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Mariano Torre de Ushuaia a Pol-ka

Mariano Torre. Se sumó a “Herederos de una venganza”.







Criado en el fin del mundo, su mundo fue tan singular que cuando aterrizó en Buenos Aires, dice, se sintió de otro planeta. Nacido en Ushuaia, recuerda que no solía merendar delante de un televisor, sino sentado en un glaciar, y su pasatiempo favorito pasaba por armar canoas con planchas de telgopor para navegar por una laguna sin nombre, ubicada casi en el umbral de su casa. Mariano Torre, hoy el detective Paul de Herederos de una venganza (El Trece), extraña aquellas postales, pero intenta reproducirlas en la actuación: “Es difícil volver a encontrar esas sensaciones acá, pero en eso consiste la búsqueda”.
Cuenta que le escapaba a lo que quería. Que con una madre directora y actriz (Mónica Sandali), se rehusaba a seguir aquellos pasos hasta que descubrió que “a veces cuesta darse cuenta de lo que uno quiere de verdad”. A los 18 años llegó a la Reina del Plata con ánimos de estudiar y le bastó entrar al Conservatorio de Arte Dramático para sentir “el golpe de nocaut: recuerdo que de un pasillo salía uno caracterizado como Mozart, de las escaleras bajaban otros personajes. Vi una fauna increíble y ahí supe dónde quería estar. Había algo poético en eso y me dije De acá no me corren ni a trompadas”.
Debutó en TV en Verano del ‘98 y paseó por decenas de tiras (desde Costumbres argentinas a El capo y Aquí no hay quien viva). Pero fue con la convocatoria de Cris Morena en Casi ángeles cuando vivió el fenómeno del asedio adolescente. Aunque su “sensación de maduración”, juzga, la experimentó en un capítulo de Televisión por la identidad en el que encarnó a Juan Cabandié (uno de los nietos recuperados). 
Novio de Elena Roger (ver Novio de “Evita”), se enorgullece del grupo Ambulancia (con Mike Amigorena, Muriel Santa Ana y compañía), “un hecho teatral musical” que nació en un año significativo, 2001. “La semilla surgió cuando nos quedamos sin trabajo. Entrenábamos en los Bosques de Palermo y, en vez de preocuparnos de que el país estaba para atrás, creamos. Es algo nuestro de la A a la Z, algo tan querido que no nos preocupa si vende o no”, explica.
Torre dice que no mira televisión, aunque la hace. Por eso aún no pude verse en el cuerpo de Paul, el hombre que se enamora de Emilia (Marcela Kloosterboer). “Incorporarme fue algo divertido porque llegaba a la tira sin información”, se ríe. “El chiste del personaje es no develar lo que lo hace justamente particular. En un punto se corre de lo racional y se inscribe en el orden de lo fantástico”, analiza el actor, que admite que “no puedo quedarme quieto”. Ese que desde el fin del mundo supo conquistar otros mundos.



Clarin

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