Luis Ziembrowski analizó el compromiso del artista en la sociedad actual.
"El actor, además de la prioridad número uno que es entretener, ayuda a reflexionar y a modificar, muchas veces, situaciones que marcan los tiempos históricos de cada momento".
"El actor, además de la prioridad número uno que es entretener, ayuda a reflexionar y a modificar, muchas veces, situaciones que marcan los tiempos históricos de cada momento".
Generalmente, lo encontramos en los personajes de contenido dramático, donde hace gala de una particular impronta para aquellas historias, precisamente, de conflictos humanos. Actualmente, en teatro, en “El quilombero” se mete en la piel de un asesino por encargo, aunque el material en que se desarrolla la historia se mueve en el terreno del humor y la comedia.
Un trabajo, reiteramos, casi inesperado para Luis Ziembrowski. En la antesala de una de las funciones, el actor charló con “Crónica” y analizó las variantes de género en el trabajo escénico y el compromiso del artista en la sociedad actual.
“Estoy realmente en un gran desafío. Esta obra es una comedia muy cambiante en cuanto a los episodios de la historia y las acciones están dotadas de una gran rapidez. Todos estamos imbuidos aquí de un perramente vértigo, que no nos da respiro. Me sedujo mucho esta propuesta y, por otra parte, es especial para poder apreciarla en el verano”.
Luis viene de protagonizar obras de gran labor escénica, puntualmente, en noviembre pasado realizó en el teatro Cervantes, “Los corderos”, con autoría y dirección de Daniel Veronese. Sus criaturas siempre tienen que ver con una introspección emocional de gran carnadura. No obstante, ahora, el actor cambió el rumbo del género y apostó a otra de las grandes variantes que ofrece siempre su actividad.
“El humor estuvo relacionado con mi profesión en mi etapa de teatro independiente. Es más, habíamos formado un grupo con particular tránsito en la historia de los clawns y los saltimbankis. Nos resultó un ejercicio maravilloso de composición”.
“Yo no tengo dudas que en el universo del teatro no hay trabajos grandes o menores, hay, simplemente, laburos bien realizados o mal hechos. A mí siempre me interesa la dignidad y la responsabilidad que uno ponga en cada acción, en cada personaje”. En la parte final de la charla, el actor sostuvo que “el compromiso del actor está más vigente que nunca. Siempre existió y va a existir. Desde lo artístico y lo ideológico. El actor, además de la prioridad número uno que es entretener, ayuda a reflexionar y a modificar, muchas veces, situaciones que marcan los tiempos históricos de cada momento. Y, en esto, ponemos con mucho esfuerzo y tesón, nuestro granito de arena”.
Fuente Diarioshow.com
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