El canadiense habló con “Daily Mail” de su pasado, de sus inseguridades y de las relaciones abiertas.
Del pasado de Luisana Lopilato sabemos mucho. Que salió con Felipe Colombo, con Mariano Martínez y con Pico Mónaco, por caso. Del que no conocemos tanto es de su flamante esposo, Michael Bublé, pero fue él mismo quien decidió navegar por su historia.
Para ubicarnos, repasemos: el canadiense, de 36 años, tuvo dos relaciones antes de conocer a Luisana. La primera, con Debbie Timuss, una actriz de teatro y cantante con quien se comprometió y estuvo en pareja hasta 2005. A ella le dedicó el álbum homónimo, Michael Bublé, y también It´s Time. Timmus apareció en el video Home y, tras la ruptura, él le dedicó el sencillo Lost.
Pero el dolor duró poco y ese mismo año, en los Premios Logie, conoció a la actriz británica Emily Blunt. Mirada va, mirada viene, se pusieron de novios. El 11 de julio de 2009, el amor llegó a su fin y terminaron “por incompatibilidad de agendas”. Desde julio de 2010, la actriz que ganó un Globo de oro en 2007 por La hija de Gideon, está casada con el actor de The Office, John Krasinski.
Bublé le confesó al periódico Daily Mail que la ruptura con Emily Blunt fue su culpa, debido a sus inseguridades, pero que el final del compromiso lo obligó a cambiar. ”Cuando se terminó -dijo-, estaba devastado. Me tomé tiempo para hacer terapia. Tuve que hacerlo. Sabía que si no cambiaba nunca sería feliz en mi propia piel. Fue lo peor que me sucedió en la vida, y también lo mejor”.
Michael también admitió que, con anterioridad, estuvo en relaciones abiertas y que disfrutó de la libertad sexual de tener más de una pareja, pero que la promiscuidad, más que beneficiar a una pareja, termina perjudicándola. El cantante señaló: “Estuve en relaciones abiertas. Me gustaban, pero no funcionaban. Alguien siempre sale lastimado. Son como el comunismo: en teoría algo bueno, pero en la práctica, terminan desmoronándose”.
¿Y Luisana? También mencionó su relación actual, tranquilos. “El amor tiene que ser desbalanceado. Es el juego. El hombre tiene que amar más que la mujer, así él siempre está de caza. Yo soy como un perro estúpido corriendo un auto”.
Clarin
Del pasado de Luisana Lopilato sabemos mucho. Que salió con Felipe Colombo, con Mariano Martínez y con Pico Mónaco, por caso. Del que no conocemos tanto es de su flamante esposo, Michael Bublé, pero fue él mismo quien decidió navegar por su historia.
Para ubicarnos, repasemos: el canadiense, de 36 años, tuvo dos relaciones antes de conocer a Luisana. La primera, con Debbie Timuss, una actriz de teatro y cantante con quien se comprometió y estuvo en pareja hasta 2005. A ella le dedicó el álbum homónimo, Michael Bublé, y también It´s Time. Timmus apareció en el video Home y, tras la ruptura, él le dedicó el sencillo Lost.
Pero el dolor duró poco y ese mismo año, en los Premios Logie, conoció a la actriz británica Emily Blunt. Mirada va, mirada viene, se pusieron de novios. El 11 de julio de 2009, el amor llegó a su fin y terminaron “por incompatibilidad de agendas”. Desde julio de 2010, la actriz que ganó un Globo de oro en 2007 por La hija de Gideon, está casada con el actor de The Office, John Krasinski.
Bublé le confesó al periódico Daily Mail que la ruptura con Emily Blunt fue su culpa, debido a sus inseguridades, pero que el final del compromiso lo obligó a cambiar. ”Cuando se terminó -dijo-, estaba devastado. Me tomé tiempo para hacer terapia. Tuve que hacerlo. Sabía que si no cambiaba nunca sería feliz en mi propia piel. Fue lo peor que me sucedió en la vida, y también lo mejor”.
Michael también admitió que, con anterioridad, estuvo en relaciones abiertas y que disfrutó de la libertad sexual de tener más de una pareja, pero que la promiscuidad, más que beneficiar a una pareja, termina perjudicándola. El cantante señaló: “Estuve en relaciones abiertas. Me gustaban, pero no funcionaban. Alguien siempre sale lastimado. Son como el comunismo: en teoría algo bueno, pero en la práctica, terminan desmoronándose”.
¿Y Luisana? También mencionó su relación actual, tranquilos. “El amor tiene que ser desbalanceado. Es el juego. El hombre tiene que amar más que la mujer, así él siempre está de caza. Yo soy como un perro estúpido corriendo un auto”.
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