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“Los vecinos en guerra” dejó de ser una comedia light y pasó a tira policial.

“Cambiamos porque no dimos en la tecla con lo que la gente tenía ganas de mirar”, reconocen desde Underground.
LOS VECINOS EN GUERRA.




“A una novela la podés dejar de ver una semana que cuando volvés todo sigue más o menos igual”. Esta suele ser una frase bastante escuchada y acertada a la hora de analizar las tiras locales, salvo algunas excepciones, como el caso de “Los vecinos en guerra”.
Aquellos que por algún motivo dejaron de ver la novela de Telefé y en estas últimas semanas retomaron seguramente se encontraron con un giro tal en la ficción que lleva a la pregunta: ¿No será otra novela con los mismos personajes? Parecería una exageración, pero la gran cantidad de bajas en el elenco, las flamantes incorporaciones, incluso de nuevos protagonistas como Juan Gil Navarro, y principalmente el cambio en el guión hacia algo más policial, hacen que esta premisa se justifique.
La salida del personaje de Mike Amigorena, Alex Mayorga, fue el punto de inicio que utilizaron desde Underground, la productora que encabeza Sebastián Ortega, para barajar y dar de nuevo en la historia. Mayorga murió asesinado y casi todos en el barrio son sospechados, principalmente Rafael Crespo (Diego Torres) e Ivana Barreiro (Mónica Antonópulos), hecho que marcó el inicio de una historia policial, que llegó con la incorporación de otros personajes en función al cambio de eje: un abogado (Navarro), un fiscal y una policía. “Cambiamos porque queremos llamar más la atención, algo que es lógico. El programa estaba correcto, pero pretendíamos más. Es lo que teníamos que hacer por el hecho de estar en el prime-time de un canal como Telefé. Utilizamos la salida de Mike para encontrarle una parte de suspenso y policial. En la base de la historia existía esa trama policial, pero ahora lo aumentamos”, sostiene un referente de Underground que prefiere no dar su nombre porque “cuando se tiene que hablar de un programa que en este momento está pasando cierta turbulencia, internamente el elenco, si uno habla de estas cosas públicamente, se puede pinchar”.
Cambiar, reinventarse y mejorar para captar mayor atención del público para sobrevivir no es algo nuevo en la televisión , y tampoco para Underground, que ya recurrió con éxito a la misma estrategia con “Botineras”. “También es real que el cambio de horario (martes a viernes a las 22.45) no nos favoreció porque este programa es más ‘light’ a diferencia de ‘Botineras’ que era mucho más hot y logró ser un policial hecho y derecho cuando le cambiamos el rumbo. Entonces, en este horario, una de dos: o apuntás a una cosa adulta y realista, que ya lo tiene ‘Farsantes’ (El Trece), o rumbeás hacia el entretenimiento puro. Capaz que no evaluamos bien entre el canal y nosotros cuando se cambió el horario... Si convenía hacer un giro tan fuerte de trama o valía seguir con lo que estábamos haciendo”, sostiene el productor que se niega a hablar de “Los vecinos en guerra” (el viernes tuvo su rating más bajo 9.5 puntos, pero siempre se ubica entre los cinco ciclos más visto del día) como un fracaso: “No, para nada. También hay que analizarlo dentro de un contexto de programación. Sí asumimos que las cosas no salieron como queríamos”.
En donde también se ve claramente la velocidad de reacción y pericia para cambiar es en las historias juveniles. Ahora ya no se muestra una visión adolescente un tanto naif, sino mucho más realista. El embarazo del personaje de Candela Vetrano y la incipiente historia de amor lésbica entre Agustina (Sabrina Fogolini) y Valeria (interpretada por la incorporada Natalie Perez) así lo demuestran. Situaciones que se pueden tocar con mucha mayor comodidad en el nuevo horario. Por su parte, la cuota de comedia la continúa poniendo principalmente Juan Pablo Geretto con su genial interpretación de Reina Barreiro, que desde el inicio de la tira fue aumentando progresivamente su cantidad de escenas.
Desde Underground hacen autocrítica: “Desde el arranque sabíamos que ‘Vecinos...’ era una propuesta de riesgo que no generaba tanta identificación del público. Dijimos ‘a diferencia de ‘Graduados’, vayamos con algo que tenga más que ver con la fantasía’. Evidentemente no dimos en la tecla con lo que la gente tenía ganas de mirar y por eso no lo compró masivamente. Asumimos que las cosas no salieron como queríamos y vamos a hacer todo para que eso cambie”. Ya lo están haciendo.


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