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Natalie Pérez "Me tengo que enamorar de mi galán"

Con la satisfacción de estar disfrutando de un presente ideal en cuanto a lo laboral, ni un cuadro febril impide a Natalie Pérez transmitir su felicidad.
Natalie Pérez se luce en teatro con el musical "Camila" (AHORA).


‑Estoy muy contenta con todo el trabajo previo que se hizo. Para mí fue todo un crecimiento la preparación de este personaje. Me dio mucho miedo al principio  no sabía si iba a poder, pero la verdad es que salió y la gente está muy contenta. Es muy lindo poder trabajar tanto y que el público te agradezca.
‑Busqué información por mi cuenta porque tenía ganas de saber un poco más, aunque el director nos dijo que no le interesaba que leyéramos mucho porque él tenía bien en claro cómo quería que fuese cada personaje. En los primeros ensayos empezamos hablan‑ do en forma más coloquial y a medida que avanzábamos fuimos metiendo modismos de época.
Me gusta estar atenta cuando alguien tiene algo para aportar. Es hermoso que te digan cosas lindas aunque a veces me cuesta recibir semejantes halagos. Me da vergüenza. Quienes vieron la película de Susú Pecoraro e Imanol Arias generalmente se acercan al teatro con una expectativa por lo que marcó en esa época. Y después de ver la obra se van encantados.
‑La historia es hermosa. Cada vez que termino una función agradezco estar ahí porque sentir la reacción del público es algo alucinante. Si bien todo el mundo sabe cómo termina la historia, en las escenas finales la energía es especial. Y siempre me pregunto: “¿Cómo no dejaron a estos chicos contar su amor?”.
 Siempre me gustó cantar, pero nunca me había animado. Había participado en “Frecuencia 04”, “Chiquititas” o “Consentidos”, donde el trabajo me llevó a grabar discos. En “El diluvio que viene”, mi obra anterior, me di cuenta de que podía cantar.
‑Cada vez que me preguntan si prefiero la tele, el cine o el teatro es como que si preguntaran si quiero más a papá o a mamá. En los tres espacios hago lo que amo y lo que más disfruto en esta vida. El teatro tiene algo que es ins‑ tantáneo: sentís la energía de la gente que te está mirando. La televisión para mí es maravillosa y en cine tuve una sola oportunidad, pero también me pareció increíble.
Con Peter Lanzani nos conocimos tres días antes de audicionar por primera vez y hubo algo lindo que, obviamente, el director vio. Una química por la cual nos conectamos. Fue maravilloso. Cuando empezamos a ensayar conocí a una persona increíble. El trabajo que hizo Dalia Elnecavé como coach fue importantísimo. Ella se encargó de que realmente nos amemos arriba del escenario. Y es lo que pasa arriba del escenario: nos amamos.
‑Lo dijo una actriz y yo lo adopté: “Me tengo que enamorar de mi galán”. Me pasó lo mismo con (GastónSoffritti en “Graduados”. Hay que estar ciento por ciento convencida. Te puede pasar que debas trabajar con una persona que no te guste para nada físicamente y con la cual no tengas química. En ese caso hay que encontrar algo que te atraiga: el perfume, su mejilla, su pelo, su talento... Algo que mires y te haga amarlo. Con Peter fue fácil porque es humilde, sencillo y buen compañero.
. Y en mi vida soy bastante así. Si me pasa algo no tengo problema en ir y decirlo. No me importa el prejuicio. Si se siente y por ahí el otro está esperando algo de uno, hay que hacer. El no ya está dicho. Lo hago tanto con mis amores como con mi trabajo. En la obra fui la última en audicionar y quedé. La ver‑ dad es que fue muy loco. Obviamente es hermoso que vengan y te conquisten, pero a veces hay que avivar a alguno.
Estoy sola pero bien, disfrutando mucho de mi trabajo. Cuando llegue llegará. Soy un poco ansiosa: ya me quiero casar, pasar mi vida en pareja, cocinar... Todo eso me fascina. Soy medio Susanita, y también odio esta nueva moda de casarse y separarse. Por eso no hay que apurar las cosas. Cuando suceda quiero que sea para siempre.
‑En mis comienzos empecé estudian‑ do comedia musical a la vuelta de mi casa porque a los diez años le dije a mi mamá que quería ser actriz. Nunca dudé de eso y me vio tan convencida que me llevó. Estudié en la escuela de Julio Chávez, pero en realidad trabajé más de lo que estudié, teatro por lo menos. Igual siempre hice seminarios y cursos pero de a puchitos porque estuve con laburo constante. Nunca estuve un año sin trabajar.
‑Sí, totalmente. Observo y aprendo todo el tiempo. He laburado con gente muy grosa y en ese caso podés hacer dos cosas: pasarlo por alto o aprovechar y aprender. Mis grandes maestras fueron Adriana Salonia; en “Graduados” Paola Barrientos era genial; y Claribel Medina me enseñó mucho. Todo el tiempo estoy tomando consejos.
‑Son esas cosas que suceden, nadie tiene la fórmula del éxito. Quizá no fue lo que se esperaba, pero la verdad es que funcionó muy bien de rating. Empezó de una forma y terminó de otra. La gente lo aceptó y estuvo muy bien. Mi participación era chiquita, pero para mí fue muy importante que me llamasen después de haber estado en “Graduados”.
‑¿Cómo sigue tu año?
‑Hay dando vueltas dos proyectos para hacer novelas, pero todavía no hay nada firmado. Sigue la propuesta de la película de Alberto Olmedo con Martín Bossi, pero aún falta. Así que estoy tomándolo con calma. Antes sufría por la incertidumbre. Ahora aprendí a calmarme y sé que todo llega. 

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