La actriz, que debutó con el ciclo Mi amor, mi amor, sostiene que no es espectadora de televisión y que el rating no la desvela. El cine, su gran refugio.
Tal vez su amor por el séptimo arte se lo haya trasmitido su padre, importante director de cine publicitario, quien le abrió las puertas de ese mundo. Pero Jazmín Stuart es más conocida como actriz que como directora, aunque ya tiene en su haber un largometraje junto a Juan Pablo Martínez (Desmadre) y un espectáculo teatral en su triple responsabilidad, como intérprete, dramaturga y puestista con La mujer que al amor no se asoma (2006). Luego de haberse alejado de los programas diarios, volvió el miércoles pasado por la pantalla de Telefe a jugar un triángulo amoroso en Mi amor, mi amor, junto a Juan Gil Navarro y Brenda Gandini.
—¿Por qué te alejaste de la televisión?
—Desde hace unos años solamente hacía unitarios, como Historias de sexo de gente común, Mujeres asesinas o El hombre de tu vida. Quise estar sólo un poco en la televisión pero dedicándome a otros temas, sobre todo me aboqué mucho al cine, como actriz y directora, y también al teatro. Este año estrené mi primer largometraje.
—¿Qué te pasa con la pantalla chica?
—Es un medio muy potente, tiene una llegada única y cuando se la aprovecha haciendo propuestas de calidad es un placer. Pero también puede ser un arma de doble filo y a veces se la utiliza de una manera, en la que por lo menos yo, no la defendería.
—¿Qué tuvo de atractiva la propuesta de hacer ‘Mi amor, mi amor’ como para que decidieras volver a una tira?
—Para mí es un espacio de mucho juego. Tenía ganas de hacer comedia y de volver a trabajar con Juan Gil Navarro, con quien ya había grabado y me llevé muy bien. Me tentaba poder grabar con la productora El Arbol, que está comandada por actores (Pablo Echarri y Martín Seefeld) y hoy confirmo que fue una muy buena decisión. En realidad, hacía mucho que una oferta de televisión no me cerraba por tantos lados como ésta.
—Son muchas horas de grabación y tenés un hijo muy pequeño (Manuel, dos años): ¿cómo vas a hacer?
—Lo voy combinando, se puede llevar, no es tan grave.
—¿Cómo vivirás la competencia?
—Debo confesar que no me afecta en lo más mínimo. No soy muy espectadora de televisión, hace varios años que no la miro. Me cansé del bombardeo. Los programas de ficción que me gustan los veo por internet, una vez que fueron emitidos, y veo específicamente lo que me gusta. A mí el rating no me desvela, quiero hacer bien mi trabajo y estar en un equipo donde se trabaje desde la calidad. Después, si el público lo valora y es un éxito, maravilloso. Pero si no hay calidad, no lo haría.
—¿Habías visto su antecedente, ‘Naranja y media’?
—Tengo un recuerdo muy difuso, pero Mi amor, mi amor está lejos de ser Naranja y media, diría que es una adaptación de la idea original. Es otro código, pasaron muchos años y hoy el humor se maneja de otra manera. No responde a aquel tono. Esta es una comedia de situaciones, romántica, sin gags. Creo que es distinta de aquella, la idea del hombre enamorado de dos mujeres fue sólo la semilla.
—Desde hace unos años solamente hacía unitarios, como Historias de sexo de gente común, Mujeres asesinas o El hombre de tu vida. Quise estar sólo un poco en la televisión pero dedicándome a otros temas, sobre todo me aboqué mucho al cine, como actriz y directora, y también al teatro. Este año estrené mi primer largometraje.
—¿Qué te pasa con la pantalla chica?
—Es un medio muy potente, tiene una llegada única y cuando se la aprovecha haciendo propuestas de calidad es un placer. Pero también puede ser un arma de doble filo y a veces se la utiliza de una manera, en la que por lo menos yo, no la defendería.
—¿Qué tuvo de atractiva la propuesta de hacer ‘Mi amor, mi amor’ como para que decidieras volver a una tira?
—Para mí es un espacio de mucho juego. Tenía ganas de hacer comedia y de volver a trabajar con Juan Gil Navarro, con quien ya había grabado y me llevé muy bien. Me tentaba poder grabar con la productora El Arbol, que está comandada por actores (Pablo Echarri y Martín Seefeld) y hoy confirmo que fue una muy buena decisión. En realidad, hacía mucho que una oferta de televisión no me cerraba por tantos lados como ésta.
—Son muchas horas de grabación y tenés un hijo muy pequeño (Manuel, dos años): ¿cómo vas a hacer?
—Lo voy combinando, se puede llevar, no es tan grave.
—¿Cómo vivirás la competencia?
—Debo confesar que no me afecta en lo más mínimo. No soy muy espectadora de televisión, hace varios años que no la miro. Me cansé del bombardeo. Los programas de ficción que me gustan los veo por internet, una vez que fueron emitidos, y veo específicamente lo que me gusta. A mí el rating no me desvela, quiero hacer bien mi trabajo y estar en un equipo donde se trabaje desde la calidad. Después, si el público lo valora y es un éxito, maravilloso. Pero si no hay calidad, no lo haría.
—¿Habías visto su antecedente, ‘Naranja y media’?
—Tengo un recuerdo muy difuso, pero Mi amor, mi amor está lejos de ser Naranja y media, diría que es una adaptación de la idea original. Es otro código, pasaron muchos años y hoy el humor se maneja de otra manera. No responde a aquel tono. Esta es una comedia de situaciones, romántica, sin gags. Creo que es distinta de aquella, la idea del hombre enamorado de dos mujeres fue sólo la semilla.
El desafIo de un segundo film
Reflexiona cada palabra que dice, por lo cual Jazmín Stuart no podría ser catalogada como impulsiva. Hay varios años de estudio hasta llegar a recibirse en 1997 en la FUC (Universidad del Cine, creada por Manuel Antín). Fue en 2007 en que presentó su primer corto, Juego de grandes, antes del largometraje que co-dirigió. Sus inquietudes como intérprete la llevaron a perfeccionarse en el estudio de quien considera su maestro: Julio Chávez. “No puedo dejar de ser directora, entiendo perfectamente a los actores y veo lo artesanal de su trabajo. Soy muy respetuosa con mis directores, pero no me privo de hacerles sugerencias y siempre he tenido la suerte de que lo que digo es bien recibido. Quiero contar historias, tanto delante como detrás de las cámaras. Sobre el horario de Mi amor, mi amor, Stuart asegura: “Es una comedia que puede ir en cualquier franja. El que se emita en el prime time simplemente abre más el juego y las puertas como para que lo vea un público más amplio. Creo que fue redoblar la apuesta, para llegar a más espectadores. Acerca de sus proyectos dice: “Si todo va bien, seguiremos con la tira hasta cuando dure y para septiembre u octubre voy a filmar mi próxima película. Me faltan los intérpretes. Recién estoy armando la presentación para pedir subsidio al Incaa y hoy por hoy les estoy alcanzando el guión a varios actores."
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