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Mex Urtizberea: "Aprendo mucho de mi hija”

Padre de Violeta Urtizberea, debutó en la música con el clan Vitale y, en la TV, con Casero. De chico quería ser baterista. De grande, “no soy nada”. O de todo un poco.





Vive en una casa que fue fábrica de zapatos, en los arrabales de Flores, o de Caballito, no importa. Una casa tan reciclada como despojada, que define como “un espacio para fiestas”. Mex Urtizberea es uno de los anfitriones más festivos del ambiente. Y ahí armará “un bailongo” para los 51 años que cumplirá el martes. Y ahí, como algo más que no pretende estar a la vista, se deja ver -entre lo que fue la sobremesa de la noche anterior- el Martín Fierro que la semana pasada ganó por su labor humorística en Pura química (a las 14, por ESPN). “Soy medio bicho raro… No tengo un hambre por figurar ni por estar pendiente de qué se dice de mí. Yo voy, laburo, disfruto, busco pasarla bien en los grupos de trabajo, que es lo que marca que, al fin de cuentas, salga bien lo que hacés”, entiende ese personaje que se peina despeinado y que cuela la gracia cada vez que puede. En su oficio de actor, de músico, en su vida.
En medio del desayuno de una mañana soleada, de cara al jardín que sembró sobre un viejo contrapiso de cemento, recuerda que “de chico me inspiraba mucho viajar en colectivo. Me salían melodías o letras que tenía que memorizar para poder grabar cuando llegara, porque soy de la época en la que no había ni celular ni nada de estas cosas con las que podés hacer de todo. Viajaba como perdido en una nube, pensando vaya a saber en qué… Y ahora, cuanto más grande soy, me voy colgando más. Por eso hice esa obra que se llama Pasión inútil (en el Samsung Studio). Uno dedica un porcentaje muy grande de su vida en prevenir cosas (ver La frase ) y después se da cuenta de que todo ese esfuerzo es en vano, porque la vida siempre resulta de otra manera. Hay que darle las llaves al vecino por si un día perdés las tuyas y justo ese día el tipo no está, o no las perdés nunca… O directamente entró y te afanó. Cuando tomé conciencia de eso cambié. Estoy más relajado, disfrutando más”.
Sobrio y suave, su gestualidad se acota cuando no hay cámaras encendidas. Entre mate cocido y merengadas, repasa su multifacética carrera, aunque él insista, en que “no soy nada, porque el que mucho abarca poco aprieta”.
Bueno, pero vos te das maña.
Sí, es cierto, me doy maña para algunas cosas, pero con limitaciones. ¿Sabés quién me ayuda mucho? Violeta. Aprendo mucho de mi hija. Me dice cómo hacer un personaje, me orienta… Y yo la busco, es muy piola la Viole.
Tanto para hablar de estos tiempos como los de sus comienzos, Mex se ampara en los que él considera sus maestros. Alumno del clan Vitale, cuenta que “a los 15 conocí a la agrupaciónMIA –Músicos Independientes Asociados- y empecé a estudiar batería con Lito. Y enseguida, el padre, Donvi, me dio clases de piano, me explicaba cómo componer, cómo improvisar, es un gran pedagogo. Y cuando estaba terminando el colegio entré en MIA , que en los ’70 era muypulenta , con una mística bárbara”.
Ya relegado su viejo sueño de cursar el profesorado de Historia porque “estaba muy tomado por la música”, a los 19 daba clases de piano y “empecé a vivir de la docencia. Hasta el ’92, cuando entré a De la cabeza ”, rupturista ciclo de humor que marcó su ingreso a la TV. Y a una manera diferente de hacer reír, sin necesidad de recurrir al chiste. Fórmula que se nutre de su máscara y su gama de tonos.
“Nunca pensé en ser actor. Mi viejo –Raúl Urtizberea- trabajaba en la tele y muchas veces llegaba a casa y despotricaba contra el medio. Yo no quería saber nada con eso. Pero un día conocí a (Alfredo) Casero en el Parakultural –refugio artístico del under de los ‘80-, donde yo tenía un personaje que usaba smoking y un tanque de nafta, una locura. El gordo se copaba con lo que yo hacía, yo con lo que hacía él, venía a casa, nos hicimos amigos. Y así me dijo si quería acompañarlo al piano en De la cabeza , que recién había empezado. Y me vio (Roberto) Cenderelli, que dirigía América TV, y me dijo ‘Te contrato’ . No lo podía creer, era como una película norteamericana”.
En su cabeza, comparte ahora, “seguía la idea de ser músico –ya a los 5 años improvisaba baterías con tachos de pintura-, de triunfar en Europa… Bueno, me di algunos gustos, porque toqué en Toulouse y en París”.
Si uno en Francia dice ‘Mex Urtizberea’… Sí, no sabés, se arma un revuelo bárbaro ya en el aeropuerto.
La autocrítica lo ayuda, la risa le sienta bien. Humorista en ESPN y en RSM (por América), pasó por Cha cha chá , creó Magazine For Fai –con chicos que hoy son grandes actores-, fue arquero en los picados de San Isidro, fue previsor. Es más de lo que dice, aunque insista en que “no soy nada”.

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