Este año en la tele no existe una fórmula para ser primero en el rating; por eso, los ciclos apelaron al factor sorpresa.
Así, tanto Tinelli como “Graduados” van haciendo camino al andar. Y lo que rinde, se repite.
¿Cuál es la clave del éxito en la tele? Quién sabe. Quizás la fórmula radique en ensayo y error. Porque lo que le gusta al público este año tal vez ya no sea así la temporada siguiente.
Lo cierto es que este 2012 que está llegando a su fin, resultó un año “de pruebas”. Sin grandes novedades para la tele, las pocas sorpresas pasan por sentir el sabor de lo inesperado. Y en ello, “Graduados” y “ShowMatch”, los dos éxitos del año, concentran sus fuerzas.
El programa de Marcelo Tinelli tiene acostumbrada a la platea a romper con la rutina poniendo, por ejemplo, a bailar a un productor (Peter Alfonso), a un boxeador (Maravilla Martínez), a un custodio (“Tito” Esperanza) o a una modelo sueca devenida en bailarina y futbolista (Alexandra Larsson). Ya a nadie le sorprende que un día el conductor decida que en el certamen de baile de Ideas del Sur no se baile, y que en su lugar saque a Charlotte Caniggia a comer pizza (foto) para terminar la noche haciendo una “Maratón de tacos y pelucas”. O que otro día se invente un partido de fútbol en la arena y, al poco tiempo, le esté dedicando un programa entero al “Torneo fútbol playa 2012”.
“Graduados” no se queda atrás y trae una catarata de novedades casi a diario a su ficción. Su arma es el cambio de roles; es decir, poner a actuar a caras conocidas que nada tienen que ver con la actuación. Charly García, Fito Páez, Germán Paoloski, Silvio Soldán, Viviana Canosa, Juan Pablo Varsky o Andy Kusnetzoff -quien incluso se volvió permanente en la tira-, son sólo algunos de los nombres que le aportaron el factor sorpresa a la producción de Underground.
Tan necesario es salirse del guión este año que las producciones, e incluso los personajes, se van sintiendo, saliendo o quedando, según lo que pasa con ellos una vez al aire.
Se dijo en principio que los flashbacks (foto) en “Graduados” habían sido pensados para contar historias de contexto en los primeros capítulos, pero resulta que con el tiempo se volvieron el gran argumento para justificar cualquier inclusión -léase persona, lugar o situación ochentosa- que permita atraer audiencia a base de la novedad de ver a alguien haciendo algo que nunca hizo.
Anónimos o famosos, los “invitados o participantes especiales” han pasado a ser las vedettes de la tele 2012. Como en otra época lo han sido las modelos, los mediáticos, las vedettes... Lo que vale ahora es el carisma. Y que rinda. Porque si rinde -una situación o una persona-, se repite. Lo que no, afuera (¿todavía se acuerdan del “shampein” de Charlotte?).
Los tiempos de la tele son rápidos y crueles. Y si bien todavía no se ha descubierto la fórmula del éxito, este año se entendió que si el público se sorprende, se queda.
Así, tanto Tinelli como “Graduados” van haciendo camino al andar. Y lo que rinde, se repite.
¿Cuál es la clave del éxito en la tele? Quién sabe. Quizás la fórmula radique en ensayo y error. Porque lo que le gusta al público este año tal vez ya no sea así la temporada siguiente.
Lo cierto es que este 2012 que está llegando a su fin, resultó un año “de pruebas”. Sin grandes novedades para la tele, las pocas sorpresas pasan por sentir el sabor de lo inesperado. Y en ello, “Graduados” y “ShowMatch”, los dos éxitos del año, concentran sus fuerzas.
El programa de Marcelo Tinelli tiene acostumbrada a la platea a romper con la rutina poniendo, por ejemplo, a bailar a un productor (Peter Alfonso), a un boxeador (Maravilla Martínez), a un custodio (“Tito” Esperanza) o a una modelo sueca devenida en bailarina y futbolista (Alexandra Larsson). Ya a nadie le sorprende que un día el conductor decida que en el certamen de baile de Ideas del Sur no se baile, y que en su lugar saque a Charlotte Caniggia a comer pizza (foto) para terminar la noche haciendo una “Maratón de tacos y pelucas”. O que otro día se invente un partido de fútbol en la arena y, al poco tiempo, le esté dedicando un programa entero al “Torneo fútbol playa 2012”.
“Graduados” no se queda atrás y trae una catarata de novedades casi a diario a su ficción. Su arma es el cambio de roles; es decir, poner a actuar a caras conocidas que nada tienen que ver con la actuación. Charly García, Fito Páez, Germán Paoloski, Silvio Soldán, Viviana Canosa, Juan Pablo Varsky o Andy Kusnetzoff -quien incluso se volvió permanente en la tira-, son sólo algunos de los nombres que le aportaron el factor sorpresa a la producción de Underground.
Tan necesario es salirse del guión este año que las producciones, e incluso los personajes, se van sintiendo, saliendo o quedando, según lo que pasa con ellos una vez al aire.
Se dijo en principio que los flashbacks (foto) en “Graduados” habían sido pensados para contar historias de contexto en los primeros capítulos, pero resulta que con el tiempo se volvieron el gran argumento para justificar cualquier inclusión -léase persona, lugar o situación ochentosa- que permita atraer audiencia a base de la novedad de ver a alguien haciendo algo que nunca hizo.
Anónimos o famosos, los “invitados o participantes especiales” han pasado a ser las vedettes de la tele 2012. Como en otra época lo han sido las modelos, los mediáticos, las vedettes... Lo que vale ahora es el carisma. Y que rinda. Porque si rinde -una situación o una persona-, se repite. Lo que no, afuera (¿todavía se acuerdan del “shampein” de Charlotte?).
Los tiempos de la tele son rápidos y crueles. Y si bien todavía no se ha descubierto la fórmula del éxito, este año se entendió que si el público se sorprende, se queda.
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