Ryan Reynolds y Blake Lively, desde que supieron que se convertirían en padres,e intentan mantener a su familia tan alejada del ojo de los medios como sea posible.
Mientras ambos declararon de lo emocionados que están con su hija James, y con todo lo que trae consigo la paternidad; también dejaron en claro que no quieren que su pequeña sea fuente inagotable noticias, por lo cual hasta la fecha, aún no revelaron su rostro.
Todo esto ha ocasionado un mayor interés por parte de los medios, así que algunas personas malintencionadas han tratado de hacer lo posible con tal de beneficiarse un poco de toda esta circunstancia, incluyendo a viejos amigos de Reynolds.
Recientemente el guapo actor reveló en exclusiva a GQ, que descubrió a uno de sus mejores amigos tratando de vender imágenes de James, cosa que no le gustó para nada, y esto lo llevó a tomar decisiones drásticas.
“Uno de mis amigos más cercanos de la infancia, él había estado negociando fotos de mi bebé por ahí. Fue como la muerte”, aseguró a la revista. “Fue como una de esas cosas devastadoras que descubres”.
“Realmente no existe una conversación a tener. Simplemente es, ‘Oh, bueno, nunca más te voy a ver o a volver a hablar, desafortunadamente’. Esa es la forma como funciona”.
Mientras ambos declararon de lo emocionados que están con su hija James, y con todo lo que trae consigo la paternidad; también dejaron en claro que no quieren que su pequeña sea fuente inagotable noticias, por lo cual hasta la fecha, aún no revelaron su rostro.
Todo esto ha ocasionado un mayor interés por parte de los medios, así que algunas personas malintencionadas han tratado de hacer lo posible con tal de beneficiarse un poco de toda esta circunstancia, incluyendo a viejos amigos de Reynolds.
Recientemente el guapo actor reveló en exclusiva a GQ, que descubrió a uno de sus mejores amigos tratando de vender imágenes de James, cosa que no le gustó para nada, y esto lo llevó a tomar decisiones drásticas.
“Uno de mis amigos más cercanos de la infancia, él había estado negociando fotos de mi bebé por ahí. Fue como la muerte”, aseguró a la revista. “Fue como una de esas cosas devastadoras que descubres”.
“Realmente no existe una conversación a tener. Simplemente es, ‘Oh, bueno, nunca más te voy a ver o a volver a hablar, desafortunadamente’. Esa es la forma como funciona”.
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