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La cruel realidad de Juanita

Perdió su embarazo de ocho meses. Internada en el Sanatorio de la Trinidad, al que llegó con un fuerte dolor abdominal, estuvo acompañada por buena parte de su familia. También fueron Pampita y Vicuña.



El feriado amaneció gris y lluvioso y trajo, para Juana Viale, la peor noticia: la actriz perdió su embarazo de ocho meses. Estaba esperando su tercer hijo (ya es madre de Ambar y de Silvestre, el hijo de tres años que tuvo con el actor chileno Gonzalo Valenzuela). La noticia conmocionó a los medios tanto en la Argentina como en Chile (ver Repercusiones...).

Juana llegó al Sanatorio de la Trinidad, en el barrio de Palermo, ayer alrededor de las 3 de la madrugada. Después de padecer dolores abdominales, fue a la guardia del sanatorio acompañada por su hermano, Ignacio Viale, y allí, los médicos constataron que el bebé ya se encontraba sin vida. Poco después le realizaron una césarea de urgencia para evitar complicaciones posteriores en su salud, según el parte médico emitido por la clínica al mediodía.

“Se comunica que en el día de la fecha a las 03 horas ha ingresado a la guardia de nuestro Sanatorio, la sra. Juana Viale, por dolor abdominal, con un embarazo detenido de 36 semanas. Se realiza una cesárea de urgencia constatándose fallecimiento intrauterino fetal. La paciente se encuentra actualmente en buen estado general cursando un posparto habitual para este tipo de intervenciones”, decía el parte oficial. “La familia agradece las expresiones de preocupación recibidas y solicita por respeto a la privacidad de la paciente discreción en el manejo de la información. Nos pide además que les transmitamos que no harán más declaraciones”, agregaba el comunicado.

Juana pasó toda la mañana bajo el efecto de sedantes y fue asistida por el equipo de psicólogos del sanatorio para ayudarla a hacer frente al drama que le tocó vivir.

Ni bien se conoció la noticia, la puerta del sanatorio en la calle Sinclair se llenó de cronistas, fotógrafos y móviles de televisión, para seguir de cerca la noticia que conmovió a la opinión pública ayer. Desde la institución y desde la propia familia de Juana se mantuvo el hermetismo. Y el acceso a la habitación 601, donde está internada la actriz, estuvo estrictamente vigilado para evitar el ingreso de personas sin autorización, en pos de respetar el difícil momento que pasa Juana.

Las causas que desencadenaron el triste final no se explicitaron, pero, según los médicos especialistas, puede darse por distintas causas (ver Esto no ocurre todos los días).La hipertensión es una de las posibilidades.

Juana estuvo acompañada en todo momento por algunos de sus familiares y amigos que fueron llegando a lo largo del día al sanatorio. Quien no se separó de su lado durante la madrugada fue su hermano, Nacho, que estuvo con ella en el momento más crítico, y dejó la clínica durante la mañana (junto a su novia, la actriz Eugenia Suárez). También su hija, Ambar, de 7 años, estuvo cerca de su mamá, y durante la mañana abandonó la clínica con una amiga de Juana que se ocupó de cuidarla.

Quien se hizo presente en la Trinidad fue Gonzalo Valenzuela, el otro protagonista de este drama, recientemente separado de Juana. El actor chileno ingresó en el sanatorio al mediodía. Llegó en medio de un operativo de distracción para evitar un acercamiento de la prensa. Para eso, mientras Valenzuela entraba al lugar por una cochera del edificio, a la misma hora, su amigo y colega chileno Benjamín Vicuña lo hacía por la entrada principal, acompañado por su mujer, Carolina ‘Pampita’ Ardohain. De esa forma, todas las cámaras los siguieron a ellos y Gonzalo pudo pasar inadvertido. A última hora del día, la pareja volvió, acompañada por una de las hermanas de Valenzuela. Un rato después de las 16 llegó su amiga Valeria Gastaldi (a quien Viale considera como su “hermana”, hija del marido de su madre, Marcela Tinayre).

También se supo que Tinayre había viajado a París el martes para pasar unas vacaciones con su esposo, Marcos Gastaldi. Y, en cuanto se enteró de la noticia, tomó un vuelo de regreso a Buenos Aires para estar junto a su hija en este durísimo trance (al cierre de esta edición se esperaba su llegada a Ezeiza). El padre de Juana, Ignacio Viale del Carril, entró al estacionamiento de la clínica en moto, con el casco puesto, a última hora de la tarde, junto a su otra hija, Manuela. Por otra parte, su abuela (ver El dolor de Mirtha Legrand) prefirió guardar su dolor mientras que Mario Cella, gerente de programación de América, fue a la Trinidad a solidarizarse con la familia.

Juana, que protagonizó la exitosa tira Malparida, por El Trece, no había ido a la entrega de los Premios Martín Fierro el domingo pasado en el Hilton, a pesar de estar nominada como mejor actriz por ese trabajo. Juanita siguió la transmisión por televisión y luego llamó a Adrián Suar para agradecercle el apoyo que le brindó al recibir la estatuilla que ganó el programa como Telenovela.

Durante el último tramo de su embarazo, prefirió evitar la exposición mediática después de que se publicara la foto del beso con el economista Martín Lousteau (ver Anuncio en la mesa de la abuela). El ex ministro de Economía viajaba en un vuelo de Iberia a España casi a la misma hora en que Juana pasaba por este doloroso hecho.

A pesar de que en su anterior embarazo Juana había sufrido algunas complicaciones (ver Otro embarazo...), según fuentes cercanas a la familia, esta vez el bebé crecía aparentemente sin complicaciones y nada hacía prever que pudiera pasar lo que sucedió. Incluso, Juana se había realizado, la semana pasada, una ecografía 4D para saber cómo evolucionaba el bebé, que, según trascendió, era un varón. Durante el embarazo, tanto Juana como Valenzuela prefirieron no enterarse del sexo de su segundo hijo.

En las últimas semanas, la nieta de Mirtha Legrand buscó refugio en el country Golf Club de Pilar, donde su abuela tiene una casa, para recuperar la tranquilidad perdida por la tremenda exposición mediática, y ese espacio era ideal. Sólo compartía algunos encuentros breves con Gonzalo (y los chicos), con quien intentaba recomponer la relación, precisamente, para preservar al bebé que estaba por llegar.

Ahora, la actriz, de 29 años, pasa por uno de los momentos más dolorosos de su vida y seguramente tratará de encontrar algo de consuelo en sus otros hijos, aún sabiendo que esta profunda herida la acompañará por siempre.

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