Angelina Jolie fue una adolescente rebelde. La separación de sus padres impulsó aún más su afán por mostrarse como una niña mala. Ya de joven admitió públicamente que no le interesaba tener más que una relación “cordial” con su progenitor, luego de que él dijera en televisión que su hija tenía “problemas emocionales”.
Sin embargo, antes de los tatuajes, los feroces cambios de look y el descontrol, hubo una niña tierna en Jolie, y una buena relación con su padre. Esa relación la llevó a debutar en la pantalla grande a los siete años, en 1982, en un film protagonizado y escrito por Jon Vight: Lookin' to Get Out. Allí, la joven actriz era Tosh, la hija del personaje principal, Patti (Ann-Margret). También hizo una aparición en esa película su verdadera madre, Marcheline Bertrand.
Desde entonces, si bien su papel era chico, la comedia significó su primera apareció en un film, además del único que la unió en pantalla con sus dos padres. Ahí comenzó a brillar la estrella que recién tuvo su gran protagónico en 1995, con el film Hackers, mientras comenzaba a despegar también su carrera como modelo.
A poco del debut de Angelina como directora, con la película de In the Land of Blood and Honey, mirá su primer papel en cine. ¿Qué te parece?
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