La actriz, protagonista de Mi problema con las mujeres, recuerda que el éxito de su personaje de Yo soy Betty, la fea nunca fue un peso para ella.
Mi problema con las mujeres debutó en el mejor momento de Telefe en este 2012. Con un prime time caliente, el unitario fue programado por Tomás Yankelevich después del éxito de Graduados, y de esta manera, según Ibope, promedió 21,1 puntos de rating, derrotando a Sos mi hombre y ShowMatch, de El Trece. El formato peruano que compró Mariano Martínez (incurre por primera vez como productor televisivo) encuentra en Ana María Orozco la cuota latina acorde a la estética del programa que fue vendido a más de cuarenta países y que además posee guiños y secuencias (como la voz en off) típicas de las series de los Estados Unidos. “La respuesta en la calle fue maravillosa. Estamos muy contentos, pero debo decir que nunca en mi carrera me preocupé en mirar las planillas de rating o en mirar a la competencia”, confiesa la actriz colombiana, de 39 años, quien supo lograr popularidad internacional en 1999 por su personaje de Betty Pinzón en la telenovela Yo soy Betty, la fea.
—¿Conocías a Martínez? ¿Cómo te llegó la propuesta?
—El año pasado hice una participación en Los Unicos, donde grabé unas escenas con Mariano, y la verdad es que pegamos muy buena onda. En ese momento me comentó que estaba armando un proyecto personal que finalmente se pudo concretar. Se animó a producir y es un halago que me haya convocado. Es una persona seria para trabajar y buen compañero. Si tengo que pedir una opinión, lo charlo más con el director Daniel De Filippo y con el coach Leo Bosio, con quienes tengo empatía.
—¿Te animarías a producir tu propia novela?
—No. Tampoco me puse a pensarlo porque considero que me desempeño mejor acompañando los proyectos que haciéndolos.
Orozco lleva siete años radicada en Buenos Aires. Se casó en 2005 con el músico argentino Martín Quaglia, a quien conoció dos años antes en un bar de Nueva York. Tienen dos hijas, una de 8 y otra de 2. “Me vine a vivir aquí en plan personal. Formé mi familia y ser madre me cambió la vida. Estoy feliz. Los argentinos siempre me hicieron sentir cómoda”, confiesa, y cuenta que “me encantan el mate y el asado”. Sobre si pensó en pedir la nacionalidad, contesta: “Sí, lo pensé en algún momento. Sé que con Colombia se puede tramitar. Yo tengo mi vida arraigada acá y me siento argentina”. Pero en estos años de residencia, Orozco no se quedó sólo en su rol de madre. Grabó la versión para su país de Amas de casa desesperadas y Mujeres asesinas, en Pol-ka (“Suar es muy respetuoso”) y participó en la película Ratón Pérez. “La manera de trabajar en Argentina es diferente que en Colombia y otros mercados que conocí –explica–. Son grandísimos profesionales, muy preparados y de mucha capacidad. Y es por eso, además del beneficio por el cambio de la moneda, que muchas producciones se realizan acá, como sucedió con Amas de casas desesperadas y Mujeres asesinas”.
—¿Creés que te perjudicó en algún momento el personaje de Betty Pinzón?
—No. Para nada. No es que llevo un peso, creo que marcó muchísimo mi carrera y quizá sí existe una expectativa de parte del público que vuelva a hacer referencia a ella. Tampoco es fácil encontrar un personaje como en su momento fue Betty... Todos piensan que me hice millonaria. No eran mis derechos, y recién en 2010 en Colombia se promulgó la Ley de Intérpretes, por lo que antes no me vi beneficiada económicamente. Los productores y el canal fueron quienes recaudaron realmente. Yo me desligué por completo para dedicarme a ser madre, que es lo que me hace más feliz.
—El año pasado hice una participación en Los Unicos, donde grabé unas escenas con Mariano, y la verdad es que pegamos muy buena onda. En ese momento me comentó que estaba armando un proyecto personal que finalmente se pudo concretar. Se animó a producir y es un halago que me haya convocado. Es una persona seria para trabajar y buen compañero. Si tengo que pedir una opinión, lo charlo más con el director Daniel De Filippo y con el coach Leo Bosio, con quienes tengo empatía.
—¿Te animarías a producir tu propia novela?
—No. Tampoco me puse a pensarlo porque considero que me desempeño mejor acompañando los proyectos que haciéndolos.
Orozco lleva siete años radicada en Buenos Aires. Se casó en 2005 con el músico argentino Martín Quaglia, a quien conoció dos años antes en un bar de Nueva York. Tienen dos hijas, una de 8 y otra de 2. “Me vine a vivir aquí en plan personal. Formé mi familia y ser madre me cambió la vida. Estoy feliz. Los argentinos siempre me hicieron sentir cómoda”, confiesa, y cuenta que “me encantan el mate y el asado”. Sobre si pensó en pedir la nacionalidad, contesta: “Sí, lo pensé en algún momento. Sé que con Colombia se puede tramitar. Yo tengo mi vida arraigada acá y me siento argentina”. Pero en estos años de residencia, Orozco no se quedó sólo en su rol de madre. Grabó la versión para su país de Amas de casa desesperadas y Mujeres asesinas, en Pol-ka (“Suar es muy respetuoso”) y participó en la película Ratón Pérez. “La manera de trabajar en Argentina es diferente que en Colombia y otros mercados que conocí –explica–. Son grandísimos profesionales, muy preparados y de mucha capacidad. Y es por eso, además del beneficio por el cambio de la moneda, que muchas producciones se realizan acá, como sucedió con Amas de casas desesperadas y Mujeres asesinas”.
—¿Creés que te perjudicó en algún momento el personaje de Betty Pinzón?
—No. Para nada. No es que llevo un peso, creo que marcó muchísimo mi carrera y quizá sí existe una expectativa de parte del público que vuelva a hacer referencia a ella. Tampoco es fácil encontrar un personaje como en su momento fue Betty... Todos piensan que me hice millonaria. No eran mis derechos, y recién en 2010 en Colombia se promulgó la Ley de Intérpretes, por lo que antes no me vi beneficiada económicamente. Los productores y el canal fueron quienes recaudaron realmente. Yo me desligué por completo para dedicarme a ser madre, que es lo que me hace más feliz.
Chavez, Darin y la exigencia
El unitario Mi problema con las mujeres comenzó a grabarse a fines de julio y está previsto que finalice en octubre, con una totalidad de 13 capítulos.
—¿Viste televisión de Argentina?
—En mis dos primeros años no miré absolutamente nada. Después sí empecé a ver cosas que me gustaron muchísimo, como Tratame bien, y este año sigo Graduados. La televisión argentina es muy buena, de gran nivel.
—¿Qué colegas te gustan?
—Julio Chávez, Ricardo Darín y Mercedes Morán. Creo que son grandes intérpretes. Disfruto viéndolos actuar.
—En Canal 9 repusieron Yo soy Betty, la fea y el lunes pasado se estrenó Mi problema con las mujeres, ¿te gusta verte en los trabajos que hacés?
—No. Yo hago mi trabajo y regreso a casa. Además, soy muy exigente, tal vez demasiado, y siempre siento que podría haber hecho mejor mi trabajo. Pero confío más en las devoluciones y en las palabras de cariño que la gente me retribuye en la calle.
—En mis dos primeros años no miré absolutamente nada. Después sí empecé a ver cosas que me gustaron muchísimo, como Tratame bien, y este año sigo Graduados. La televisión argentina es muy buena, de gran nivel.
—¿Qué colegas te gustan?
—Julio Chávez, Ricardo Darín y Mercedes Morán. Creo que son grandes intérpretes. Disfruto viéndolos actuar.
—En Canal 9 repusieron Yo soy Betty, la fea y el lunes pasado se estrenó Mi problema con las mujeres, ¿te gusta verte en los trabajos que hacés?
—No. Yo hago mi trabajo y regreso a casa. Además, soy muy exigente, tal vez demasiado, y siempre siento que podría haber hecho mejor mi trabajo. Pero confío más en las devoluciones y en las palabras de cariño que la gente me retribuye en la calle.
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