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Matt Damon: "Me encantaría ir a Buenos Aires a filmar"

El actor estrena “Contagio”. Casado con una argentina, cuenta que le cuesta que sus hijas hablen castellano. Y habla de sus amigos, Clooney y Ben Affleck.










 
Pelado, tatuado y musculoso no es como uno se imagina a Matt Damon. Pero una persona que se parece mucho a él, aunque con ese look de fornido aunque bajito guardaespaldas, estaba sentado frente a Clarín en el Festival de Venecia. Era, definitivamente, el actor de la saga Bourne , de La gran estafa , de Más allá de la vida , de Los infiltrados y de tantas otras, pero portaba el look que tendrá en Elyisium , la nueva película de ciencia ficción que está rodando con Jodie Foster, que dirige Neill Blomkamp ( Sector 9 ) y que se estrenará en 2012 (ver Sus próximas...
) Pero lo cierto es que en la película que sí presentaba en Venecia y que se estrena el jueves en la Argentina, Contagio , de Steven Soderbergh, su aspecto es casi opuesto: con mucho pelo, excedido de peso, interpretando a un padre de familia que ve a su esposa (Gwyneth Paltrow) contagiarse un extraño virus que empieza, a partir de ella, a expandirse por los Estados Unidos.
“Es que es un personaje que lleva un año sin trabajar, entonces estaba un poco excedido de peso”, dice el actor que el 8 de octubre cumplió 41 años, casado con la argentina Luciana Barroso. Y sonríe. “En realidad, lo que pasó fue que yo terminé de filmar Temple de acero en abril de 2010 y habíamos tenido nuestra beba en octubre. Y Contagio la filmé en diciembre del año pasado, yo había estado sin trabajar esos meses, con mi familia en casa, y había aumentado unos kilos. Así que al llegar le pedí disculpas a Steven por eso, pero él me dijo: ‘Es perfecto, el personaje está sin trabajo hace tiempo, es lógico que esté gordo.
Pero eso sí, a todo el mundo decile que subiste de peso por el papel’. Así que, bueno, ya saben la verdadera historia”.
El peso lo perdió (“a mi mujer ahora le toca un marido con tatuajes por unos meses”, bromea), pero como a casi todos los que participaron en Contagio , le quedaron secuelas. “Me lavo las manos más seguido”, dice, ya que en la trama un virus se expande vorazmente por el simple contacto y en cuestión de semanas pone al mundo entero en problemas. “De cualquier manera lo que dice la película es que tampoco hay que entrar en pánico, porque el pánico puede ser más peligroso que el virus”, agrega.
Vos tenés hijos muy chicos, ¿cómo evitás que no toquen cosas y se lleven las manos a la boca y esas cosas? No podés, es imposible. En realidad, yo quiero exponerlos a los gérmenes. Había un genial monólogo de George Carlin (un gran comediante de stand up) que decía: (imita a Carlin) “En mi época lamíamos las banquinas de las calles de Nueva York, teníamos sistemas inmunológicos fuertes”. Si sucediera algo como lo de la película tendría que tomar algunas precauciones específicas, pero por ahora no hago mucho con los chicos, no puedo.
Teniendo una mujer argentina, ¿estás en contacto con el país, podés viajar cada tanto? Este año mi hija mayor, de 13 (Alexia, la hija de Luciana con su primer marido; ellos tienen tres niñas juntos) fue a Buenos Aires un mes con su abuela. Y fue todo un evento familiar, ya que nunca estuvo más de una semana lejos de nosotros. La pasaron muy bien las dos juntas. Nosotros no vamos hace dos años. Es un viaje largo, necesitás tener mucho tiempo para hacerlo. Estuvimos tres semanas en esa Navidad, pero entre el trabajo y con el tema de que cuando es verano en Nueva York es invierno allá, se hace difícil. Después de pasar por el verano neoyorquino, no querés llevar a tus hijos a pasar otro verano. Es por eso que no vamos tanto como quisiéramos.
¿Tratan de que los chicos aprendan a hablar en castellano? Lo tratamos, pero se resisten a hablarlo en Nueva York. Me gustaría ir a Buenos Aires un tiempo a filmar una película allá. Eso ayudaría a que empiecen a soltarse con el español. Mi esposa habla los dos idiomas y sería buenísimo que lo hablen ellas también.
Una de las cosas centrales de la película es el rol de las redes sociales. ¿Cómo te llevas con esas cosas, Twitter, Facebook? No tengo ninguna de las dos y también tengo bastante cuidado con los chicos. Es un cambio cultural fuerte y no creo que sea necesariamente malo ni bueno, pero como padres tenemos que ser cuidadosos. Me pasó una vez encontrarme con una mujer en la calle que me dice: “Matt, ¿cómo estás? Soy tal persona...” La miré y no la conocía, pero me pasa mucho que veo a tanta gente, entre el trabajo, la prensa, etc, que me cuesta a veces recordarlo. Son miles. Pero le dije que no la recordaba y se quedó helada. “¿Estás en Facebook?”, me dijo. Y ahí me di cuenta de que había sido engañada por alguien. Se disculpó, le dio muchísima vergüenza y se fue como asustada, devastada. Hay como diez Matt Damon en Facebook y ninguno soy yo. Y uno de ellos logró engañar a esta mujer.
Pero teniendo una hija de 13 años no debe ser fácil...
No lo es, pero cuando sos una persona conocida tenés que ser muy cuidadoso. La gente sabe su nombre y no me gustaría que la contacten, siempre hay algún loco dando vueltas. Así que lo hablamos y ella lo entiende por ahora...
Respecto de la película, en la que comparte cartel, además de Paltrow, con Jude Law, Kate Winslet, Laurence Fishburne y Marion Cotillard, entre otros, en una trama con muchas historias paralelas, dice que “a Steven le pareció el mejor momento para hacerlo. Estábamos demorados con el proyecto de Liberace (ver Sus próximas...
) y me llamó para decirme que tenía este guión de Scott (Z. Burns, el mismo de Bourne: el ultimátum y El desinformante ), que era lo mejor que había escrito y que tenía muchas ganas de hacerlo. Estaba muy entusiasmado, algo que no es muy común en él (risas). Me mandó el guión y tenía tres roles masculinos, yo ni sabía cuál iba a hacer, pero me interesó participar. Veníamos de la Gripe A, así que el tema estaba dando vueltas. Además, pude hacer todo en sólo dos semanas...” Ya hiciste muchas películas con Soderbergh. ¿Qué es lo que te gusta de filmar con él? Hace que todo sea sencillo y crea un clima genial. Muchos directores filman mucha “cobertura”: escenas enteras, de ambos lados”. Steve, no. El es su propio camarógrafo y “corta” en la cámara. Ya sabe lo que quiere y te hace decir sólo lo que necesita. En “Contagio”, por ejemplo, cada noche, en el bar del hotel, editaba las escenas de ese día. Es muy loco. A las 4 terminás de filmar y a las 8 ya podés ver un armado de lo que hiciste.
Es más rápido que Clint Eastwood.
Sí, más, porque si bien los dos hacen una toma, Clint filma en 35mm. Steve hace todo en digital, y eso acelera todo el proceso muchísimo.
Dijiste que se iba a retirar y luego él salió a desmetirte. ¿Qué pasó? Repetí una conversación que tuvimos y él dijo después que decirme eso a mí fue como decirle un secreto a una chica de 14 años (risas). Va a parar un tiempo, se tomará un período “sabático”. Pero no sé cuándo ni por cuánto tiempo. Pensá que es muy joven y ya hizo como 28 películas. Y yo estuve sólo en siete hasta ahora, no es tanto.

Clarin

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