenos vinos. ¿Quién se puede imaginar que el actor pertenece a la misma generación que Keanu Reeves? Pues sí, Nicolas Cage vio la luz por primera vez el 7 de enero de 1964 en Long Beach, California.
RUSSELL CROWE
Otro ejemplo de actor mal conservado a los 48 es Russell Crowe. El australiano, nacido el 7 de abril de 1964 y ganador del Óscar en el 2000 por protagonizar Gladiator, está muy desmejorado y su aspecto físico nada tiene que ver con Reeves.
JIM CARREY
Cuenta con dos Globos deOro en su haber. Por Man on the Moon y El show de Truman, respectivamente. Hablamos de Jim Carrrey, otro cincuentón (17 de enero de 1962) que merece premios por su dilata carrera cinematográfica, pero no por la manera en la que se mantiene.
JEAN CLAUDE VAN DAMME
Sorprende que, con tan solo 51 años (52 en octubre), Van Damme presente este aspecto tan deslucido. ¿Dónde quedaron los músculos que le llevaron a protagonizar múltiples películas de acción como Soldado Universal? Su último film es Los Mercenarios 2, estrenada en España el pasado viernes, 24 de agosto. A pocos extrañaría si dijésemos que comparte edad con sus compañeros de reparto, Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger, de 66 y 65 años, respectivamente, cuando no es así.
RALPH FIENNES
La vida del británico arrancaba el 22 de diciembre de 1962. Fiennes cuenta, por tanto, con 49 años. El nominado al Óscar por La lista de Schindler y El paciente inglés debe ser partidario de envejecer con naturalidad. Al menos, así lo dan a entender sus pronunciadas entradas.
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