Su expareja, el financiero francés Arpad Busson, afirma que la actriz bebe en exceso y le impide ver a su hija.
La custodia de Luna, la hija que Uma Thurman y el financiero francés Arpad Busson tuvieron en 2012, está en tela de juicio desde hace una semana en el Tribunal Supremo de Manhattan, en Nueva York. Allí también salieron a relucir los trapos sucios sobre la intérprete de Kill Bill con la intención de empañar su labor como madre. Busson, de 53 años, ha acusado a Thurman de no haberle devuelto el anillo de compromiso, valorado en 1,4 millones de euros, a pesar de solicitarlo en repetidas ocasiones. También ha narrado al juez la insistencia de Thurman, de 46 años, en firmar un contrato que delimite la custodia de la niña casi desde el momento de su nacimiento. Y cómo la intérprete contrató y despidió a unas seis o siete niñeras de Luna en los últimos 12 meses.
Casada en dos ocasiones —la primera con el actor Gary Oldman y la segunda, con el también intérprete Ethan Hawke con quien tuvo dos hijos—, Thurman mantuvo una tumultuosa relación con el financiero durante siete años, de 2007 a 2014, aunque nunca llegaron a contraer matrimonio. Busson, también conocido como Arki, tiene, además, otros dos hijos de su anterior relación con la modelo Elle MacPherson.
La disputa por la custodia, que se espera continúe una semana más, también ha sido el escenario de ataques cruzados entre los padres de la niña. Mediante su abogado, Busson ha afirmado que su expareja tiene "problemas mentales" y, además, la acusa de consumir alcohol en exceso, afirmaciones a las que el juez ha puesto freno alegando que eran irrelevantes. En opinión del juez, ambos deben tener cuidado con lo que sus hijos puedan leer en la prensa de ellos, y se ha limitado a preguntar si en algún momento las facultades de la actriz se han visto limitadas por el alcohol. Thurman ha dicho que no. El único trastorno psicológico que ha reconocido sufrir la actriz fue el síndrome de atención deficitaria, y ha admitido haber tomado medicamentos contra la depresión y la ansiedad y para mitigar los trastornos en el sueño.
Con una fortuna reconocida de más de 150 millones de euros, Busson ha descrito durante el juicio sus mansiones, tanto en Londres como en Bahamas, lugares donde le gustaría pasar más tiempo con su hija. También ha señalado cómo Thurman había frenado la segunda nacionalidad de Luna, que nació en Estados Unidos pero podría obtener la francesa, para que se facilitaran sus viajes por Europa. Y como católico creyente, ha añadido lo importante que es para él el bautismo de su hija, algo que todavía no había sucedido. Por razones fiscales Busson no puede permanecer más de 120 días en Estados Unidos, una de las razones que ha mostrado cuando el juez le preguntó por qué no tenía casa en Nueva York para estar más cerca de su hija. “Pero si el juez fija un tiempo suficiente para estar con mi hija, lo consideraré”, añadió.
Mientras Busson declaraba, Thurman se mostró incómoda. La actriz, vestida de manera discreta con un traje de pantalón oscuro y bufanda de seda, le hizo llegar en varias ocasiones notas a su abogado. Mientras que Busson desea la custodia compartida, así como la posibilidad de viajar con Luna a Londres y a las Bahamas, Thurman desea limitar el contacto entre ambos y restringir las visitas en lo posible a la ciudad de Nueva York. Según la actriz, Busson cancela con frecuencia en el último momento las visitas con su hija.
Además, según Uma, ha sucedido alguna vez que, cuando Luna está bajo la custodia del financiero francés, la deja al cuidado de otros. Por ejemplo, y siempre en base a las palabras de Thurman, una vez se quedó como MacPherson mientras él asistía a un partido de fútbol. Aún así, los hijos de la modelo testificaron que Busson es un padre “cariñoso y activo” que hace lo posible por disfrutar de la familia.
La custodia de Luna, la hija que Uma Thurman y el financiero francés Arpad Busson tuvieron en 2012, está en tela de juicio desde hace una semana en el Tribunal Supremo de Manhattan, en Nueva York. Allí también salieron a relucir los trapos sucios sobre la intérprete de Kill Bill con la intención de empañar su labor como madre. Busson, de 53 años, ha acusado a Thurman de no haberle devuelto el anillo de compromiso, valorado en 1,4 millones de euros, a pesar de solicitarlo en repetidas ocasiones. También ha narrado al juez la insistencia de Thurman, de 46 años, en firmar un contrato que delimite la custodia de la niña casi desde el momento de su nacimiento. Y cómo la intérprete contrató y despidió a unas seis o siete niñeras de Luna en los últimos 12 meses.
Casada en dos ocasiones —la primera con el actor Gary Oldman y la segunda, con el también intérprete Ethan Hawke con quien tuvo dos hijos—, Thurman mantuvo una tumultuosa relación con el financiero durante siete años, de 2007 a 2014, aunque nunca llegaron a contraer matrimonio. Busson, también conocido como Arki, tiene, además, otros dos hijos de su anterior relación con la modelo Elle MacPherson.
La disputa por la custodia, que se espera continúe una semana más, también ha sido el escenario de ataques cruzados entre los padres de la niña. Mediante su abogado, Busson ha afirmado que su expareja tiene "problemas mentales" y, además, la acusa de consumir alcohol en exceso, afirmaciones a las que el juez ha puesto freno alegando que eran irrelevantes. En opinión del juez, ambos deben tener cuidado con lo que sus hijos puedan leer en la prensa de ellos, y se ha limitado a preguntar si en algún momento las facultades de la actriz se han visto limitadas por el alcohol. Thurman ha dicho que no. El único trastorno psicológico que ha reconocido sufrir la actriz fue el síndrome de atención deficitaria, y ha admitido haber tomado medicamentos contra la depresión y la ansiedad y para mitigar los trastornos en el sueño.
Con una fortuna reconocida de más de 150 millones de euros, Busson ha descrito durante el juicio sus mansiones, tanto en Londres como en Bahamas, lugares donde le gustaría pasar más tiempo con su hija. También ha señalado cómo Thurman había frenado la segunda nacionalidad de Luna, que nació en Estados Unidos pero podría obtener la francesa, para que se facilitaran sus viajes por Europa. Y como católico creyente, ha añadido lo importante que es para él el bautismo de su hija, algo que todavía no había sucedido. Por razones fiscales Busson no puede permanecer más de 120 días en Estados Unidos, una de las razones que ha mostrado cuando el juez le preguntó por qué no tenía casa en Nueva York para estar más cerca de su hija. “Pero si el juez fija un tiempo suficiente para estar con mi hija, lo consideraré”, añadió.
Mientras Busson declaraba, Thurman se mostró incómoda. La actriz, vestida de manera discreta con un traje de pantalón oscuro y bufanda de seda, le hizo llegar en varias ocasiones notas a su abogado. Mientras que Busson desea la custodia compartida, así como la posibilidad de viajar con Luna a Londres y a las Bahamas, Thurman desea limitar el contacto entre ambos y restringir las visitas en lo posible a la ciudad de Nueva York. Según la actriz, Busson cancela con frecuencia en el último momento las visitas con su hija.
Además, según Uma, ha sucedido alguna vez que, cuando Luna está bajo la custodia del financiero francés, la deja al cuidado de otros. Por ejemplo, y siempre en base a las palabras de Thurman, una vez se quedó como MacPherson mientras él asistía a un partido de fútbol. Aún así, los hijos de la modelo testificaron que Busson es un padre “cariñoso y activo” que hace lo posible por disfrutar de la familia.
0 coment�rios:
Publicar un comentario