El imaginario popular ensaya la teoría de que los grandes actores aceptan o rechazan propuestas. Que raramenteproponen , que raramente dicen ‘Quiero estar ahí’ . Y más aún cuando se trata de televisión argentina. Pocos casos se han conocido de figuras que hayan admitido públicamente su deseo de participar en programas ajenos. Sin embargo, en medio de ese mapa vanidoso, Cecilia Roth, consagrada actriz con proyección internacional, no duda en confesar su ‘ sueño de una noche de verano’ ... que el invierno le cumplió. Y hoy, entonces, es una pieza clave en el complejo entramado de El elegido (a las 23, por Telefe), el programa del que, al principio, era simple espectadora.
Buena entrevistada, sabe de perlas al momento del relato. Sabe contarlas. “Era verano, estaba en casa y empecé a ver esta novela con mucha curiosidad. Tenía bastante data por María (Carámbula) y por Leticia (Bredice), lo que esuchaba ya me gustaba. Y cuando vi el programa por primera vez me atrapó de entrada. Me pareció un lugar muy apetecible para entrar un rato. Entonces, creo que al mes de estar al aire -comenzó el 17 de enero-, les mandé un mensaje a las chicas, pero muy ingenuamente, para nada estratégico, que decía ‘Me encanta el programa, me encanta cómo están y me encantaría participar’.
Eso n o quería ser más que una expresión de deseo, para nada un pedido encubierto. Y a mis espaldas, o sin mi conocimiento, mejor dicho, se lo comentaron a Pablo (Echarri) y a Martín (Seefeld) -productores y actores del ciclo- y ahí empezó a surgir la posibilidad de sumarme”.
La leyenda cuenta que, apenas ellos se enteraron de su devolución, se las ingeniaron para encontrarle un personaje significativo que valiera la pena el regreso. No sólo a la TV -a dos años del inolvidable Tratame bien que protagonizó junto a Julio Chávez en El Trece-, sino a 26 años de la única tira que había hecho en su vida: Extraños y amantes , en el viejo ATC, dirigida por María Herminia Avellaneda.
“Bueno, después de ese mensaje inicial, en marzo nos juntamos, tratando de ver cuándo era el momento factible para grabar. Yo tenía julio libre y no mucho más. Y de entrada acordamos que había que crear un personaje que fuera funcional a la novela, por un lado, y que, por otro lado, tuviera una historia personal interesante para desarrollar. Una cosa sin la otra no tenía sentido. Y así nació Victoria”, comparte, la periodista que hizo pie en la historia hace dos semanas y que se despedirá de la pantalla a fin de mes. En el medio, correrá unos cuantos velos, propios y ajenos, ya que su llegada no resulta para nada antojadiza.
Frente a una pechuga grillada y un puré de calabaza, en la intimidad de una sala sin testigos, a metros de donde los elencos de los otros progamas de Telefe se cruzan en las mesas del almuerzo, Roth reconoce que “no tenía ganas de que este año fuera dominado por una sola cosa. Porque si hacés temporada de teatro y tenés la suerte de que te vaya bien, tenés la mala suerte de que dure todo el año y no te queda mucho espacio para lo demás... O lo mismo pasa si hacés un unitario exitoso. La idea era combinar un poco de teatro, de cine y de televisión. Y se me está dando”.
En abril terminó de filmar Matrimonio , junto a Darío Grandinetti, la segunda película de Carlos María Jaureguialzo (el realizador de Tres pájaros ), que “ahora está en proceso de edición y sabía que a fin de año empezaría a ensayar La cabra , junto a Julio (ver El reencuentro de.) y, entonces, hacer algo en televisión era posible por esta época. Además, me gusta volver a la tele cada tanto”.
¿Cómo la estás pasando? Porque, según muchos actores, la tira tiene mala prensa...
La estoy pasando súper bien. Actoralmente siento que es un aprendizaje enorme. Uno de mis miedos era de qué manera y desde qué lugar orgánico, verdadero, creíble y creativo iba a poder hacer tantas escenas diarias de diferentes capítulos. Pensá que la otra vez que hice esto fue en el ‘85, recién llegada de España. Pero en esta tira hay un gran cuidado. Más allá de las historias, no fue tanta la diferencia entre el ritmo de Tratame bien y éste. Supongo que a lo largo de un año pueda resultar agotador, pero en un mes se hace muy placentero.
Resulta raro que en esta TV tan cuestionada alguien con tu trayectoria confiese su deseo de estar en un programa que no protagoniza...
Yo tengo la impresión de que en El elegido todos quieren estar. Debe pasar algo parecido con El puntero (El Trece), imagino. Lo que sí se ve y se siente es que hay muy pocos lugares para estar. Se hace cine con presupuestos bajísimos, hay muchas obras de teatro, pero no tanto público, y la buena ficción viene en cuentagotas. Por todo esto es que te digo que me siento absolutamente afortunada.
Ya sin las ropas de su personaje, hoy volará a Madrid junto a su hijo, Martín, en plan‘vacaciones de invierno’, en tierras donde reina el verano: “Tenía necesidad de viajar. Hace un año y medio que no veo a mi hermano (el músico Ariel Rot) y tenía ganas de un reencuentro. Allá también están mis viejos ahora, así que haremos mucha vida familiar con ellos, con mi cuñada, con mis sobrinos. Estoy entusiasmada”.
¿Te mueve algo volver a tu “otro” lugar en el mundo? Me mueve mucho, sí. Creo que llegaré a una España muy distinta, en un momento difícil (plena crisis socio económica europea). Necesario, posiblemente. Bah, qué sé yo, las cosas feas no son necesarias. Y en lo personal, llegaré con la tristeza y la desgracia de que se han muerto varios amigos cercanos allá en el último tiempo. Supongo que será todo muy movilizante.
¿Vas con pasaje de vuelta? Sí, por supuesto. Lo tengo marcado y Martín tiene que volver al colegio. Y yo a mis cosas.
Las vueltas le sientan bien.
Clarin.com
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