"Tomé una distancia porque me vi superado", dijo el actor, que se luce en el teatro El Tinglado con "Camping 1".
Se hizo muy conocido por el ser el chico rubio de rastas en la tira “Verano del 98”, la novela que lideró el prime time de Telefe durante los años 1998, 1999 y 2000. Hoy con un look totalmente renovado –pelo corto, morocho y con barba crecida– y quince años transitados, Nahuel Mutti está dedicado al teatro, donde reestrenó hace pocos días una obra que supo ser un éxito.
Optó por irse a vivir lejos de la ciudad junto a su mujer Catarina Spinetta. No descarta volver a la televisión, medio del que él mismo decidió alejarse por sufrir ataques de pánico. Padre de tres varones que eligieron su mismo camino artístico, se muestra orgulloso y lo expresó ante DiarioShow.
“Las rastas volaron hace 14 años. Fueron tres años de ‘Verano del 98’, empalmé haciendo ‘El hacker’ y luego decidí cortarme el pelo. Hice pocas cosas en televisión luego. Es cierto que tuve un bache en la actuación, tomé una distancia porque me vi superado. Cuando estaba comenzando con ‘Verano’ me fui a vivir con mi novia, quien ahora es mi mujer. Me fui de mi casa, empecé a trabajar, empezó la fama que era algo nuevo para mí... Fue como una catarata que no paraba y duró mucho tiempo. Fui el personaje fuerte de la tira, estuve los tres años y empecé a sentir como cierta presión que desembocó en ataques de pánico. Como si fuera poco, cuando terminé de filmar ‘Verano’ nació mi hijo Angelo (hoy de 14 años), luego vinieron Benicio (hoy de 12) y Justinode 3 años. Todo eso me movió el piso”, reconoce sobre su cambio rotundo de vida y sus consecuencias.
Aunque no lo asume plenamente, Mutti es una persona que no disfruta de la fama y hasta la esquiva. “Hay una generación, la de los 30, que aún me reconoce por mi paso por la novela, pero está la era de mi hijo donde no saben ni quién soy. Me hace sentir cómodo esa situación”, señaló.
Hoy, más relajado y viviendo en la tranquila localidad de Ingeniero Maschwitz junto a su mujer –hija del recordado Luis Alberto Spinetta–, piensa que tomaría de otra manera la fama repentina. “Yo creo que era otro momento, hoy estoy más maduro y lo manejaría de otra manera. Hoy no me asustaría”, reconoce.
“Angelo y Benicio nacieron en una familia de artistas. Empezando desde su abuelo Luis Alberto Spinetta, su tío Dante Spinetta, su otro tío músico, su mamá, su padre y su abuela que es bailarina... Toda sus vidas están rodeada de artistas. Para mis hijos es algo natural”, afirma sin temores sobre la decisión de sus hijos de seguir por este rumbo.
“Angelo y Benicio actuaron en un video de Julieta Venegas en el que son los protagonistas. Luego realizaron dos películas, Benicio hizo algo en televisión, Angelo un corto que presentará afuera del país, e hicieron campañas de todo tipo. Estos chicos tienen algo mágico, una polenta increíble. Los aconsejo, pero si compartimos un trabajo trato de no meterme. Les hablo de cómo tienen que manejarse por la vida, en el respeto al prójimo, en el amor a los animales, en la limpieza, en lo importante que es estudiar. Trato de que sean buena gente”, cuenta orgulloso.
El 19 de marzo reestrenó en el Teatro El Tinglado, donde se presentarán todos los jueves a las 22, la obra “Camping 1”.
“Es una historia de cuatro amigos que se van a un camping, en una despedida, porque el personaje que hago yo, el de Segundo, se va de viaje por una beca. Son dos gays y dos amigas. Ahí se habla de los amores, de los casos de bullying que tuvieron en la adolescencia y lo difícil que es ser homosexual en una sociedad tan machista”, cuenta sobre su obra.
“Es una comedia dramática de amor. La gente la pasa muy bien. Nuestra experiencia en el Teatro San Martín –donde se presentaba hasta hace poco tiempo– nos mostró que la gente se iba más viva. Uno cuando va a ver una obra no sabe con qué se va a encontrar, y cada vez que terminaba la función el público se iba contento y nosotros también”, concluye.
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