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Graduados "El sueño de volver a vivir un pasado feliz"

PERFIL compartió la grabación en la que Dupláa tuvo su “primera vez” con Cáceres. En la “oficina”, Macedo, Leyrado, Gil Navarro y Urtizberea organizan el próximo casamiento.



                El sueño de volver a vivir un pasado feliz




La rutina diaria de Nancy Dupláa y Luciano Cáceres se diferencia mucho de la de un simple oficinista. Ingresan a sus camarines de Teleinde cerca de las 8 de la mañana para maquillarse, vestirse y convertirse en sus personajes, Loli y Pablo de Graduados. Los protagonistas cuentan que realizan diez escenas diarias como mínimo, llevan adelantada casi una docena de capítulos, y por lo general abandonan los estudios con destino a sus casas cerca de las 19. “No estoy viviendo en Villa Domínico. Sería una locura. Estoy en Palermo. Me levanto temprano, llevo a mi hijo mayor (Luca) al colegio, y empalmo para venir a grabar. La ida y la vuelta al trabajo las disfruto muchísimo, ya que es el único momento en que estoy sola. Disfruto de esa soledad, de mis pensamientos. Mis tres hijos van a colegios distintos, entonces Pablo (Echarri) se encarga de Morena y Julián. Es un quilombo, pero nos las arreglamos”, cuenta Dupláa. “Vivo en zona norte, cerca del canal –suma Cáceres–. Me levanto muy temprano, desayuno muy bien con la familia y parto. Siempre tengo las primeras escenas y me quedo hasta el final. Con Gloria (Carrá, su mujer) laburamos de lo mismo y sabemos en qué momento estamos. Nos turnamos en nuestro rol de padres. Quizás tengo tres horas de bache, me organizo y paso a buscar a la gorda (su hija Amelia) por el jardín y mi mujer se encarga de pagar los impuestos”.  

Detrás de escena. PERFIL compartió un día con los protagonistas de la ficción más vista (ver recuadro), que grabaron en exteriores en la UTN de Pacheco, caracterizados como en los 80, y según está marcado en el guión es el capítulo 45, que en teoría se verá el 28 de mayo. Allí, tras un día de picnic con sus compañeros de colegio, Loli accede a los insistentes pedidos de Pablo, en ese momento su novio adolescente, para concretar la primera vez. Todo sucede detrás de unos arbustos tapados con frazadas que preparó el muchacho. Los rodean 25 personas y seis extras, y sólo se captura con una steadicam. En la segunda pasada, Pablo “la Chancha” Ambrosini, director de exteriores, le pide a Dupláa que camine más rápido, “que parezca más caliente”. Mientras, una delegada del Sutep, gremio de los extras, se acerca al fotógrafo y le comenta: “Miren que no pueden sacarles fotos a los extras; no tienen permiso de imagen; si no, tienen que pagar”. En la siguiente toma, con oficio, experiencia y sin equivocarse la letra, los actores terminaron con aplausos incluidos. “¡Dios mío! Las cosas que hacemos”, dice entre risas Dupláa, y remarca la buena energía que predomina en el set todos los días: “Con Luciano nos llevamos muy bien. Tenemos plena confianza. La convivencia es divertida, no parece un trabajo, tanto con los que estamos delante de cámara como los que están detrás”, sostiene Nancy, que en una impasse aprovecha para charlar sobre inseguridad con Ambrosini y armarse un sándwich de jamón y queso en pan francés que estaba destinado a simular el picnic. “Con esto es suficiente. Ya no almuerzo”, explica la actriz pasado el mediodía. En medio del backstage, se pone a hacer jueguitos con una pelota, y un asistente, irónico, dice: “La movés mejor que Pablo”.
Ya de regreso en los estudios de Martínez, y tras parar una hora para almorzar, compartieron una escena en las oficinas de la empresa MAC CAN con Juan Leyrado, Isabel Macedo, Paola Barrientos, Violeta Urtizberea y Juan Gil Navarro. La buena onda se mantiene, claro que con epicentro en Dupláa: ella estimula las buenas vibras en Graduados. Tanto, que uno de los técnicos de sonido hizo un tema dedicado a la actriz y lo pasaron por los altavoces apenas ingresó al estudio.
El tema, con ritmo pegadizo casi en son de cumbia, dice: “Nancy Dupláa/ qué buena y linda que estás”. Todos, absolutamente todos, largaron las carcajadas. “El otro día traje a mis hijos, la pasamos muy bien, y les dije: ‘Miren que en general los trabajos no son así. Uno en el trabajo no la pasa tan bien como yo’. Quiero enseñarles que tienen que hacer sacrificios, y que la vida pasa por otro lado”, analiza.
Volver al futuro. Luciano dice que le encanta lookearse como en los 80, y que el primer día que estuvieron todos caracterizados no pararon de reírse. “A mí no me lleva tanto tiempo de maquillaje, vestuario y peinado. Quizás unos veinte minutos entre las extensiones y el tatuaje cuando estoy en musculosa o con el torso desnudo”, revela el actor, que en poco tiempo comenzará los ensayos de la obra Macbeth en el Teatro San Martín. “La música de esa época nos marcó a todos, quedó en nuestras experiencias de vida; automáticamente escucho un tema y tengo recuerdos, es una época importante en la formación de mi generación”, agrega.
El viernes se vieron las imágenes en las que emularon participar en Feliz Domingo, experiencia que le llegó mucho a la protagonista: “Fue hermoso. Con Paola Barrientos escuchábamos la canción del programa y se nos hacía un nudo en la garganta y mucho más, porque estábamos compartiendo el set con Soldán. Yo miraba el programa y también Grandes Valores del Tango, acompañada de mi papá. Cuando estamos todos juntos caracterizados la pasamos muy bien, se arma una química y una empatía muy fuerte que traspasa la pantalla”. Luciano completa: “La gente pide flashbacks de los 80 y se los estamos dando. Nosotros trabajamos para ellos”.
Los líderes de Graduados coinciden en que no tienen una cuenta en Facebook (“no curtimos esa onda”), y que carecen de contacto con sus compañeros de la secundaria, pero saben que es una matriz importante para que la ficción tenga tantos seguidores de entre 35 y 45 años: “No podemos escapar al fenómeno actual de internet –reconoce Dupláa–, uno pone el nombre de alguien que no vio por mucho tiempo y aparece qué estudió, dónde trabaja, estado civil, etc., y creo que los autores y Sebastián Ortega y Pablo Culell la pensaron muy bien desde esa idea”. Mientras camina hacia el motorhome, se saca la vincha, saluda a cada uno de los técnicos de exteriores y, antes de subirse, cuenta que su relación con Ortega es casi frecuente porque “nos vemos cara a cara; si tengo una duda lo llamo, y quizás antes eso no me pasaba. Para un actor eso es muy importante”. Y sostiene que también tiene línea directa con Tomás Yankelevich, gerente de programación de Telefe: “Levanto el teléfono y me escucha ante cualquier duda. Es un tipo cercano y atento. Así vale la pena venir a trabajar todos los días”.
 

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