Tita Merello se sumó a la larga lista de mujeres que fueron interpretadas por Julieta Díaz, quien aceptó el desafío para “Historia Clínica”.
“Fue difícil porque la gente la conoce mucho y está muy impregnada en la cultura argentina”, afirma.
¿Qué tienen en común Ada Falcón, Norma Arrostito, Eva Duarte, Claudia Villafañe y Tita Merello?... Además de ser mujeres con mayor o menor importancia en la historia argentina, todas fueron interpretadas por Julieta Díaz.
La última en sumarse a esta lista fue Tita, a quien Julieta debió estudiar para representarla -en su época de juventud y esplendor- para el capítulo de mañana de “Historia clínica” (Telefé, a las 23.30). “Cuando estaba haciendo mi participación en “Graduados”, en Underground (productora de ambos ciclos) me dijeron de hacer a Tita. Yo me estaba por ir de vacaciones, pero como sólo eran dos días de rodaje, entonces acepté. Me tiré el lance y a la vez me di un gusto de cantar un tema suyo”, comenta.
¿Qué relación tenías con la figura de Tita Merello?
_La conocía de las películas, de los tangos, un gran personaje. La admiro y le tengo mucho cariño. Me dio pena no tener más tiempo para prepararla porque es una parada difícil, la gente la conoce mucho y está muy impregnada en la cultura argentina. Tratamos de respetar su espíritu, no se trataba de hacer una caricatura. Yo particularmente traté de encontrar esa energía que tenía Tita en mí.
¿Investigaste sobre ella para interpretarla?
_Vi películas, videos, la escuché mucho, charle con Felipe Pigna (conductor del ciclo), conversamos entre todos, ahí aparecieron varias anécdotas, y después exploré en internet. Tengo pocas escenas igual. Dos son con Mike Amigorena, quien interpreta a Luis Sandrini, y después canto “Llamarada pasional”, que le dedicó a Sandrini. Preparé la canción con Esteban Morgado, quien toca la guitarra en la escena.
¿Tiene algo de especial ponerse en la piel de mujeres reales?
_Me fascina interpretar a mujeres que derivan de una persona real y encima son parte de nuestra historia. Es interesante porque uno puede investigar y verlas. Igual, sin faltar el respeto, para mí siempre son personajes. De alguna manera la preparación es la misma a cuando hacés a un personaje ficticio, pero acá contás con más disparadores. Y después cada uno le imprime lo suyo. Por eso por más que uno trabaje con la misma información, cada actriz y director va a lograr una Eva o una Tita diferentes. Además, me apasiona porque me transporto a otra época, a otro contexto histórico. Todo cambia y es muy divertido. Y sumale que en la Argentina no se realizan tantas representaciones de época porque cuestan mucho.
¿Qué mujer de la historia te gustaría interpretar que aún no hayas hecho?
_Quiero hacer a todas (risas). Cualquiera que sea parte de la historia argentina tiene algo interesante. Este tipo de personas es agua en el desierto para los actores. Por ejemplo, en un momento, Felipe Pigna estaba con un proyecto sobre la historia de Mariano Moreno y tenía la idea de que yo hiciera a su mujer, Guadalupe Cuenca. En esa época era posible porque yo tenía 25 años y Guadalupe, cuando murió Moreno, recién entraba en los 20. Ahora ya no me da la edad. Hay muchas mujeres que me gustaría, pero no tengo una en especial.
De todas estas mujeres, sólo Claudia Villafañe está en condiciones de darte una devolución. ¿Lo hizo?
_La familia Maradona fue muy respetuosa pero no estaban de acuerdo con la película (“La mano de Dios”). Unos días antes de empezar a grabar me invitaron a “La noche del diez”, el programa que tenía el Diego. Me la crucé, pero ella, muy sincera, me dijo que no estaba de acuerdo. Ni siquiera me dio para decirle ‘¿nos podemos tomar un café?’ (risas). Me hubiera encantado trabajar con ella. Después sé que vieron la película pero no les gustó y no recibí ninguna devolución. Tampoco la espero.
“Fue difícil porque la gente la conoce mucho y está muy impregnada en la cultura argentina”, afirma.
¿Qué tienen en común Ada Falcón, Norma Arrostito, Eva Duarte, Claudia Villafañe y Tita Merello?... Además de ser mujeres con mayor o menor importancia en la historia argentina, todas fueron interpretadas por Julieta Díaz.
La última en sumarse a esta lista fue Tita, a quien Julieta debió estudiar para representarla -en su época de juventud y esplendor- para el capítulo de mañana de “Historia clínica” (Telefé, a las 23.30). “Cuando estaba haciendo mi participación en “Graduados”, en Underground (productora de ambos ciclos) me dijeron de hacer a Tita. Yo me estaba por ir de vacaciones, pero como sólo eran dos días de rodaje, entonces acepté. Me tiré el lance y a la vez me di un gusto de cantar un tema suyo”, comenta.
¿Qué relación tenías con la figura de Tita Merello?
_La conocía de las películas, de los tangos, un gran personaje. La admiro y le tengo mucho cariño. Me dio pena no tener más tiempo para prepararla porque es una parada difícil, la gente la conoce mucho y está muy impregnada en la cultura argentina. Tratamos de respetar su espíritu, no se trataba de hacer una caricatura. Yo particularmente traté de encontrar esa energía que tenía Tita en mí.
¿Investigaste sobre ella para interpretarla?
_Vi películas, videos, la escuché mucho, charle con Felipe Pigna (conductor del ciclo), conversamos entre todos, ahí aparecieron varias anécdotas, y después exploré en internet. Tengo pocas escenas igual. Dos son con Mike Amigorena, quien interpreta a Luis Sandrini, y después canto “Llamarada pasional”, que le dedicó a Sandrini. Preparé la canción con Esteban Morgado, quien toca la guitarra en la escena.
¿Tiene algo de especial ponerse en la piel de mujeres reales?
_Me fascina interpretar a mujeres que derivan de una persona real y encima son parte de nuestra historia. Es interesante porque uno puede investigar y verlas. Igual, sin faltar el respeto, para mí siempre son personajes. De alguna manera la preparación es la misma a cuando hacés a un personaje ficticio, pero acá contás con más disparadores. Y después cada uno le imprime lo suyo. Por eso por más que uno trabaje con la misma información, cada actriz y director va a lograr una Eva o una Tita diferentes. Además, me apasiona porque me transporto a otra época, a otro contexto histórico. Todo cambia y es muy divertido. Y sumale que en la Argentina no se realizan tantas representaciones de época porque cuestan mucho.
¿Qué mujer de la historia te gustaría interpretar que aún no hayas hecho?
_Quiero hacer a todas (risas). Cualquiera que sea parte de la historia argentina tiene algo interesante. Este tipo de personas es agua en el desierto para los actores. Por ejemplo, en un momento, Felipe Pigna estaba con un proyecto sobre la historia de Mariano Moreno y tenía la idea de que yo hiciera a su mujer, Guadalupe Cuenca. En esa época era posible porque yo tenía 25 años y Guadalupe, cuando murió Moreno, recién entraba en los 20. Ahora ya no me da la edad. Hay muchas mujeres que me gustaría, pero no tengo una en especial.
De todas estas mujeres, sólo Claudia Villafañe está en condiciones de darte una devolución. ¿Lo hizo?
_La familia Maradona fue muy respetuosa pero no estaban de acuerdo con la película (“La mano de Dios”). Unos días antes de empezar a grabar me invitaron a “La noche del diez”, el programa que tenía el Diego. Me la crucé, pero ella, muy sincera, me dijo que no estaba de acuerdo. Ni siquiera me dio para decirle ‘¿nos podemos tomar un café?’ (risas). Me hubiera encantado trabajar con ella. Después sé que vieron la película pero no les gustó y no recibí ninguna devolución. Tampoco la espero.
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