Bruce Willis estaba saliendo de un centro médico en Beverly Hills, con sus hijas.
Mientras padre e hijas iban dando un agradable paseo hubo un fotógrafo que se acercó demasiado al actor para tratar de sacar unas fotos y eso al actor no le sentó nada bien.
Bruce Willis está acostumbrado a los papparazzis y en un principio no le importó demasiado aunque sabemos que nunca le gusto que invadan su intimidad.Supo comportarse; hasta que uno de los fotógrafos invadió demasiado su espacio personal, y el actor reaccionó de la manera más tosca posible; les tiró una botella de agua que llevaba en la mano.
No contento con haberl mojado y haber estropeado algunas cámaras, el actor estaba tan furioso que los amenazó diciendo que la próxima vez que se acercasen no seria agua lo que vertería sobre ellos, sino orina.
Mientras padre e hijas iban dando un agradable paseo hubo un fotógrafo que se acercó demasiado al actor para tratar de sacar unas fotos y eso al actor no le sentó nada bien.
Bruce Willis está acostumbrado a los papparazzis y en un principio no le importó demasiado aunque sabemos que nunca le gusto que invadan su intimidad.Supo comportarse; hasta que uno de los fotógrafos invadió demasiado su espacio personal, y el actor reaccionó de la manera más tosca posible; les tiró una botella de agua que llevaba en la mano.
No contento con haberl mojado y haber estropeado algunas cámaras, el actor estaba tan furioso que los amenazó diciendo que la próxima vez que se acercasen no seria agua lo que vertería sobre ellos, sino orina.
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