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Luciano Castro: “Los desafíos me vuelven loco”


Tenía previsto volver a la pantalla el año que viene, pero Adrián Suar le adelantó el regreso: será, junto a Celeste Cid, protagonista de “Sos mi hombre”, la tira que El Trece estrenará el martes para reconquistar el rating.




 Reconoce que está soltero, se define en un puñado de frases y admite que le gusta competir. Perfil de un apasionado.
Tenía pensado estudiar música, pasar más tiempo con su hijo, anotarse en diferentes cursos asociados con la actuación. Tenía pensado -y firmado- volver a la televisión el año que viene, tras haber sido la punta de lanza de los Herederos de una venganza . Pero lo que tenía pensado se diluyó cuando Adrián Suar lo llamó al celular para pedirle que adelantara el regreso. Y, tipo agradecido, Luciano Castro, que en ese momento andaba caminando por la calle, se sentó en el primer bar que encontró, “me pedí un feca , miré a mi alrededor y lo único que pensé fue‘soy un privilegiado’ . Y dije que sí. Y acá me tenés”. Como si el ring fuera el escenario perfecto para que El Trece pueda dar batalla en la lucha por el rating, desde el martes se pondrá los guantes para protagonizar Sos mi hombre , junto a Celeste Cid, la carta con la que el canal jugará mano a mano con Graduados (Telefe), el nuevo imbatible de la TV.
“Después de 20 años de estar trabajando y de infinidad de tiras, siento que vuelvo a empezar. Por un lado, no quería hacer tele por ahora y, por el otro, no puedo dejar de pensar que estoy reemplazando a un amigo, porque a las nueve y pico de la noche tendría que estar él haciendo Lobo (se levantó a mediados de mayo). No me cabe mucho esto, pero sé que es trabajo y Gonzalo (Heredia) también lo sabe. Pero hablo de la cosa sentimental, de ‘qué bajón, che’ . En realidad, ésa es una frase que digo siempre que algún colega se queda sin laburo. Pero acá me pegó más, porque se trata de un amigo”, confiesa uno de los tres Valientes , sobre otro de los tres Valientes .
¿Lo hablaste con él antes de aceptar la propuesta?
Obvio, Gonza, Mariano (Martínez, el que faltaba del trío) y yo somos muy amigos. Con Gonza hablamos, nos reímos, nos puteamos, nos adoramos, todo en el mismo asado, olvidate.
Cae la noche en Don Torcuato, atrás quedó la grabación de la tira que debutará pasado mañana a las 21.30 (irá de lunes a viernes), y, con unas gotitas de aceite anti stress sobre la piel, se entrega a la charla, con esa actitud que lo caracteriza. La del fervor, la de la pasión para defender sus causas, la de las palabras claras, la del actor que es uno más aunque lo hayan marcado como ‘el elegido’ de este año. No le gusta despegarse del pelotón del equipo.
Una gorrita, ropa de gimnasia, los pies sobre una de las sillas del camarín, una botellita de agua y los ecos que llegan por el televisor sobre los Juegos Olimpícos que terminaron el domingo. Con ese tema como banda sonora, surge la figura narrativa del que entra a la cancha para intentar dar vuelta el resultado.
Es como si llamaran al “Luifa” Scola (crack del equipo argentino de básquet) en el tramo clave de un partido...
Pobre Scola, estás siendo terriblemente injusta con él. Que no lea esto, porque en la comparación pierde como loco. Es muy sencillo, yo tenía un contrato firmado y lo hicieron valer ahora, nada más. Pero ni héroe ni nada que se le parezca. Con todas las limitaciones que pueda tener como actor, yo soy un convencido de que si no las suplo con trabajo, con sacrificio, con dedicación y concentración, no sirvo. Dejo todo. Y si estoy mal con algo en la vida, dame cinco minutos, me reviento la cabeza contra la pared y vengo, nadie se va a enterar. Aquí estaré, concentrado. Es la única forma en que yo comprendo el trabajo.
‘¿Querés laburar bien? Bueno, dejá todo, si no, quedate en tu casa’.
Lo cierto es que te llamaron porque no funcionaron las dos tiras del horario central: ni “Lobo” ni la segunda temporada de “Los únicos”. ¿Este escenario genera presión? 
No, para nada. Pol-ka tiene un estilo de trabajo que no te hace sentir presión. Bueno, Sebastián (Ortega), con quien trabajé en Lalola y El tiempo no para, es igual: ‘La presión dejámela a mí’ . Adrián va al frente, pone el pecho él, es muy seguro, se hace cargo y después vemos si las cosas no salen. El tiene una frase conmigo que es muy graciosa… Me pide que yo sea un líder positivo. Y mirá por qué tipo de gente estoy rodeado ahora… no hace falta liderazgo de nada.
Pero sabés que van a estar a la misma hora de “Graduados”, que ya supera el rating de “ShowMatch”…
Lo sé, pero nadie nos habló de números, te lo juro. A mí Adrián me enseñó una cosa bárbara: cuando teníamos Herederos… y Pablo (Echarri) preparaba El elegido (el año pasado, por Telefe), Suar estaba esperando el día en que fuera al aire para salir al cruce directo. Yo eso no lo hubiera hecho ni loco. El lo hizo y no perdimos en todo el año con El elegido . Y acá vamos a cruzar a Graduados y esas cosas me encantan. Los desafios me vuelven loco.
Graduados es un muy buen producto, no lo sigo, pero ya me doy cuenta por las promos. Es muy difícil competirle a una tira tan instalada y tan bien hecha como ésa, pero apuesto a ésta, en campo de batalla, como Cabral, soldado heroico. Me preocuparía si no tuviéramos con qué. Le diría ‘Me estás mandando al muere’.
Quiero dejar algo bien claro: no quiero que le vaya mal a Graduados , quiero que nos vaya bien a los dos. Quiero sumar gente.
Se apasiona, lo que viene lo motiva, la competencia lo seduce y la figura de Sebastián Ortega lo lleva al recuerdo: “Sebas me llamó para El tiempo... y me dio el protagónico de Lalola (junto a Carla Peterson). Cómo no voy a desear que le vaya bien. A mí me enseñaron a ser agradecido. Y a no olvidar”.
Los valores con los que fue criado sobrevuelan la charla, los consejos de su madre, las palabras de su padre, el amor por su hijo (Mateo, de 10 años), los dichos de su abuela: “En este caso ella diría que me llamaron porque ‘Más vale malo conocido que bueno por conocer’.
La abuela era lo más”.
Castro milita en las ligas de la demostración afectiva, lo dimensiona en el abrazo apretado, en el guiño a la chica que le ordena el camarín, en la complicidad con un compañero. Es, como pediría Suar, un líder positivo, aún cuando no trabaja. Las entrevistas no son, tal vez, las zonas de su oficio que más le gustan, pero cuando acepta un mano a mano abre su manual de estilo, rico en gestos y figuras narrativas. Como cuando, a cuento de una pregunta, claro, reconoce que está “soltero” -se separó de la actriz Sabrina Rojas- y que, en términos de ánimo, “la voy llevando. Yo voy para adelante, soy un torito: no escuché la campana, no escuché la cuenta de diez, no vi la toalla… ‘Estás parado, te late el corazón, andá, seguí andando’.
Palabras de mi padre”.
Sabe generar climas. Sabe entrar y salir de los temas. De su vida privada no habla, pero se las ingenia para hacerse entender.
Y de su vida pública habla más en función de equipo que de protagonista: “El de esta tira me hace acordar mucho al elenco de Lalola , con Carlita, con Rafael Ferro, con Luis Ziembrowski, con todos... Son esos elencos que te pueden hacer una comedia en la tele como un (Anton) Chéjov en el San Martín. Acá, para donde mirás, tenés actorazos. Entonces ¿qué? ¿Me la voy a creer? En mis comienzos he tenido personajes de Hombre 1Hombre 2 . Y no me puedo olvidar de eso, no debo olvidarme de eso”.
Está por subir al ring para convertirse en ‘Ringo’ y se acuerda de los dichos de su padre.


Clarin.com

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