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Halle Berry: "Olivier es muy romántico y sensible"

La actriz habló en exclusiva con ¡Hola! en su visita a la Argentina; embarazada de tres meses, dijo que el hijo en camino es "un milagro"



DE MADRES E HIJAS
En una luminosa suite del Alvear Palace Hotel, Halle Berry (46) recibe a ¡Hola! Argentina con una amplia sonrisa. Después, busca un cómodo sillón Luis XV y se sienta bien derecha, lo que vuelve inevitable imitar su postura. "Apenas terminemos quiero salir a conocer la ciudad, que me dijeron que es muy linda", asegura, mientras juega con su espectacular anillo de compromiso –una joya con esmeralda de 4 quilates y brillantes blancos– que le regaló el año pasado el actor franco-español Olivier Martinez (47), con quien planea casarse en el más absoluto secreto en los próximos meses. A pesar del caos que reina en la sala –vino con su manager, su agente de prensa, su peinador y mucha gente más que la sigue a sol y a sombra–, la actriz se muestra serena y delicada en sus modos, con todos por igual.
Dueña de una belleza envidiable –la revista People la consagró como la mujer más sexy de todos los tiempos–, la protagonista de X- Men hipnotiza incluso vestida con leggings de cuero y un suéter amplio y oscuro. Se la ve radiante. Y no es para menos. Hace unos días, confirmó que está embarazada y espera un varón junto con Olivier, su pareja desde 2010. Madre de la pequeña Nahla (5) –fruto de su anterior relación con el modelo Gabriel Aubry–, la ganadora del Oscar llegó a nuestro país para presentar su última película, 911, llamada mortal, un thriller que marca su regreso a la pantalla grande. "Amo el suspenso; de hecho, las mejores películas de todos los tiempos para mí son
El silencio de los inocentes, Bajos instintos, Atracción fatal…, en las cuales las mujeres fueron las verdaderas protagonistas. "Este guión me recordó mucho a esas historias y enseguida quise ser parte de eso", asegura.
–¿Es agotador ser parte de Hollywood?
–[Piensa]. Todo ese mundo de flashes, vestidos alta costura y red carpets ocupa solo una pequeña parte de mi vida. La magia y el glamour que muestra la alfombra roja sucede solo tres o cuatro veces en el año. Fuera de esa agenda, la vida sigue siendo la misma para todos. Hollywood parece más grande y glamoroso de lo que en verdad es.
–¿Qué se siente ser una de las mujeres más sexies del planeta?
–Nunca entendí ese rótulo. [Risas]. La belleza es sumamente subjetiva, qué es bello y qué no depende de cada persona. Yo trato de enfocarme sobre las cosas que quiero hacer y la clase de mujer que quiero ser. La mirada externa no me define ni nunca me definió. Me preocupa más trabajar mis relaciones con los que me rodean y si puedo marcar una diferencia en la vida de otros. La belleza es como un placer pasajero, es lindo ser admirada, pero todos sabemos que con el tiempo eso se desvanece. Al final del día, lo único que queda es la belleza interior, la huella que dejás en este mundo.
Bueno, pero para estar así seguro te cuidás….
–Sí, pero eso también es porque soy diabética desde los 19 años. Y, en contraposición a lo que les pasa a muchos, aprendí a vivir esta enfermedad como una bendición. Gracias a una dieta sana y al ejercicio diario, pude controlarla. De hecho, creo que por estar tan saludable pude quedar embarazada a los 46 años.
Halle tiene muchas batallas libradas en su vida. Hija de un enfermero afroamericano y de madre blanca –descendiente de ingleses–, tuvo que luchar contra el prejucio racial y el abandono de su padre alcohólico cuando era pequeña. Sin embargo, a pesar de la discriminación y el maltrato, Berry venció los obstáculos y conquistó su lugar en el mundo. Fue reina de la belleza y modelo e imagen mundial de Revlon. Como actriz, se llevó todos los aplausos por su papel en Cambio de vida , rol que en 2002 le valió el Oscar a la Mejor Interpretación Femenina y la convirtió en la primera actriz afroamericana en llevarse la estatuilla dorada.
–Siempre decís que tu madre es una de las mujeres más valientes que conocés. ¿Qué cosas te enseñó que te gustaría transmitirles a tus hijos?
–Me inculcó la cultura del trabajo y a no bajar los brazos jamás. Eso es lo que quiero transmitirle a Nahla. Mamá tuvo que criar sola a sus dos hijas interraciales en plenos años 60. Y a pesar del constante desprecio y discriminación con que debía lidiar a diario, logró darnos una infancia feliz y nunca nos faltó nada.
–¿Tu hija sabe que sos actriz?
–No. Nahla cree que uso lindos vestidos para ir a trabajar, como una princesa. [Risas]. Cuando salimos y la gente nos saluda, enseguida me pregunta: "¿Los conocemos?".
–A pesar de la fama, ¿logran tener una vida "normal"?
–Una de las cosas más tristes que vivo como madre es no poder darle a mi hija la privacidad que merece, aunque lo desee con todas mis ganas. En Estados Unidos eso es muy difícil, si antes la prensa te sacaba fotos en los eventos, ahora te sorprenden en el supermercado, en la calle, a la salida del colegio...
–Una vez contaste que Halloween es una de las celebraciones que más disfrutan juntas. ¿Por qué?
–Por una noche puedo salir con mis amigos y ser lo más libre y loca que tenga ganas. Nadie sabe que soy yo y sé que por eso no voy a salir en el diario a la mañana siguiente. Es el día de mayor libertad y anonimato. Y lo espero todo el año. [Risas]. De paso, a mi hija le encanta disfrazarse, así que es una fiesta para las dos.
–Un hijo siempre te cambia la vida. ¿Cómo te modificó su llegada?
–Nahla, sin proponérselo, me permite conectarme con mi propia infancia. De repente me veo haciendo cosas completamente infantiles y tontas, me visto con cualquier cosa, jugamos y nos divertimos. Es como volver a ser una niña.
–¿Fue duro ser madre a los 40 años?
–Para mí fue genial. De hecho, estoy feliz de haber aplazado la maternidad. A los 30 no estaba preparada, recién estaba comenzando a descubrir qué tipo de mujer quería ser. Por ese entonces, mi carrera era lo más importante, tenía mis metas y esos sueños que me había propuesto cumplir de chica. Y gracias a que pospuse el plan familiar, hoy siento que no me queda ninguna cuenta pendiente. No me arrepiento de nada y por eso ahora tengo puesta toda mi atención en la familia. Estoy muy presente con mi hija, la veo crecer, me dedico a ella.
–Y ahora estás esperando un varón… ¿Estás nerviosa?
–Ni un poquito. Lo único que quiero es que nazca sano.
–¿Cómo fue ese instante en que descubriste que estabas embarazada?
–Estaba en el médico y cuando me lo dijo quedé en shock.
–Pero si fuiste a la consulta era porque alguna duda tenías…
–No, nunca me lo vi venir. Fui al médico porque pensé que tenía cálculos o algo así. Así que fue de verdad una gran sorpresa para todos.
–¿Cómo recibió la noticia tu hija?
–Está feliz. Si bien ella hace rato le pedía a Dios una hermanita, yo traté de no darle muchas expectativas. A los 46 ya no sabía si iba a volver a quedar embarazada. Olivier y yo siempre quisimos ser padres, nos vamos a casar este año y queríamos un bebé… A pesar de que todos deseábamos lo mismo, no quise ilusionarme. Cuando hablaba con Dios, le decía: "Si tiene que ser, será".
–Y finalmente sucedió.
– Sí, Dios nos cumplió ese sueño. Este embarazo lo vivo como un milagro y un gran regalo porque este hijo fue tan deseado como inesperado. Es una renovación de la vida… Las cosas buenas también suceden.
                                           
Halle Berry estuvo casada dos veces, primero con el jugador de béisbol David Justice y más tarde con el músico Eric Benét. Después, salió durante cuatro años con Gabriel Aubry, padre de su hija Nahla, con quien recientemente mantuvo una dura batalla judicial por la custodia de la niña. Este año, la estrella de Hollywood está lista para volver al altar con su prometido, Olivier Martinez, a quien conoció a fines de 2010 mientras rodaban Dark Tide. La boda será íntima y, posiblemente en París. ¿La fecha? Es un secreto guardado bajo siete llaves.
–¿Cómo describirías a Olivier?
–Es francés, así que definitivamente es romántico y atento. Pero también tiene su sangre "latina" por su apellido español… Así que también es fogoso y sensible…
–¡La mejor combinación!
–[Risas]. Sí, en su sangre lleva la fórmula perfecta.
–¿Todavía creés en el amor para toda la vida?
–Absolutamente. Soy una romántica incurable y esa es la única razón por la que me voy a casar de nuevo. Que no me haya ido bien en mis anteriores relaciones no quiere decir que no haya intentado encontrar al compañero con quien construir una vida juntos. Tengo el mismo sueño que el resto de las mujeres. La única diferencia es que en mi caso, mi vida privada siempre está bajo la lupa de la prensa. No todas las personas aguantan la presión de la vida pública. Y ese fue uno de los grandes problemas en mis vínculos. Construir y sostener una relación ya es difícil y si encima le agregás ese factor celebrity, se hace muy duro.
–Sin embargo, volvés a intentarlo.
–Sí, sigo apostando a lo que siento y creo que esta vez no me equivoco. Y en parte es porque me enamoré de Olivier ya de grande. Los dos estamos más capacitados para enfrentar la fama y la vida pública. El lo maneja muy bien y eso facilita mucho las cosas. No sé cómo explicarlo, pero te aseguro que este amor se siente más real que nunca.




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