'Llevo años oyendo a mi mujer hablar de esta ciudad como si fuera un 'affair', de su comida, de sus playas, de su gente', declaró el actor australiano sobre el escenario.
Era la noche más esperada del Festival de Cine de San Sebastián. Hugh Jackman llegó al Kursaal para recibir el Premio Donostia a su "versátil, brillante e imparable" carrera cinematográfica. "Nunca olvidaré esta noche", declaró emocionado el actor, cantante, bailarín y 'showman' australiano. "Mi familia dice que San Sebastián es una ciudad para enamorarse de ella. Llevo años oyendo a mi mujer hablar de esta ciudad como si fuera un 'affair', de su comida, de sus playas, de su gente. Sé que este es un festival internacional muy importante, pero en mi corazón es el festival de la familia Jackman", dijo para regocijo del público.
Vestido completamente de negro, traje, camisa y corbata, Jackman recibió el premio de manos del actor y director mexicano Diego Luna, que le definió como "un hombre de teatro", mientras la presentadora, la periodista Edurne Ormazábal, se referió a él como "un actor fuera de serie".
El festival preparó un vídeo con algunos de los mejores momentos del actor en películas como Australia, donde trabajó con su compatriota Nicole Kidman; El truco final, de Christopher Nolan; La fuente de la vida, de Darren Aronofsky o Scoop, de Woody Allen; lo cual emocionó al actor. "Cuando uno echa la vista atrás, y después de ver esas imágenes, me parece increíble, me doy cuenta de la suerte que he tenido y con las personas con las que he trabajado, los directores, los actores... Es como bailar, si tus compañeros de baile no son buenos, tú no podrás bailar bien". El actor dedicó el premio al equipo de Prisioneros, su última película, dirigida por el canadiense Denis Villeneuve, que se proyectó a continuación de la gala.
A pesar de haber sido una ceremonia más tempranera que otros años, Jackman, que se declaró un hombre de "mañanas" -incluso bromeó con el hecho de que en España no se madrugue- fue recibido con largas colas de gente rodeando la alfombra roja que da paso al Kursaal. Los comentarios, mayoritariamente femeninos, se referían (incluso a gritos) a lo guapo, alto y simpático que es el Lobezno, que no paró de hacerse fotos con todo el que se lo pedía.
Nominado a los Oscar y ganador de un Globo de Oro y un Tony, el australiano es un actor polifacético que ha conseguido enganchar con públicos de todas las edades. La versatilidad que le premia el Donostia ha quedado de manifiesto desde su gira por los escenarios de Broadway, convertido en el cantante y compositor de los 70 Peter Allen, a su papel de Lobezno, de la resistente saga X-Men -ha recaudado 300 millones de dólares en el mundo-, o como Jean Valjean en Los miserables de Tom Hooper.
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