El año 2013 es muy movido para Juana Viale. Tiene planes de mudarse a Chile (“me voy, sí; Santiago es una ciudad que me gusta mucho, pero todavía no encontré mi lugar en el mundo.
Soy súper despojada, no estoy atada a ningún lugar”). También va a protagonizar una serie televisiva que ella quiere que dirija Caetano (el director lo piensa porque es en Misiones y su situación familiar le impide estar mucho tiempo fuera de Buenos Aires). Y antes de mudarse actuará en la tira Solamente vos, de El Trece, con Adrián Suar y Natalia Oreiro. “Van a ser sólo dos meses porque no me gusta trabajar la cantidad de horas que se trabaja en TV. Es una sobreexigencia que me cansa mucho –dice ella–. Once horas por día, llegás a tu casa con la cabeza quemada... Y cuando llego, yo tengo a mis hijos, las cosas de la vida cotidiana. Este que voy a hacer es un trabajo difícil porque tengo que entrar a algo que ya está armado. Pero es un lindo desafío. Veremos cómo sale, aunque yo no suelo ver las cosas que hago porque soy demasiado autocrítica. En Mala, supongo que salió todo bien, que alcancé a cumplir con las expectativas del director. Si no, me hubiese pedido repetir las tomas (se ríe). Mi rol era el de la mujer más solemne de la historia, y me costó transitarlo porque requería de mí mucha paz, unos tiempos muy relajados. Adrián me pedía que fuera buena, dulce, y a veces no me salía eso con tanta facilidad. Creo que lo resolví bien. Me voy a dar cuenta pronto porque sí voy a ver esta película.”
Soy súper despojada, no estoy atada a ningún lugar”). También va a protagonizar una serie televisiva que ella quiere que dirija Caetano (el director lo piensa porque es en Misiones y su situación familiar le impide estar mucho tiempo fuera de Buenos Aires). Y antes de mudarse actuará en la tira Solamente vos, de El Trece, con Adrián Suar y Natalia Oreiro. “Van a ser sólo dos meses porque no me gusta trabajar la cantidad de horas que se trabaja en TV. Es una sobreexigencia que me cansa mucho –dice ella–. Once horas por día, llegás a tu casa con la cabeza quemada... Y cuando llego, yo tengo a mis hijos, las cosas de la vida cotidiana. Este que voy a hacer es un trabajo difícil porque tengo que entrar a algo que ya está armado. Pero es un lindo desafío. Veremos cómo sale, aunque yo no suelo ver las cosas que hago porque soy demasiado autocrítica. En Mala, supongo que salió todo bien, que alcancé a cumplir con las expectativas del director. Si no, me hubiese pedido repetir las tomas (se ríe). Mi rol era el de la mujer más solemne de la historia, y me costó transitarlo porque requería de mí mucha paz, unos tiempos muy relajados. Adrián me pedía que fuera buena, dulce, y a veces no me salía eso con tanta facilidad. Creo que lo resolví bien. Me voy a dar cuenta pronto porque sí voy a ver esta película.”
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