La actriz se sinceró y habló sobre las críticas que recibió esta año, sobre su vuelta al teatro y su apoyo al Gobierno
Este año, Florencia Peña protagonizó y produjo una polémica ficción que dio que hablar. No por su calidad artística, ni por su fabuloso rating. Más bien todo lo contrario: la comedia Sr y Sra Camas, en Canal 7, pocas veces llegó a los 2 puntos de rating. Ella fue acusada de usar su militancia pro Gobierno para acceder con su productora al canal y de gastar plata de fondos públicos para acciones privadas, como una fiesta de lanzamiento. Nada logró asustarla. A punto de arrancar una temporada de verano en Villa Carlos Paz, como protagonista de la obra Cuando Harry conoció a Sally , Florencia se defiende y explica todo.
-Se habló mucho de vos, pero te volcaste a un bajo perfil inédito...
-Es que empecé a sentir que podía tener una carrera sin necesitar las cosas que había necesitado antes. Dejé de hacer tapas de revistas, dejé de mostrar a mis hijos. Me parece que no necesito mostrar a mis hijos para mostrarles el amor que siento por ellos. Hice tapas embarazada, hice tapas con ellos. Hice de todo...
-¿Te arrepentís?
-No, fue una época de mi vida. Ahora hace dos años que no hago nada.
-¿Pero te siguen proponiendo ese tipo de notas?
-Sí, cada vez menos porque saben que no las hago. A mí me gusta ser actriz, toda la periferia empezó a aburrirme y a generarme angustia. Que todo el mundo hable de mí y opine, que todo el mundo se fije qué me hice, qué no me hice, si estoy más flaca, más gorda.
-Igual siguen hablando.
-Totalmente. Pero prefiero que me señalen porque soy más auténtica que antes que por ser condescendiente con el medio. Ya no quiero más eso. No quiero salir en la tapa de una revista para que la gente diga: Ay, mirá, está en el candelero. Yo no quiero estar en el candelero: yo quiero actuar. No quiero ser una actriz de moda.
-¿Y por qué lo hiciste cuando lo hiciste?
-Porque creí que lo necesitaba. Pero no era real. Recién ahora la gente está más cerca de conocerme. Antes yo me mostraba hipergraciosa, eso no quiere decir que yo no sea así, pero es una pequeña parte de quién soy. Yo no soy todo el tiempo eufórica. Ni tampoco estoy todo el tiempo hablando de política, de mi ideología...
-¿Cuál es exactamente esa ideología de la que hablás?
-Yo apoyo claramente el modelo de este Gobierno. Yo lo salí a defender cuando nadie lo hacía, cuando arrancó el conflicto con el campo. Pero eso no significa que yo tenga la verdad.
-¿Por eso decís que no sos ultra K?
-Lo digo porque pienso que no todo lo que hace el Gobierno es genial. Está bueno ser un poco crítico. Cristina es una mina a la que yo admiro profundamente, es una mujer que me genera mucho respeto. Pero supongo que ella debe tener sus falencias como cualquier ser humano, como vos, como yo. No hay que endiosar las situaciones. Para mí, éste es lejos el mejor Gobierno que tuvimos por un montón de razones que las explico todos los domingos en Tiempo Argentino , desde hace más de un año. Y seguiría apoyando estas políticas aunque no vinieran de la mano de Cristina.
-¿A qué políticas te referís?
-A las políticas de inclusión. Todo lo que tiene que ver con el ingreso universal por hijo, toda la reinversión que hubo en educación, todo lo que pasa con la ley de medios.
-Los actores fueron muy beneficiados por este Gobierno.
-Más o menos. Yo hoy pago más impuestos que nunca. Los actores estamos complicados impositivamente porque no tenemos relación de dependencia, pero tampoco somos monotributistas. Pagamos impuestos como si estuviéramos en relación de dependencia pero no tenemos ni vacaciones ni aguinaldo. Entonces, si un año estoy sin trabajo, me gasto mis ahorros en impuestos. Yo con el gobierno de Menem gané mucha más plata que con el de Néstor y Cristina. Lo que sí hicieron ellos es lo que tiene que ver con la ley de intérprete. Nosotros éramos repetidos en la tele sin cobrar nada.
-¿O sea que te viene bien que repitan Casados con hijos ?
-Más o menos, ya no sé qué decir al respecto. Es una cosa que no se puede entender las veces que lo repitieron. Está bueno, así la gente me recuerdan graciosa, como quiere... No, en serio: yo básicamente me dedico al humor y voy a seguir haciéndolo. Este año hice un programa de humor. Está bien, en un canal que no tiene prácticamente audiencia y menos a la hora que íbamos nosotros. Un canal que recién está creciendo, que es la tercera ficción que produce y encima nuestra ficción fue la primera que se produjo adentro del canal y ahí estuve haciendo comedia. Entonces, deberíamos poder separar a la persona del personaje. La gente debería poder, si le gusta lo que hago, separar lo que yo pienso como ciudadana de lo que yo doy como actriz. Porque mi trabajo no cambia porque yo apoye a Cristina Kirchner.
¿Cuál es el balance que hacés de Sr y Sra Camas ?
-La ganancia no es para afuera, es personal y es la satisfacción que te da haber podido producir una tira. No deberle nada a nadie, haber armado un grupo, haber defendido a muerte el proyecto.
-¿Cómo viviste el bajo rating?
-La gente del canal nos dijo en las primeras reuniones que tuvimos: "¿Ustedes entienden que si hacen dos puntos son Gardel? En general, acá se oscila entre 0.8, 0.5, un punto... No hay mucho más que eso. Nosotros sabíamos a lo que nos exponíamos.
-Quizás pensaste: "A mí me va a ir mejor, voy a hacer 4 puntos".
-No... Si hubiera sucedido el milagro, sí, pero el rating es muy matemático. A Casados con hijos el primer año le fue remal. Por el horario, porque el canal estaba atravesando un momento difícil y los mismos capítulos que ese año habían hecho muy poco rating en la repetición hicieron casi 30 puntos, en un mejor horario, en un canal más fuerte. Hay que entender que ni los éxitos ni los fracasos nos pertenecen. Yo soy quien soy, con éxitos y fracasos a cuestas. Eso no me retira el talento, no me quita lo ganado. Lo que yo tengo para dar es infinito mientras yo esté viva.
-¿No te sube la autoestima tener más rating?
-Depende de dónde vos pongas lo importante. Yo iba muy contenta a Canal 7 a grabar. Estaba trabajando con amigos, nos divertíamos mucho. Y pudimos hacer un programa que en otro lugar no podríamos haber hecho. El problema era de los periodistas que querían que yo estuviera amargada. Y si vos me preguntás, claro que me gustaría que me vaya bien, pero cuando me fui a Canal 7 de alguna manera estaba corriéndome de un lugar. Yo descreo absolutamente de que el rating me pueda dar mi jerarquía actoral. Cada vez que encaro un proyecto lo hago porque me va a dar algo artísticamente, si no no lo agarro.
-¿Cómo terminó la cosa con Sr y Sra camas ?
-Yo como productora no gané un peso, quedé empatada. Un puchito habrá que poner.
-¿Por qué se habla de negociado?
-Y, porque se ha robado mucho. Hoy estar en Canal 7 es otro cantar. Y lo mío fue una coproducción, ellos pusieron los fierros y yo puse lo artístico. Ibamos mitad y mitad. En Canal 7 es muy difícil meter publicidad. Nosotros se lo vendimos a Uruguay y ahí recuperamos un poco. Pero fue un riesgo enorme.
-¿Aceptaste hacer Cuando Harry conoció a Sally para recuperar lo que perdiste?
-No. Yo siempre hice teatro comercial. Si me hubiese ido a hacer una obra del under, estarían diciendo que me oculto o vaya a saber qué. Llevo 30 años haciendo lo que hago. Y estoy en boca de los demás porque es un trabajo público y porque llegué a un lugar donde la exigencia es muy grande. En un momento llegaron a decir que yo era la sucesora de Susana Giménez, sin siquiera preguntarme si a mí me interesaba. Yo hago lo que tengo ganas y algunos eso lo ven como un ataque al sistema. No entienden por qué me salí del sistema.
-Quizás piensan que nadie te llama.
-Bueno, no es así. Tengo un montón de proyectos, me ofrecieron trabajar con Marley en Telefé, el año que viene voy a hacer una obra con Daulte producida por Pablo Kompel... ¿qué te puedo decir?
-¿Es verdad que lloraste cuando terminó Sr y Sra Camas , que te peleaste con las autoridades del canal?
-Ehhh, lloré muchas veces, pero no porque estaba deprimida. Y también discutí con la gente del 7, pero como discutí muchas veces con Claudio Villarruel. También dijeron que gasté cinco mil pesos en una torta y eso es mentira. Cinco mil novecientos pesos costó todo el catering, con la ambientación, para la fiesta de lanzamiento. Y se lo dí a mi hermana para que lo hiciera porque yo lo iba a pagar y porque ella es una genia. Si lo hubiera pagado el canal, nunca hubieran aceptado que se gasten cinco mil pesos en una torta, porque ellos tienen un comité de gastos: para comprar un vaso diez personas tienen que poner la firma.
-¿Hubo momentos de tensión con Canal 7 o fue Disneylandia?
-Nada en la vida es Disneylandia. En Son de Diez hacíamos 40 puntos y yo la pasé pésimo. Pero no porque el programa era malo, sino porque yo era una adolescente que no sabía lo que quería. Y en millones de situaciones me ha pasado que para afuera parecía que estaba todo bien y a mí había cosas que me daban tristeza. En este caso fue igual, como en cualquier trabajo, pero para nada fue como dijeron. Yo no estuve deprimida, ni me fui a los gritos, ni lloré como se dijo. No entiendo tanta maldad conmigo. ¿Qué les molesta de mí? ¿Qué diga lo que pienso? ¡Bánquensela! Si no me creen, hagan terapia.
-La sospecha es que apoyás al Gobierno para que te banque económicamente los proyectos o que usás la militancia para conseguir espacios.
-¿Cómo sería? ¿Me pasan un sobre debajo de la puerta? ¿Me lo depositan en una cuenta? ¿Cuánta plata me tendría que dar un Gobierno para que yo me inmole por él? ¿Y cuándo ese Gobierno se vaya, yo qué hago? ¿Y los treinta años que yo llevo actuando? Ni yo soy una muerta, ni soy una mina que empezó ayer... Tuve un contrato de seis meses en Canal 7, que se terminó. No es que tengo un cargo, ni que me quedé en la Comisión Directiva. ¿No tengo derecho a trabajar en Canal 7? Y si yo no tengo derecho, ¿quién tiene derecho? Ya estoy cansada de dar explicaciones. Piensen lo que quieran. Mal que les pese a algunos, voy a seguir actuando. Pero ya no tengo ganas de seguir sentándome en el banquillo de los acusados para que me peguen por mis ideas, porque ya está claro lo que pienso. Y si a alguien le genera odio mi persona, que se haga ver.
-¿Cómo es tu actual relación con el Gobierno?
-Yo no tengo relación con el Gobierno. Nunca fui a ningún búnker. Cuando fue la muerte de Néstor y yo fui a 678 , estaba muy angustiada con lo que había pasado ¡y me tuve que bancar cada estupidez! Y el día de las elecciones, dije: "No quiero exponerme". Estábamos refelices con mi marido, así que nos fuimos a la plaza.
-La fantasía es que tenés el celular de Cristina y la llamás seguido.
-¡Nada que ver!
-Además, te parecés mucho físicamente.
-Yo no me veo parecida, me parece que me quieren ver parecida.
-¿Por qué aceptaste hacér esta nota con LA NACION, teniendo en cuenta tus críticas?
-Porque creo en el pluralismo y digo, ¿por qué vamos a censurarnos por pensar distinto? LA NACION no piensa como yo, pero eso no tiene nada que ver. Y agradezco mucho el gesto de llamarme para una nota. Yo soy una actriz y un diario, más allá de que sea una empresa, tiene la obligación de mostrar lo que pasa en el mundo. Es raro que deje de mostrar lo que hace una actriz porque no está de acuerdo con ella ideológicamente. Y yo soy una realidad argentina.
Quiero morirme con mi marido
Varias veces se dijo y se publicó que Peña y su marido, el músico de jazz Mariano Otero (dos hijos, Tomás y Juan), se habían separado "Si cada vez que uno tiene una crisis la va a exponer... Todos pasamos por momentos mejores, peores. La vida está llena de esos momentos. Pero si ponés la lupa en lo malo, dejás afuera lo bueno. Nosotros tenemos los vaivenes de las parejas normales y nos tenemos un amor enorme. Estamos por cumplir 10 años juntos. Yo aprendí muchas cosas con él. Mariano fue el primer hombre que me dijo: "Yo quiero construir algo profundo con vos". Me cambió mucho. Es un tipo que me potenció de una manera extraordinaria. Lo admiro profundamente. Pelea por lo que él quiere, no transa. Yo quiero morirme con Mariano, pero no te puedo firmar eso acá."
LA NACION
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