Tras su polémica desvinculación del ciclo en el que retrataba a Héctor Magnetto, analiza que pudo asimilar lo sucedido y que nadie lo presionó para abandonar la ficción. Y cuenta por qué dijo no a Graduados.

La participación especial de Mike Amigorena en la película Las mujeres llegan tarde, ópera prima de Marcela Balza que se estrena el próximo jueves, es la excusa para adentrarse en la vida actual del actor. Habla de cine, televisión, Adrián Suar, El pacto, su ex Carla Peterson, y también de política. En el film, protagonizado por Marilú Marini, Erica Rivas y Rafael Spregelburd, Amigorena interpreta a un futuro cura que regresa al pueblo por unos días y se reencuentra con el personaje de Rivas. “Vengo de una familia católica y fui monaguillo –cuenta–. Hoy soy un poquito más escéptico. La religión está en uno”. Siente que sus 40 años representan la mixtura perfecta. Sea en su vida privada o en sus caminos profesionales. “A los 23 no podés ser buen actor, no tenés idea de la vida. Tengo una familia muy grande y fuerte, y me vine a la soledad de Buenos Aires. Estoy solo cuando quiero. Hoy me siento más capacitado para hacer cualquier cosa”, dice el actor, dueño de un estilo propio, desde que llegó proveniente de Maipú, Mendoza, hace dos décadas para comenzar el sueño de actuar, o ser artista como él mismo se autodefine: “Soy un artista-entretenedor. Yo creo, hago lo que siento, y juego. No soy una persona solemne, me atrevo, me río de mí, puedo hacer un clown, Hamlet, o Martín Pells”. El actor reconoce que su experiencia en cine es escasa: “Tengo unas seis o siete películas, no me han convocado mucho. Mi fuerte es el teatro, soy más de escenario. Trabajé con Coppola en Tetro y decís ‘después de éste no paro más’. Y no. No sé si tiene que ver con la expresividad, mi perfil, por lo que creen que soy o por lo que doy”.
—Participaste en “El hombre de tu vida” con Campanella. ¿No te propuso trabajar con él?
—No. Fue una experiencia tremenda, me quedé con gusto a poco. Con Campanella haría una película épica, me lanzaría a lo que me diga. Cuando encuentro alguien así soy feliz, por más que se esté equivocando.
Tras explotar en Los exitosos Pells, en 2009, nunca más realizó una tira. “No tenía ganas de exponerme diez horas todos los días”, responde, y dice que la novela de Underground “no fue suerte sino un premio a mi sacrificio. Así y todo me saturó. Necesitaba guardarme un tiempo y generar ganas. Soy un inquieto, me aburro si no tengo un desafío”. Sostiene que la gente se quedó con ganas de verlo en pantalla pero que él se autogestiona, “y prescindo del medio. Así es menos plata, menos exposición, pero es mi estrategia que utilizo dentro del ambiente y en mi vida”. Mike grabó dos capítulos de Historias Clínicas caracterizando a San Martín, y rechazó ser parte del éxito Graduados: “Me habían ofrecido hacer cualquiera de los dos personajes (el de Luciano Cáceres y el de Daniel Hendler) pero estaba haciendo Hamlet en teatro. Sabía que le iba a ir muy bien. Quizá si me lo ofrecían ahora, agarraba”.
En 2013 estrenará Lectura según Justino, largometraje de Arnaldo André, y estaba previsto su regreso al prime time con Solamente vos, la ficción de Adrián Suar y Natalia Oreiro para El Trece, pero desestimó la oferta. “No quiero dejar la música. Nos habíamos juntado con Adrián, pero finalmente no voy a estar. Respetó mi decisión”.
—¿Qué experiencia te dejó “El pacto”?
—Fue todo bueno. Sobre todo, si esa estrategia de la que te hablaba causó un efecto que fue logrado. Con un poquito de piedras en el camino, pero se logró.
—¿A vos te pusieron piedras?
—No. Hubo; se pusieron piedras. A mí no me hicieron ni pusieron nada. Nadie tuvo que ver en mi decisión.
—En su momento se habló de una famosa cena en la que te habrían recomendado bajarte del ciclo porque podría correr riesgo tu futuro laboral al interpretar a un personaje parecido a Héctor Magnetto, pope del Grupo Clarín. ¿Existió tal cena?
—No. Si no Suar no me hubiese ofrecido... Te digo, el resultado es súper positivo, tanto en lo artístico y humano.
—Cecilia Roth y Federico Luppi, tus compañeros de ciclo, se mostraron disgustados y te criticaron en varios medios. ¿Pensabas que se iba a armar tanto revuelo mediático?
—Cero al as de lo que hablan de mí, no me afecta, no tengo rencor. El pacto no merece más tiempo, estuvo bueno poder asimilarlo. Es como que si me preguntás por Coppola, ya se me olvidó. Soy un mediador, habrá gente que dice lo contrario, pero en mí solamente se saca amor.
—¿Sabías que el personaje retrataba a Magnetto?
—Preferiría no hablar más de ese tema.
Vive en Chacarita, y cuenta que cuando se moviliza por la ciudad utiliza el subte. “Para nada me siento seguro. La inseguridad es lo que más me paraliza, me aterra más que la muerte. ¡Qué me maten por unas zapatillas! Deseo sentirme seguro como lo viví en otros países... soy de la política del perdón, del amor y la aceptación, no tengo rencor, me podés decir lo que se te pase por la cabeza que te voy a respetar. Y esto también pasa por El pacto. Si vos tenés esta cabeza así (se señala el parietal) no hay culpables. Si me hubiesen cagado, probablemente hubiera agarrado el micrófono... no sé...”. Mike considera que un gobierno debe estar compuesto por un “abanico de comunidades: gays, indígenas, abogados de la san puta. La presidenta, rodeada con armonía, y que tranquilice a la tropa”.
—¿Qué creés pasará el 7D?
—No sé qué decir sobre la Ley de Medios. Crecí con Clarín, leyendo Espectáculos, y mi mamá los domingos compraba La Nación, y no por una cuestión de ideología. Lo veo un diario, no como un monopolio. Sí me parecía raro de decir “qué manera de comprar cosas”. Cuando dejás de necesitar, irónicamente la vida te da más de lo que deseás. ¿Quién deja de querer cosas? Nadie. Entonces todo el tiempo hay un conflicto. Soy un convencido de eso, esté quien esté.
—El gobierno de Cristina impulsa ficciones a través de subsidios, ¿estás de acuerdo?
—Me encanta. No me gusta que se toquen tanto temas verídicos, que sean sobre el maltrato, la dictadura, los desaparecidos. No hay ficción molecular por el Incaa donde uno se toma una pastilla y se convierte en una especie de Matrix.
No se lamenta de no tener pareja estable, dice que disfruta de su soledad y celebra el presente de su ex Carla Peterson en pareja con el economista Martín Lousteau: “Quedó muy buena relación. Me fascina lo que le pasa, la admiro como actriz, es una luz y un amor. Celebro que se haya casado y esté esperando un hijo”.
—¿Y vos pensás en formar una familia?
—Sí, me gustaría ser padre. Sería un tremendo padre.
Perfil.
La participación especial de Mike Amigorena en la película Las mujeres llegan tarde, ópera prima de Marcela Balza que se estrena el próximo jueves, es la excusa para adentrarse en la vida actual del actor. Habla de cine, televisión, Adrián Suar, El pacto, su ex Carla Peterson, y también de política. En el film, protagonizado por Marilú Marini, Erica Rivas y Rafael Spregelburd, Amigorena interpreta a un futuro cura que regresa al pueblo por unos días y se reencuentra con el personaje de Rivas. “Vengo de una familia católica y fui monaguillo –cuenta–. Hoy soy un poquito más escéptico. La religión está en uno”. Siente que sus 40 años representan la mixtura perfecta. Sea en su vida privada o en sus caminos profesionales. “A los 23 no podés ser buen actor, no tenés idea de la vida. Tengo una familia muy grande y fuerte, y me vine a la soledad de Buenos Aires. Estoy solo cuando quiero. Hoy me siento más capacitado para hacer cualquier cosa”, dice el actor, dueño de un estilo propio, desde que llegó proveniente de Maipú, Mendoza, hace dos décadas para comenzar el sueño de actuar, o ser artista como él mismo se autodefine: “Soy un artista-entretenedor. Yo creo, hago lo que siento, y juego. No soy una persona solemne, me atrevo, me río de mí, puedo hacer un clown, Hamlet, o Martín Pells”. El actor reconoce que su experiencia en cine es escasa: “Tengo unas seis o siete películas, no me han convocado mucho. Mi fuerte es el teatro, soy más de escenario. Trabajé con Coppola en Tetro y decís ‘después de éste no paro más’. Y no. No sé si tiene que ver con la expresividad, mi perfil, por lo que creen que soy o por lo que doy”.
—Participaste en “El hombre de tu vida” con Campanella. ¿No te propuso trabajar con él?
—No. Fue una experiencia tremenda, me quedé con gusto a poco. Con Campanella haría una película épica, me lanzaría a lo que me diga. Cuando encuentro alguien así soy feliz, por más que se esté equivocando.
Tras explotar en Los exitosos Pells, en 2009, nunca más realizó una tira. “No tenía ganas de exponerme diez horas todos los días”, responde, y dice que la novela de Underground “no fue suerte sino un premio a mi sacrificio. Así y todo me saturó. Necesitaba guardarme un tiempo y generar ganas. Soy un inquieto, me aburro si no tengo un desafío”. Sostiene que la gente se quedó con ganas de verlo en pantalla pero que él se autogestiona, “y prescindo del medio. Así es menos plata, menos exposición, pero es mi estrategia que utilizo dentro del ambiente y en mi vida”. Mike grabó dos capítulos de Historias Clínicas caracterizando a San Martín, y rechazó ser parte del éxito Graduados: “Me habían ofrecido hacer cualquiera de los dos personajes (el de Luciano Cáceres y el de Daniel Hendler) pero estaba haciendo Hamlet en teatro. Sabía que le iba a ir muy bien. Quizá si me lo ofrecían ahora, agarraba”.
En 2013 estrenará Lectura según Justino, largometraje de Arnaldo André, y estaba previsto su regreso al prime time con Solamente vos, la ficción de Adrián Suar y Natalia Oreiro para El Trece, pero desestimó la oferta. “No quiero dejar la música. Nos habíamos juntado con Adrián, pero finalmente no voy a estar. Respetó mi decisión”.
—¿Qué experiencia te dejó “El pacto”?
—Fue todo bueno. Sobre todo, si esa estrategia de la que te hablaba causó un efecto que fue logrado. Con un poquito de piedras en el camino, pero se logró.
—¿A vos te pusieron piedras?
—No. Hubo; se pusieron piedras. A mí no me hicieron ni pusieron nada. Nadie tuvo que ver en mi decisión.
—En su momento se habló de una famosa cena en la que te habrían recomendado bajarte del ciclo porque podría correr riesgo tu futuro laboral al interpretar a un personaje parecido a Héctor Magnetto, pope del Grupo Clarín. ¿Existió tal cena?
—No. Si no Suar no me hubiese ofrecido... Te digo, el resultado es súper positivo, tanto en lo artístico y humano.
—Cecilia Roth y Federico Luppi, tus compañeros de ciclo, se mostraron disgustados y te criticaron en varios medios. ¿Pensabas que se iba a armar tanto revuelo mediático?
—Cero al as de lo que hablan de mí, no me afecta, no tengo rencor. El pacto no merece más tiempo, estuvo bueno poder asimilarlo. Es como que si me preguntás por Coppola, ya se me olvidó. Soy un mediador, habrá gente que dice lo contrario, pero en mí solamente se saca amor.
—¿Sabías que el personaje retrataba a Magnetto?
—Preferiría no hablar más de ese tema.
Vive en Chacarita, y cuenta que cuando se moviliza por la ciudad utiliza el subte. “Para nada me siento seguro. La inseguridad es lo que más me paraliza, me aterra más que la muerte. ¡Qué me maten por unas zapatillas! Deseo sentirme seguro como lo viví en otros países... soy de la política del perdón, del amor y la aceptación, no tengo rencor, me podés decir lo que se te pase por la cabeza que te voy a respetar. Y esto también pasa por El pacto. Si vos tenés esta cabeza así (se señala el parietal) no hay culpables. Si me hubiesen cagado, probablemente hubiera agarrado el micrófono... no sé...”. Mike considera que un gobierno debe estar compuesto por un “abanico de comunidades: gays, indígenas, abogados de la san puta. La presidenta, rodeada con armonía, y que tranquilice a la tropa”.
—¿Qué creés pasará el 7D?
—No sé qué decir sobre la Ley de Medios. Crecí con Clarín, leyendo Espectáculos, y mi mamá los domingos compraba La Nación, y no por una cuestión de ideología. Lo veo un diario, no como un monopolio. Sí me parecía raro de decir “qué manera de comprar cosas”. Cuando dejás de necesitar, irónicamente la vida te da más de lo que deseás. ¿Quién deja de querer cosas? Nadie. Entonces todo el tiempo hay un conflicto. Soy un convencido de eso, esté quien esté.
—El gobierno de Cristina impulsa ficciones a través de subsidios, ¿estás de acuerdo?
—Me encanta. No me gusta que se toquen tanto temas verídicos, que sean sobre el maltrato, la dictadura, los desaparecidos. No hay ficción molecular por el Incaa donde uno se toma una pastilla y se convierte en una especie de Matrix.
No se lamenta de no tener pareja estable, dice que disfruta de su soledad y celebra el presente de su ex Carla Peterson en pareja con el economista Martín Lousteau: “Quedó muy buena relación. Me fascina lo que le pasa, la admiro como actriz, es una luz y un amor. Celebro que se haya casado y esté esperando un hijo”.
—¿Y vos pensás en formar una familia?
—Sí, me gustaría ser padre. Sería un tremendo padre.
Perfil.
MIKE AMIGORENA SOS UN GENIO DE LA VIDA Y EN LO ARTISTICO SOS COHERENTE RESISTIS CUALQUIER ARCHIVO Y ANTE TODO SOS UN CABALLERO RESPONDES CUALQUIER PREGUNTA CON GRAN ALTURA POR ESO SOS QUERIBLE
ResponderBorrarmike amigorena con tus actitudes demostras lo buena persona que sos sin rencores coherente en tu accionar tan dificil de ver hoy y cunado uno le desea el bien a otra persona que fue parte de su vida esta hablando bien de vos por eso tenes gente que te admira
ResponderBorrarmuy buena la nota .EN TODO LO QUE EMPRENDAS CINE TEATRO TELE MUSICA MUY BIEN CON MOX TE SEGUIREMOS LOS QUE ELEGIMOS ADMIRARTE NO FUIUMOS DEFRAUDADOS POR TU SENCIKKEZ TU BAJA EXPOSICION EN TU VIDA Y POR SER UN PRINCIPE UN CABALLERO POR ESO MIKE AMIGORENA SE TE QUIERE Y YA VAS A LOGRAR TENER TU FAMILIA
ResponderBorrar