La joven de 22 años admitió que sentía que la estatuilla emanaba una energía muy negativa y, aunque intentó colocarla en un lugar de su casa en el que casi no la viera, esto no resultó suficiente.
“Lo puse en el paso hacia el baño y en cuanto lo vio mi madre me dijo: ‘me lo voy a llevar, no debería estar aquí’”, reseñó la agencia de noticias Europa Press.
Así fue como el codiciado trofeo paró en casa familiar de sus padres, en Kentucky; ellos lo colocaron sobre un piano que tienen y les quedó de película, pues así exhiben, de paso, el orgullo que sienten por su hija.
Lawrence también dijo que no quería que quienes visitaran su casa en Los Ángeles la recordaran únicamente por el premio.
Durante los últimos años han circulado rumores sobre la maldición que recae en el Óscar. Por ejemplo, se dice que las actrices que mantienen una relación de pareja y ganan el premio terminan separándose... cierto o no, casos hay varios: Julia Roberts, Hilary Swank y Reese Witherspoon son algunas de ellas.
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