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Tomás Yankelevich habla de la programación exitosa de Telefé

"Nosotros lo que estamos intentando es que la gente se enganche con lo que queremos contar.


Estuvimos todo el año pasado trabajando para hacer programas, sean de ficción o no, que estén cerca de lo que le pasa al público y de lo que quieren mirar. Y eso es lo que estamos haciendo", dice Tomás Yankelevich, director de programación y producción de Telefé, y si la frase suena a declaración de principios es porque lo es. En febrero de 2011, cuando al director y productor le ofrecieron el cargo que alguna vez había sido de su papá, Gustavo Yankelevich, aceptó con una certeza en mente, un objetivo claro: devolverle al canal una programación apta para toda la familia. Para eso empezó a trabajar en marzo del año pasado, pensando en lo que vendría mientras todos los de afuera, la prensa, el público, la competencia, lo observaban de cerca, esperando ver qué hacía el joven de 33 años y pura estirpe televisiva con la emisora que estaba detrás de El Trece, su eterno rival.
"Desde que entramos, pensamos en la programación de 2012, en lo que venía, más allá de que obviamente cuando agarrás un avión a 10.000 metros tenés que tratar de que se mantenga a esa altura. Entonces estábamos con un ojo puesto en que el avión siguiera andando y poniendo el foco en este año", recuerda, con una sonrisa que seguramente ahora le sale un poco más naturalmente porque los plazos le dieron la razón y 2012 lo inauguró como líder del rating, un puesto que ya sostuvo tres meses. Claro que para la industria de la TV diez meses de preparación es una eternidad. Para la televisión tres meses son una vida entera, la diferencia entre la continuidad o la extinción de un programa. Así de sencillo y así de complicado.
"Lo ideal hubiera sido que me llamaran con un año y medio de anticipación para armar lo que a mí me gustara, pero eso no existe. Lo que tenía la gestión anterior -con Marisa Badía al frente- estaba muy bien, por algo el canal se pudo sostener, pero tal vez no tenía la impronta que nosotros queremos tener. Es una cuestión subjetiva, de la visión que tiene cada uno. Había varios programas que armaron ellos, como El hombre de tu vida y el caso de Susana (Giménez), que fueron bárbaro. Aunque estaba planeado que ella hiciera el programa una vez por semana, ahí pudimos intervenir y logramos que saliera todos los días. Aunque es algo que ella había prometido no hacer más. Le hicimos incumplir su promesa y la verdad es que fue un gran éxito para el canal. Eso fue algo que pudimos hacer y básicamente acercarnos a la gente", dice Yankelevich, y está claro que ese acercamiento es un punto clave, casi una obsesión en su agenda y en la de ese "nosotros" inclusivo que utiliza para repasar su gestión por primera vez en una entrevista. Dice que por su cabeza y la de los integrantes de su equipo ronda siempre la misma pregunta: "¿Cómo nos acercamos a la gente? Esa es la búsqueda".
Tal vez de esa idea fija haya surgido el especial que se verá esta noche Todos juntos 2012, en el que todas las figuras del canal, de la emblemática Susana a la nueva adquisición, Mirtha Legrand, pasando por Guillermo Francella, Julián Weich, Florencia de la V y Nancy Dupláa, celebrarán la nueva programación de Telefé en vivo y para disfrute del público que ahora los elige. Pero lo que pasará mañana nunca se sabe. No hay mapas ni brújulas lo suficientemente exactas para determinar hacia dónde querrá mirar el espectador televisivo, criatura elusiva si las hay.
"Fórmulas no hay. Uno sí puede analizar cómo se fue manejando el público en las diferentes épocas. Hoy con la penetración del cable hay una oferta muy distinta a la que nosotros tenemos y nos dimos cuenta de que en ciertos horarios había un espectador de cable al que podíamos captar. Más allá de eso, hay cosas que no se explican mucho. ¿Cómo puede ser que una ficción comoDulce amor, que originalmente estaba pensada para la tarde, funcionó a la noche", se pregunta y se contesta el programador. Todo se resume a reuniones con el equipo, a unos capítulos que convencían tanto a la gente de Telefé como al productor Quique Estevanez, y a las películas de la tarde que conectaron tan bien con el público -otra vez la bendita conexión-, que no había forma de moverlas. "Hubo una oportunidad de probar y la prueba fue muy positiva y el programa hoy es uno de nuestros éxitos", detalla Yankelevich, que también se entusiasma hablando de Graduados , casi un destilado perfecto de la programación familiar que tanto buscaron y buscan. Así apuesta que ocurrirá con las ficciones y los entretenimientos que vendrán como La voz argentina , el gran reality de talentos que están preparando con paciencia y con un ojo en la competencia. Aunque sin exagerar. "Decir que no miro la competencia sería una hipocresía. Los miramos y hasta aprendemos de ellos porque trabajan muy bien, pero en el desarrollo de nuestra programación buscamos para adentro y pensamos en qué es lo que le puede llegar a gustar a la gente y hacerlo de la manera más popular posible y con nuestra identidad." Otra declaración de principios del director de programación que decidió poner su oficina en una de las tantas sucursales de Telefé en Martínez, más precisamente en el lote donde funcionan los talleres, donde se hace el trabajo que nadie ve para que después lo vean millones en pantalla. Lo mismo que hace Tomás, el Yankelevich 2.0 de este Telefé.

(La Nacion)

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