“Ayudame Señor… Ya no sé qué más hacer con este amor que me debilita la vocación”.
Así Tomás (Martínez) busca en la oración esa paz que tanto ansía para su convulsionado corazón. No puede resistirse a lo que siente por Esperanza (Espósito). Pero ha elegido otro camino, el de la entrega espiritual, al que no puede renunciar…
Así Tomás (Martínez) busca en la oración esa paz que tanto ansía para su convulsionado corazón. No puede resistirse a lo que siente por Esperanza (Espósito). Pero ha elegido otro camino, el de la entrega espiritual, al que no puede renunciar…
El Obispo será su gran confidente, el único conocedor de la encrucijada que enfrenta el cura. Sin embargo, solo Tomás es responsable de la decisión final, esa que oprime e inunda el pecho de temor.
Mientras tanto, Esperanza está desbordada de angustia y desazón por mantenerse alejada de su amado. No puede dejar de pensar en él. La Hermana Clara (Toscano) será su gran apoyo en este difícil momento.
Pero el destino -¿casualmente?- volveráa unirlos en el barrio en el cual el convento colabora.
Las miradasalgo esquivas; las palabras, un tanto distantes. Los corazones, palpitando a ritmo acelerado. Ambos no saben cómo manejar la situación.
El cura siente que la joven lo persigue. Y se lo hace saber.
Ella, acongojada, decide alejarse. Y caminará, caminará sin rumbo.
En un impulso, Tomás saldrá tras ella, la tomará del brazo y, una vez frente a frente, la besará apasionadamente…Por supuesto, Esperanza no podrá resistirse a ese enorme gesto de amor…
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