Jennifer Garner fue una de las ausentes a los Globo de Oro en Los Ángeles, gala a la que lleva sin asistir desde el año 2013.
La actriz estaba pasando el día en Nueva York junto a su hija Seraphina Rose, de ocho años, con quien disfrutó de una tarde de tiendas por la Quinta Avenida.
Con la ola de frío que ha sacudido el globo, la capital newyorkina ha estado cubierta de nieve durante este comienzo de año y nos ha dejado muchas instantáneas de las 'celebrities' disfrutando de los blancos paisajes. En el caso de Jennifer, el frío no ha conseguido retenerla en casa y ha salido con su segunda hija a la tienda American Girl Place, de donde salieron con una gran bolsa roja llena de muñecas y prendas de ropa.
Madre e hija, abrigadas con sendos anoraks, capuchas y botas se enfrentaron al temporal dejando una preciosa estampa invernal de la ciudad que nunca duerme. Jennifer se mostró sonriente y cariñosa con su hija Seraphina, que se refugiaba de las bajas temperaturas con un gorro negro bajo la capucha. Un paseo rápido que incluyó una visita posterior al Museo de Arte Metropolitano y con la que se despidieron del frío, puesto que al día siguiente viajaban de nuevo a Los Ángeles, donde tienen establecida su residencia, para la vuelta de los niños al colegio.
La actriz estaba pasando el día en Nueva York junto a su hija Seraphina Rose, de ocho años, con quien disfrutó de una tarde de tiendas por la Quinta Avenida.
Con la ola de frío que ha sacudido el globo, la capital newyorkina ha estado cubierta de nieve durante este comienzo de año y nos ha dejado muchas instantáneas de las 'celebrities' disfrutando de los blancos paisajes. En el caso de Jennifer, el frío no ha conseguido retenerla en casa y ha salido con su segunda hija a la tienda American Girl Place, de donde salieron con una gran bolsa roja llena de muñecas y prendas de ropa.
Madre e hija, abrigadas con sendos anoraks, capuchas y botas se enfrentaron al temporal dejando una preciosa estampa invernal de la ciudad que nunca duerme. Jennifer se mostró sonriente y cariñosa con su hija Seraphina, que se refugiaba de las bajas temperaturas con un gorro negro bajo la capucha. Un paseo rápido que incluyó una visita posterior al Museo de Arte Metropolitano y con la que se despidieron del frío, puesto que al día siguiente viajaban de nuevo a Los Ángeles, donde tienen establecida su residencia, para la vuelta de los niños al colegio.
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