Arnaldo André habla de “Lectura según Justino”, su ópera prima que estrenará a principios de 2013, con la que encontró la felicidad. “No recuerdo haber disfrutado tanto como preparando, dirigiendo y produciendo mi película”.
Marcó una época con sus novelas románticas en las décadas del ‘70 y ‘80. Después quiso mostrar que podía hacer otro tipo de personajes y se abrió al humor de la mano de Jorge Guinzburg, y gracias a Laureano Gómez Acuña, su personaje de “Valientes”, dejó de ser “el bueno”. Hizo carrera en teatro actuando junto a Mirtha Legrand en los ‘60 y también en cine con “Balada para un mochilero” (1971), “Mi amigo Luis” (1972) o las más recientes “La extranjera” (2008) y “El niño pez” (2009). Pero algo faltaba en la vida de Arnaldo André. Un sentimiento poco claro, relacionado con el vacío, que hacía ruido en la cabeza de este actor. Y es por eso que hace 15 años empezó a escribir, sin tener del todo claro el para qué, pero siguiendo su instinto. La historia hablaba de San Bernardino, su pueblo natal en Paraguay y los recuerdos de su infancia, allá por los años ‘50. Pero la vorágine del trabajo llevó a que ese cuaderno quedara guardado en el olvido varios años. Hasta que en 2009 surgió la oportunidad de dirigir cine, quizás allí estaba la respuesta para completar ese vacío en la carrera de André. “Entonces empecé a buscar guiones, no conseguía nada y me acordé de que tenía algo. Busqué esos cuadernitos reescribí cosas, lo propuse y gustó. Lo presentamos al INCAA y tuve la suerte de que por unanimidad fuera elegida”.
Así nació “Lectura según Justino”, la ópera prima de Arnaldo André, la llave de su felicidad. “El cine es lo más apasionante que me pudo haber pasado en mi vida. Después de tantos años de trabajo, no recuerdo haber disfrutado tanto como preparando, dirigiendo y produciendo mi película. Lamento no haber empezado a dirigir antes. Creo que es lo que más me llena. No es fácil, cuesta tiempo, trabajo y dinero, pero quiero entregar lo que puedo crear al servicio del cine”, dice sonriente este artista de 68 años, que se define como un director “muy detallista” y que tiene como referente a Federico Fellini.
El film, protagonizado por Julieta Cardinali, Mike Amigorena y María Laura Cali, se estrenará en 2013 y para André, va bien encaminada: “Estoy muy contento con la primera edición. Era lo que quería transmitir. Logré ambientar toda la ciudad a los años ‘50. Fue un esfuerzo grande”.
La historia (autobiográfica) relata la vida de Justino, un niño de 11 años que tras la muerte de su padre debe salir a trabajar de cartero. En un pueblo con una gran colonia alemana, este niño conocerá de cerca a una sociedad que llegó a Paraguay tras la Segunda Guerra Mundial. “La muerte de mi papá me marcó mucho y fue el inicio de una línea de vida. Fue empezar a entender que el hombre tiene que tener compromisos”, recuerda Arnaldo.
¿Por qué elegiste a Julieta Cardinali y a Mike Amigorena como protagonistas de tu historia?
A Julieta la elegí porque quería un personaje con mucho ángel y sufrido al mismo tiempo. Ella encarna a una maestra y necesitaba que me diera dulzura. A muchos nos pasó que nos enamoramos de nuestras profesoras y necesitaba eso angelical. Con Mike buscaba misterio. Su personaje es un ser refugiado en su casa. Tiene un gran talento para desplegar un acento alemán hablando en castellano.
¿La tele quedó en el pasado?
No sé. Es cierto que es algo que no me quita el sueño. No pienso en la televisión como en otros momentos de mi vida, pero si alguien me ofrece algo interesante lo haría.
¿Seguís soñando con llevar tu carrera a Hollywood?
Ya no, pero es probable que si pudiera arrepentirme de algo sería no haber cumplido con mi compromiso de seguir de largo de Buenos Aires. Yo estaba haciendo “Pobre diabla” y me compré un pasaje para Italia, ya no pensaba en Hollywood, sino soñaba con ser actor de cine italiano. Terminaba en diciembre mi contrato y viajaba en enero, pero como a la novela le fue bien me ofrecieron un contrato por mucha plata y decidí posponer el viaje. Después me fui quedando siempre por alguna razón. De eso estoy arrepentido. De todos modos tampoco me fue mal.
Y ahora como director, ¿qué expectativas tenés?
Ya no sueño con brillar en el exterior, sí sueño con que a mis películas le vaya bien afuera.
Marcó una época con sus novelas románticas en las décadas del ‘70 y ‘80. Después quiso mostrar que podía hacer otro tipo de personajes y se abrió al humor de la mano de Jorge Guinzburg, y gracias a Laureano Gómez Acuña, su personaje de “Valientes”, dejó de ser “el bueno”. Hizo carrera en teatro actuando junto a Mirtha Legrand en los ‘60 y también en cine con “Balada para un mochilero” (1971), “Mi amigo Luis” (1972) o las más recientes “La extranjera” (2008) y “El niño pez” (2009). Pero algo faltaba en la vida de Arnaldo André. Un sentimiento poco claro, relacionado con el vacío, que hacía ruido en la cabeza de este actor. Y es por eso que hace 15 años empezó a escribir, sin tener del todo claro el para qué, pero siguiendo su instinto. La historia hablaba de San Bernardino, su pueblo natal en Paraguay y los recuerdos de su infancia, allá por los años ‘50. Pero la vorágine del trabajo llevó a que ese cuaderno quedara guardado en el olvido varios años. Hasta que en 2009 surgió la oportunidad de dirigir cine, quizás allí estaba la respuesta para completar ese vacío en la carrera de André. “Entonces empecé a buscar guiones, no conseguía nada y me acordé de que tenía algo. Busqué esos cuadernitos reescribí cosas, lo propuse y gustó. Lo presentamos al INCAA y tuve la suerte de que por unanimidad fuera elegida”.
Así nació “Lectura según Justino”, la ópera prima de Arnaldo André, la llave de su felicidad. “El cine es lo más apasionante que me pudo haber pasado en mi vida. Después de tantos años de trabajo, no recuerdo haber disfrutado tanto como preparando, dirigiendo y produciendo mi película. Lamento no haber empezado a dirigir antes. Creo que es lo que más me llena. No es fácil, cuesta tiempo, trabajo y dinero, pero quiero entregar lo que puedo crear al servicio del cine”, dice sonriente este artista de 68 años, que se define como un director “muy detallista” y que tiene como referente a Federico Fellini.
El film, protagonizado por Julieta Cardinali, Mike Amigorena y María Laura Cali, se estrenará en 2013 y para André, va bien encaminada: “Estoy muy contento con la primera edición. Era lo que quería transmitir. Logré ambientar toda la ciudad a los años ‘50. Fue un esfuerzo grande”.
La historia (autobiográfica) relata la vida de Justino, un niño de 11 años que tras la muerte de su padre debe salir a trabajar de cartero. En un pueblo con una gran colonia alemana, este niño conocerá de cerca a una sociedad que llegó a Paraguay tras la Segunda Guerra Mundial. “La muerte de mi papá me marcó mucho y fue el inicio de una línea de vida. Fue empezar a entender que el hombre tiene que tener compromisos”, recuerda Arnaldo.
¿Por qué elegiste a Julieta Cardinali y a Mike Amigorena como protagonistas de tu historia?
A Julieta la elegí porque quería un personaje con mucho ángel y sufrido al mismo tiempo. Ella encarna a una maestra y necesitaba que me diera dulzura. A muchos nos pasó que nos enamoramos de nuestras profesoras y necesitaba eso angelical. Con Mike buscaba misterio. Su personaje es un ser refugiado en su casa. Tiene un gran talento para desplegar un acento alemán hablando en castellano.
¿La tele quedó en el pasado?
No sé. Es cierto que es algo que no me quita el sueño. No pienso en la televisión como en otros momentos de mi vida, pero si alguien me ofrece algo interesante lo haría.
¿Seguís soñando con llevar tu carrera a Hollywood?
Ya no, pero es probable que si pudiera arrepentirme de algo sería no haber cumplido con mi compromiso de seguir de largo de Buenos Aires. Yo estaba haciendo “Pobre diabla” y me compré un pasaje para Italia, ya no pensaba en Hollywood, sino soñaba con ser actor de cine italiano. Terminaba en diciembre mi contrato y viajaba en enero, pero como a la novela le fue bien me ofrecieron un contrato por mucha plata y decidí posponer el viaje. Después me fui quedando siempre por alguna razón. De eso estoy arrepentido. De todos modos tampoco me fue mal.
Y ahora como director, ¿qué expectativas tenés?
Ya no sueño con brillar en el exterior, sí sueño con que a mis películas le vaya bien afuera.
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