La actriz –que está grabando Graduados para Telefe–, revela el extraño trámite que sufrieron con Estado de ira en el San Martín. Teatro, docencia y el salto a la fama con la publicidad.
Perfil.com
Llega a la entrevista casi corriendo y lo primero que dice es: “Fue tan difícil este encuentro como si fuese Susana Giménez, ¿no?”. Es que desde el mes de enero los tiempos de Paola Barrientos dependen de las grabaciones de Graduados, que emitirá Telefe. Pero su vida es el teatro, desde su cargo como docente de actuación en la Escuela Metropolitana de Arte Dramático (EMAD) hasta su actual presencia en Estado de ira sin olvidar que este año compartirá escenario con Marilú Marini. Ella fue Stella, la hermana de Erica Rivas en Un tranvía llamado deseo y anticipa que ese vínculo se volverá a repetir en los próximos meses cuando estrene Las criadas de Genet, con dirección de Ciro Zorzoli, junto a Marini, en el San Martín.
—¿Es extraño el destino que tiene el espectáculo “Estado de ira”?
—En realidad este espectáculo se debería haber estrenado un año antes, o sea en 2009. Ciro Zorzoli nos había convocado tres años antes a varios actores para trabajar sobre el tema de la actuación, donde Hedda Gabler de Ibsen también estaba presente. Después de un año de ensayos nos acercó Alejandro Tantanián a Kive Staiff y él nos ofreció el teatro Sarmiento. A principios de 2009, teníamos concertados los ensayos oficiales, pero se comenzaron a dilatar hasta que se decidió que no íbamos a estar en esa temporada. Fue difícil y traumático a nivel personal por las perspectivas de proyectos, sobre todo si alguno de nosotros había tenido algún otro trabajo, lo perdió.
—¿Por qué a pesar de ser uno de los espectáculos más exitosos del Complejo Teatral del San Martín no se repuso?
—A mí también me llamó la atención. Tampoco llegaron las respuestas, aunque no hubo compromiso. Siempre que se firma un contrato se sabe por cuánto tiempo y en realidad a nosotros nos lo habían extendido unos meses. No teníamos ni tenemos en nuestro elenco a ninguna figura convocante, sin embargo tuvimos mucho éxito en un teatro como el Sarmiento, alejado del circuito habitual.
—Dicen que el premio fue apoyarlos para ir al Festival de Otoño en Madrid.
—Creo que premio no es la palabra atinada. Fue un espectáculo que nació en el San Martín, con un grupo de quince personas, con mucho vestuario y escenografía. Es un costo movernos y fue positivo que Cultura de la Ciudad lo apoyara. Fue un arreglo con el festival español y entre ambos cubrieron los pasajes. A veces comparo y pienso por qué volvieron otros espectáculos y Estado de ira no.
—¿Te cambió la vida la publicidad del Banco de Galicia?
—La vida no, al menos a mi edad no me la cambia, a los veinte años puede ser que te atormente. Modificó mi relación con ciertos trabajos expuestos. Hasta ese momento había padecido mis intervenciones en la televisión y no encontraba mi espacio. La situación casting me altera mucho, pero esta campaña fue distinta, ya que buscaban actores y el director fue Juan Taratuto. Después resultó que filmarlo estuvo buenísimo y aprendí a disfrutarlo. Siempre notaba que había un modo de actuar frente a las cámaras y que yo repetía ese “modelo” sin poder evitarlo. Creo que las publicidades me ayudaron a encontrarme. Después apareció mi participación en la tira diaria Contra las cuerdas con continuidad y fui perdiendo miedos. Ahí me sentí contenida, estimulada y sin presiones ni tensiones por el rating, ya que lo emitía Canal 7.—¿Este año podrás hacer alguna otra obra con las grabaciones para televisión de “Graduados”?
—Cuando me llamaron de la televisión, primero dije que no por el espectáculo que haré en el San Martín, pero como las grabaciones empezaban en enero y me prometieron que en mayo ya estarían organizados, acepté. Está previsto estrenar en julio Las criadas de Genet con Marini, Erica Rivas y dirección de Ciro Zorzoli. Marilú vino a ver Estado de ira y con Erica (Rivas) había filmado la película Las mujeres llegan tarde. Nos conocimos, nos fuimos juntando y quisimos compartir escenario.
—¿Cómo te adaptás a la televisión?
—Son muchas horas, pero los libretos son muy buenos, los leo y los espero para saber qué pasará. Me encantan las escenas del pasado, hay mucha libertad de juego, aunque compadezco a Isabel Macedo porque en el pasado era muy gorda y le ponen una máscara de látex, con la que tiene que estar varias horas.
—¿Miedo a la competencia?
—No soy muy consciente, estamos grabando y me entusiasman los libretos. Por ahora, lo que más me cuesta son los tiempos de grabación, las esperas entre escena y escena.
—En realidad este espectáculo se debería haber estrenado un año antes, o sea en 2009. Ciro Zorzoli nos había convocado tres años antes a varios actores para trabajar sobre el tema de la actuación, donde Hedda Gabler de Ibsen también estaba presente. Después de un año de ensayos nos acercó Alejandro Tantanián a Kive Staiff y él nos ofreció el teatro Sarmiento. A principios de 2009, teníamos concertados los ensayos oficiales, pero se comenzaron a dilatar hasta que se decidió que no íbamos a estar en esa temporada. Fue difícil y traumático a nivel personal por las perspectivas de proyectos, sobre todo si alguno de nosotros había tenido algún otro trabajo, lo perdió.
—¿Por qué a pesar de ser uno de los espectáculos más exitosos del Complejo Teatral del San Martín no se repuso?
—A mí también me llamó la atención. Tampoco llegaron las respuestas, aunque no hubo compromiso. Siempre que se firma un contrato se sabe por cuánto tiempo y en realidad a nosotros nos lo habían extendido unos meses. No teníamos ni tenemos en nuestro elenco a ninguna figura convocante, sin embargo tuvimos mucho éxito en un teatro como el Sarmiento, alejado del circuito habitual.
—Dicen que el premio fue apoyarlos para ir al Festival de Otoño en Madrid.
—Creo que premio no es la palabra atinada. Fue un espectáculo que nació en el San Martín, con un grupo de quince personas, con mucho vestuario y escenografía. Es un costo movernos y fue positivo que Cultura de la Ciudad lo apoyara. Fue un arreglo con el festival español y entre ambos cubrieron los pasajes. A veces comparo y pienso por qué volvieron otros espectáculos y Estado de ira no.
—¿Te cambió la vida la publicidad del Banco de Galicia?
—La vida no, al menos a mi edad no me la cambia, a los veinte años puede ser que te atormente. Modificó mi relación con ciertos trabajos expuestos. Hasta ese momento había padecido mis intervenciones en la televisión y no encontraba mi espacio. La situación casting me altera mucho, pero esta campaña fue distinta, ya que buscaban actores y el director fue Juan Taratuto. Después resultó que filmarlo estuvo buenísimo y aprendí a disfrutarlo. Siempre notaba que había un modo de actuar frente a las cámaras y que yo repetía ese “modelo” sin poder evitarlo. Creo que las publicidades me ayudaron a encontrarme. Después apareció mi participación en la tira diaria Contra las cuerdas con continuidad y fui perdiendo miedos. Ahí me sentí contenida, estimulada y sin presiones ni tensiones por el rating, ya que lo emitía Canal 7.—¿Este año podrás hacer alguna otra obra con las grabaciones para televisión de “Graduados”?
—Cuando me llamaron de la televisión, primero dije que no por el espectáculo que haré en el San Martín, pero como las grabaciones empezaban en enero y me prometieron que en mayo ya estarían organizados, acepté. Está previsto estrenar en julio Las criadas de Genet con Marini, Erica Rivas y dirección de Ciro Zorzoli. Marilú vino a ver Estado de ira y con Erica (Rivas) había filmado la película Las mujeres llegan tarde. Nos conocimos, nos fuimos juntando y quisimos compartir escenario.
—¿Cómo te adaptás a la televisión?
—Son muchas horas, pero los libretos son muy buenos, los leo y los espero para saber qué pasará. Me encantan las escenas del pasado, hay mucha libertad de juego, aunque compadezco a Isabel Macedo porque en el pasado era muy gorda y le ponen una máscara de látex, con la que tiene que estar varias horas.
—¿Miedo a la competencia?
—No soy muy consciente, estamos grabando y me entusiasman los libretos. Por ahora, lo que más me cuesta son los tiempos de grabación, las esperas entre escena y escena.
Psiquiatra impune
Graduados tiene un elenco encabezado por Nancy Dupláa con varios actores de teatro como Juan Leyrado, Luciano Cáceres y Juan Gil Navarro al que se suma Barrientos.
—¿Qué diferencia hay entre aquella amiga de Soledad Fandiño de Contra las cuerdas y ésta de Nancy Dupláa?
—Al ser una psiquiatra, atiendo a algunos famosos, como a Pablo Ruiz o Gastón Gaudio. Mi vínculo con Nancy Dupláa es distinto del que tuve con Soledad, porque ellas son actrices diferentes.
—¿Cómo es actuar junto a Dupláa?
—Tiene mucha experiencia en televisión y quiere divertirse. ¡Ya bastante con los tres hijos que tiene en la casa!
—¿Cómo fue actuar con alguien que no es actor, como Gaudio?
—Hay mucho de improvisación y él estaba muy dispuesto a jugar. No sentí ninguna dificultad, incluso le pregunté términos técnicos para ponerlos en la sesión. Mi psiquiatra es muy particular, tiene mucha impunidad.
—Al ser una psiquiatra, atiendo a algunos famosos, como a Pablo Ruiz o Gastón Gaudio. Mi vínculo con Nancy Dupláa es distinto del que tuve con Soledad, porque ellas son actrices diferentes.
—¿Cómo es actuar junto a Dupláa?
—Tiene mucha experiencia en televisión y quiere divertirse. ¡Ya bastante con los tres hijos que tiene en la casa!
—¿Cómo fue actuar con alguien que no es actor, como Gaudio?
—Hay mucho de improvisación y él estaba muy dispuesto a jugar. No sentí ninguna dificultad, incluso le pregunté términos técnicos para ponerlos en la sesión. Mi psiquiatra es muy particular, tiene mucha impunidad.
0 coment�rios:
Publicar un comentario