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Marcela Kloosterboer "No soy tan angelical"

Mantenlo simple . De tanta repetición materna de ese eslogan, Marcela Kloosterboer parece haber absorbido la máxima. Elogio de la sencillez.








Una filosofía que se trasluce en su modo de no presumir su belleza, de pensar su vida y hasta de actuar ante la cámara. “No soy enroscada”, se delinea. Su mártir heroína en Herederos de una venganza (El Trece) la devuelve a un personaje bondadoso al que el público está acostumbrado. Pero, ficción y realidad -jura- no se cruzan: “No soy tan angelical”.
Ojos amarillos. Si una propiedad sobresaliente tienen los ojos de la mujer de apellido holandés es la de volverse ocres ante la excesiva luz. Tiene la mirada de quien recién se despierta y, de hecho, acaba de interrumpir una siesta que la tenía acurrucada en un diván de su camarín, en Don Torcuato. Ficcionalmente hablando, esto es Vidisterra, pueblo con patios en galería, carretas, fuente de agua y fondos verdes por los que pasean sus tragedias los personajes de la tira más vista de la televisión. El ángel semidormido se queda hecho un ovillo, tapado por una frazada, mientras los ojos le cambian de tono.
¿No llegó el tiempo de exigir ser una villana? Se te espera en personajes más sanguíneos...
Yo espero algo distinto en televisión. En cine lo hice ( Roma , de Adolfo Aristarain) y en teatro también ( Closer ). Lo he hablado con Adrián (Suar) después de tantos años de trabajar en Pol-ka y me dice Esperá un poquito, ahora sos la heroína.
Y yo espero.
Espera. Como Emilia Piave, esa criatura a la que juega ser cada noche. La hija de Regina (Leonor Benedetto) aguarda que la vida deje de regalarle tanto tormento consecutivo. Vive a llanto y dolor, con la locura de su madre a cuestas, la imposibilidad de un amor (Lucas, Marco Antonio Caponi) y un medio hermano (Antonio, Luciano Castro) culpado por un crimen que no cometió. De fondo, el nazismo, una logia delirante y una complejidad que Kloosterboer no experimenta en la trama real de su vida. “Uno dice ¿Qué más puede pasar a esta altura ? Todo es demasiado, pero es así, la exageración es el código de la telenovela”.
Sabe del juego de la mentira “Pili”, como la llama su madre. Es que tenía ocho años cuando pidió que la anotaran en un taller de teatro en Vicente López y hoy acusa 28. A los ocho años fue también cuando decidió pasar a ser vegetariana. Desde entonces, jamás claudicó. La suavidad de su imagen se contrapone a la dureza de sus convicciones. Fuera de los sets, ninguna niña frágil: “Ni ingenua, ni sumisa. Creo que eso que el público imagina es un costado que va acompañado de una cara de buena. Y soy conciente de mi imagen”, juzga. “Sí soy extremadamente sensible, emocional, empática y analítica.
Mantenlo simple , me dice siempre mi madre. Y yo trato”.
Sensata, su mirada crítica la lleva a admitir que su primera aparición en televisión, allá por 1995, resultó “terrible”. Tenía 12 años cuando debutó en pantalla con una participación en la tira Amigovios . “No puedo creer que alguien me haya vuelto a llamar después de eso”, se ríe. La segunda convocatoria fue para Mi familia es un dibujo . Recién en Verano del ‘98 , considera, hubo un click en la concepción de la profesión. “Yo me formé trabajando, así que lo que aprendí fue al aire. Un gran referente fue Villanueva Cosse, que en Verano me hablaba del escuchar al otro. Si no escuchás, no conectás”, evoca.
¿Te interesaría formarte un poco más fuera de la práctica? Estudiar no es algo que me preocupe. Siento que voy creciendo sobre la marcha. Y tampoco me interesa que mi vida pase por el trabajo. Yo no soy actriz para llamar la atención. En el momento en que se dice ¡Acción! , si tenés dolor de panza, de cabeza, angustia, cualquier cosa se pasa por ese lapso. Es ese momento lo que amo. Toda la otra parte, la exposición, nunca me gustó.
Chica de muchos amores -y romances con personajes públicos, como Gastón Gaudio, Mariano Martínez o Nicolás Cabré-, supo dejar en el plano del misterio los detalles de sus relaciones. “Nunca estuve metida en un lío. Siempre me mantuve al margen. Incluso entro en un elenco y profundizo poco en una relación con mis compañeros. Suelo moverme con la gente que me conoce de siempre. Es como un escudo, una manera de preservarme”, advierte.
¿Sos enamoradiza? Siempre fui enamoradiza. Tuve muchos novios. Siempre fui A todo o nada . Cuando era adolescente hasta en un punto disfrutaba de sufrir por amor. Se disfruta de ese sufrimiento porque es como vivir dentro de una novela. Creo que está bueno vivir las cosas intensamente.
¿Creés en el “Para toda la vida” o la separación de tus padres te ayudó a desmitificar esa idea? No, yo sé que ellos se quieren para siempre. Y mirá qué declaración hago. Con sus altibajos, pero se quieren para siempre aunque se hayan separado hace 15 años. Ahora están y no están juntos y son ellos los que me hacen creer en el Para toda la vida . Hay amores que son para toda la vida, a los que amárás toda la vida aunque no puedas convivir. Creo en eso de tratar de elegir a una persona para el futuro. El hombre que tengo al lado tiene un montón de cosas que yo elijo. Pienso en el día de mañana y digo Para mañana quiero a alguien justamente así .
Esta vez, el hombre a su lado no es una figura pública. Se llama Fernando Sieling, es Licenciado en Administración de empresas y jugador de rugby. “No me voy a casar por ahora ni estoy embarazada como están diciendo. Obvio que me encantaría tener un hijo. Siento que soy muy maternal”, aclara. Gajes del oficio, hoy se la verá besándose con otro: es que su personaje enHerederos...vivirá una historia fugaz con el policía que interpreta Mariano Torre.
No usa Twitter ni Facebook la actriz que ya cuenta con 15 programas de TV en su haber. Rebobina y advierte que le hubiera gustado estudiar Arquitectura. Hace terapia desde hace dos años y llega a la conclusión de que es mejor “pensar menos y vivir más”. Muestra una fotografía de una familia con sonrisa de publicidad y se emociona. “Mis papás y mi hermano. Y Ahí está ‘La Negra’ ”, señala. ¿´La Negra´? soy yo. Así me dicen los más íntimos”.
Hora de las fotografías. Ni la amenaza de tormenta puede contra la mujercita a la que unos albañiles ametrallan con la mirada. “Ella es directamente para casarse”, dan su veredicto mientras la ven acomodarse bajo un árbol. Pero ella no especula con lo que provoca. Como si el asunto de la belleza estuviera tan domado que no le hiciera falta regocijarse en él más de la cuenta.
Con una participación en Cerro Bayo (de Victoria Galardi) y un protagónico en un filme estrenado en España que aún no llegó al país ( Un lugar lejano , de José Ramón Novoa, cuyo rodaje fue en Esquel), espera que el año próximo sus vacaciones televisivas la acerquen a la otra pantalla, la grande. “En televisión todavía no pude mostrar otras cuestiones. En cine sí”, conjetura. Justamente en Un lugar...
interpreta a una “huérfana, primitiva, casi animal” que en su soledad se cruza con un enfermo de cáncer.
Acaba de volver de un viaje a Disney, junto a sus primas. Estrategias para “no perder al niño de adentro”, bromea. “Me gusta eso de conservar en algún punto la niñez, de jugar, ser alegre, no enroscarme demasiado con las cosas”, explica. Pasa unas 40 horas semanales en un estudio de televisión y, sin embargo, no mira TV. “Hay dibujos o programas que veían los chicos de mi época, de los que yo no tengo idea, porque no miraba la tele. Y ahora tampoco me fascina. Yo no decía desesperadamente Quiero estar ahí ”, asegura. Las luces se van apagando y los ojos ocre le cambian a miel. Propiedades camaleónicas de una chica sencilla.

Clarin

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