Los otros "Farsantes"

En una historia con vínculos tan complejos, no hay personajes -y mucho menos, actores- secundarios.

Hubo un tiempo en que la televisión era el patito feo para los actores. Los que se querían lucir con su oficio, buscaban el teatro o el cine. Pero eso cambió. Desde hace unos años, algunas ficciones televisivas también son un espacio posible para contar historias con calidad.

Farsantes (lunes a jueves, a las 22.45, por El Trece) es claro ejemplo de eso: a una trama bien escrita y dirigida, se le suman excelentes actuaciones y el resultado se disfruta dentro y fuera de la pantalla. Aunque las reglas indiquen que en cualquier tira hay protagonistas y actores secundarios, esta categoría se desvanece cuando se trata de historias corales. Los cinco protagonistas centrales de la tira, Julio Chávez, Facundo Arana, Griselda Siciliani, Benjamín Vicuña y Alfredo Casero no podrían desplegar toda su expresividad sin la sólida base que se distribuye en el elenco que interpreta a sus esposas, novias, novios o madres: Leonor Manso, Julieta Cardinali, Ingrid Pelicori, Mario Pasik, Pilar Gamboa, Esteban Lamothe, Julieta Zylberberg, Edda Díaz y Vivian El Jaber.

Así, cualquier cruce entre ellos enriquece la trama que escriben Mario Segade y Carolina Aguirre. Y el público, muchas veces, se descubre fascinado con alguno de esos personajes que no está en primer plano.

“Me gusta mucho el cruce de vínculos y de distintos mundos que plantea la historia. Ninguno está quieto”, dice Ingrid Pelicori, que interpreta a Ana, la esposa alcohólica de Guillermo (Chávez). Las discusiones de ese matrimonio mal avenido no serían las mismas si Chávez no tuviera como contrapunto a una actriz como Pelicori.

Esas diferencias también están en los mismos protagonistas. “Todos venimos de distintos lugares, con diferentes formaciones. Pero esa mixtura tan particular hace más interesante el trabajo grupal”, asegura Leonor Manso que en esta historia es Aída, la madre “impresentable” de Gabriela (Siciliani).

La realidad es que cada uno de estos personajes tiene un gran bagaje para contar. Y cuando le toca estar en primer plano, aún cuando sea breve, sabe sacarle el jugo a la situación. “Los personajes que rodean a cada protagonista les van armando su mundo y van cobrando peso”, opina Julieta Cardinali, o Camila, la mujer de Pedro (Vicuña). “Cada uno está ocupado de cuidar su jardín y por eso, en el intercambio entre personajes, siempre se gana”.

La ventaja de una tira es que los personajes pueden crecer, mostrar distintas facetas o cambiar a lo largo de los capítulos. “La idea es buscarle a cada escena algo verdadero, que el personaje esté vivo. Eso lo hace creíble”, cuenta Esteban Lamothe que se ponerse en la piel de Antonio, el novio chanta de Gabriela. “El libro te plantea distintas cosas pero después uno le encuentra la vuelta, desde lo emocional, a cada situación”. Así, lo que se logra, con talento, es que el espectador encuentre un espejo en alguno de estos “farsantes” queribles.

Clarin.com