A los 45, la actriz de “Sos mi hombre” (El Trece) se reconoce plena y cree que el paso del tiempo es para celebrar porque “significa que seguís en este mundo”.
Cuenta, además, que su hija haitiana, de 2, “es un calco mío”.Es una actriz con 24 años de trayectoria y un Martín Fierro en su haber; una mujer que, a contramano de las estadísticas, está en pareja desde hace 15 años; una madre que, tras un largo y doloroso proceso, demuestra que ese rol no es tener una panza por nueve meses sino dar amor cada día. Se podría decir que Andrea Pietra, a sus 45 años recién cumplidos, consiguió un presente de plenitud en varios aspectos de la vida.
Con los ojos rojos y llorosos se sienta en la silla de su camarín de los estudios Baires, en Don Torcuato, donde graba la tira Sos mi hombre para El Trece y aclara: “Recién estuve llorando en una escena y ahora tengo que hacer otra”. Es esta versatilidad lo que la enamora de su trabajo en televisión. “Es un lugar donde se expresa el juego de cuando uno es chico, donde por un momento sos una princesa y en un minuto te cambiás y sos la bruja”.
En la tira de Pol-ka, Pietra interpreta a Verónica, una deportóloga que al comienzo era la tercera en discordia entre dos amigos, El Oso (Gabriel Goity) y Guevara (Osvaldo Laport), pero su amor mutó. Por estos días su corazón está con Ringo (Luciano Castro), el protagonista de la novela, a quien recientemente le revela, para protegerlo, un oscuro secreto que la vincula a El Garza (Diego Alonso), uno de sus peligrosos enemigos.
El personaje de Andrea se sumó a fines de 2012 y estaba pensado sólo para unos capítulos, sin embargo “parece que me quedo hasta el final”, asegura contenta.
Desde Socias (2008), donde se puso en la piel de Mía Pontevedra –papel por el cual recibió un Martín Fierro como mejor actriz de unitario- que no estaba en televisión y la razón fue una decisión personal. “Hice dos años de teatro con Agosto, que fue un‘obrón’, y un año Espejos circulares. No me funciona hacer teatro y televisión. Siento que no puedo actuar bien desde la mañana hasta la noche sin tener mi vida personal. Cocinar, estar en mi casa tirada, ir a caminar, son cosas que me hacen bien”.
Cocinar es una de sus pasiones. “Me encanta y lo que más me gusta de la cocina es la parte creativa. Abro la heladera, veo lo que tengo e improviso. Con Nancy (Dupláa), cuando laburábamos en Socias jugábamos a eso.
‘Negra, llegó a casa y te digo que tengo en la heladera y me decís que cocino’ , me repetía”.
Indudablemente Pietra es una ‘chica Pol-ka’ . Estuvo presente en el primer programa de la productora, Poliladron (1995), y en incontables proyectos como Verdad consecuencia (1996), Locas de amor (2004), Son de Fierro (2007); el año pasado volvió y “me reencontré con mi hogar”.
Tenés muchos años de trayectoria y siempre mantuviste un perfil bajo.
No me gusta mostrar mi intimidad, mi casa y toda la invasión que eso habilita. Es una puerta que, por ahí, después es muy difícil de cerrar. Prefiero no participar, para no salir lastimada. Lo que me gusta de mi trabajo es eso, el trabajo. Creo que no se trata de mostrar cosas que no son, ropa que no tenés, decorados en los que no vivís. Esa mentira la actúo en la novela, en la vida mi realidad es otra. Igual, en algún punto no está muy bien, porque este laburo se merece la marquesina. Pero bueno, me quedaré afuera de algunas cosas.
Hace poco cumpliste 45, ¿cómo los recibiste?
Me sentí muy reconfortada porque como cumplí años trabajando todos me preguntaban “Negra, ¿cuántos años cumplís?”, y cuando decía 45 nadie me creía (se ríe). Está profesión depende mucho de la imagen, yo me amigué con eso. Soy una mina cero‘pilchera’ , yo viajaba y en vez de comprarme ropa me traía un escurridor de lechuga. Siempre me gustó cumplir años, significa que seguís estando en este mundo y eso hay que celebrarlo. Perdí a mi mejor amigo que tenía 33 años y a mi madre a los 59. La extraño, fue mi maestra y un ejemplo a seguir en muchas cosas.
En 2010 la vida de Pietra dio un giro de 180 grados con la llegada de Stephanie, una beba haitiana de seis meses, y ella no volvió a ser la misma. “Cuando llegó fue un sueño. Estaba dormida, abrió los ojos, me miró y se rió. Y dije ‘Dios mío’ ”, relata mientras los ojos se le llenan de lágrimas, pero al instante trata de recomponerse asegurando con una leve sonrisa “no voy a llorar”. Y para que no queden dudas, ante la pregunta de cómo es como madre, no duda en decir “cada día más feliz”.
¿Cómo fue el proceso hasta llegar a la adopción?
Fueron muchos años de búsqueda. A todas nos educan creyendo que vamos a poder ser madres. Hay mujeres que deciden no serlo y me parece válido. Primero, fue probar naturalmente y después con tratamiento, pero ahí me puse un límite: más de tres no, para preservarme a mí y a la pareja. Los dos queríamos tener un hijo. Luego, me dijeron sobre la ovodonación, pero hay bebés que ya nacieron y necesitan personas que los cuiden. No necesito tener la panza. Fue un proceso para trascender el ego. El embarazo dura nueve meses y un hijo toda la vida. Me di cuenta, muy estimulada por mis sobrinos a los que amo profundamente, que lo importante era eso. Aunque físicamente no nos parecemos, mi hija es un calco mío y eso tiene que ver con la crianza. Eso no es parir, es todos los días ser la mamá de alguien que hay que cuidar, educar, alimentar, proteger, ponerle límites. Es alguien que nunca más se va a ir de tu cabeza, es un viaje para siempre.
Hoy en día, las parejas son cada vez más fugaces y lo que nació como una gran promesa de amor eterno, puede llegar a durar muy poco. Pero esta no es la historia de Andrea y el empresario Daniel Grinbank, quienes ya cumplieron 15 años juntos. “¿Cuál es el secreto? -se repregunta- Pelearla, porque la vida colabora muchísimo para que la gente se separe y creo que hay una tendencia a ser vago con eso. Con Daniel hemos pasado por todo tipo de situaciones en la vida, pérdidas e incorporaciones, pero cuando uno encuentra un muy buen vínculo y el amor es importante y fuerte. hay que pelearla. Tenemos nuestros altibajos, pero hay que lucharla. Nos seguimos eligiendo”.
Porteña, sensible, sencilla, profesional. Así es esta actriz, madre y mujer que transita su vida “caminando, pero a paso seguro”.
Clarin.com
...es un actriz muy formidable!!!
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