La intérprete de Samantha Jones confiesa que pasaba más tiempo con el equipo de la serie que con quien hoy es su tercer ex marido.
Independiente, segura, desinhibida, adicta al sexo, graciosa, audaz. Samantha Jones era eso y mucho más. El sensual personaje de la serie Sexo en Nueva York no solo encumbró la carrera de la actriz británica Kim Cattrall, también le costó el divorcio de su tercer esposo, Mark Levinson, a los seis años de casarse. Así lo ha revelado la intérprete, de 60 años, en una sincera entrevista a news.com.au.
“Me costó mi matrimonio porque nunca estaba en casa. Nunca estaba ahí y mi esposo estaba solo y muy molesto, fue realmente duro”, ha confesado. Según explica, al final pasaba más tiempo con el equipo de la exitosa serie, protagonizada por Sarah Jessica Parker, que con su propia familia.
La actriz se casó con Levinson en 1998 y poco después ella obtuvo el papel que le dio la fama internacional. Ella reconoce que su personaje no es nada más alejado a su verdadera personalidad, más recatada y tranquila. Y aunque el personaje terminó con su matrimonio en 2004, Cattrall ha asegurado en varias ocasiones que no se arrepiente de haber aceptado el trabajo. “Disfruté mucho. Fue divertidísimo. Pero, mirándolo en perspectiva, creo que la reacción que provocó fue un signo de que los tiempos habían cambiado [la crítica la llamó ofensiva, xenófoba, sexista, vulgar, idiota e indignante]”, dijo a la revista Vanity Fair.
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