Una noche de gala

Premios Konex-Diploma al Mérito. Se entregaron ayer y reconocen a los mejores cien exponentes del espectáculo.

Fue una noche feliz para, por lo menos, cien personas. Lo definió, como nadie, Mercedes Morán, encargada de hablar en nombre de todos: “Qué alegría acceder al lugar de ganadores sin tener que pasar por la mortificante instancia de nominados”. En la Ciudad Cultural Konex se entregaron anoche los Premios Konex-Diplomas al Mérito a los mejores cien exponentes de Espectáculos de la última década: no había competencia, todos eran ganadores, y entonces abundaron las sonrisas.

Ahí estaba, por ejemplo, Ricardo Darín -uno de los cinco mejores actores de cine-, poniéndoles el pecho a los noteros, como de costumbre. “Lo lindo de este tipo de actos es que te encontrás con colegas y compañeros a los que, de otra manera, no ves muy seguido”, contaba, todo sonrisas, un ratito después de improvisar un sketch con Luis Luque y Sebastián Borensztein, y antes de “retar” a la pareja Pablo Trapero-Martina Gusmán por llegar tarde al evento.

Otra animadora de la noche fue Carla Peterson -una de las cinco mejores actrices de televisión- que confesó que estaba pensando en qué iba a cenar después de la entrega y con qué colegas, se animó a hablar con acento español frente a las cámaras y también sintetizó el sentir general: “Es un orgullo que te elija un jurado así, tan respetable, y no por un solo trabajo, sino por todo el de una década”.

La ceremonia, conducida por Franco Salomone, duró una hora. Además de Morán, hablaron Norma Aleandro, presidenta del Gran Jurado; y Luis Ovsejevich, titular de la Fundación Konex, que destacó que este centenar de personas había sido elegido entre 1.382 candidatos. A cada uno de los veinte jurados le tocó entregar los diplomas a los cinco premiados de una de las veinte categorías.

El aplausómetro dio como ganador a Diego Capusotto (uno de los mejores actores de TV), seguido por la ovación que la platea le tributó a la mención de Hugo Midón (sus hijos, Sofía y Julián, recibieron su premio post mortem en la categoría Infantil y Juvenil). El vestido más corto de la noche fue el de Valeria Bertuccelli, y la más glamorosa resultó Graciela Borges, que subió al escenario con sus anteojos negros puestos. Después de la ceremonia hubo un brindis: abrazos, besos y todos contentos.