El actor recibió a Clarín en Beverly Hills Habló de “Larry Crowne”, que protagoniza con Julia Roberts, y dirige. Pero también se refirió a su frustrada visita a la Argentina para rodar “Triple frontera”
Tom Hanks luce en persona más canoso que como lo hace en la pantalla, pero con 55 años cumplidos el 9 de julio, se lo ve atlético y juvenil. Luce ropa sport en tonos beige y se apura por abrir la ventana de la habitación del hotel de Beverly Hills donde se entrevista con Clarín , para dejar entrar el aire fresco de la tarde y descansar del consabido aire acondicionado. Su hijo Colin lo acaba de hacer abuelo por primera vez y se lo ve feliz.
Este año Hanks preveía viajar a la Argentina, pero cambió de planes. “Iba a ser mi primera visita a Sudamérica, pero en un abrir y cerrar de ojos no hubo más dinero para hacer la película... fue una gran desilusión”. Tom habla de Triple frontera , el filme ambientado en escenarios de nuestro país en el que iba a ser dirigido por Kathryn Bigelow. “Que yo sepa, por ahora la película no se hace”, asegura. Confiesa que no sabe mucho de Buenos Aires, aunque recuerda que es la ciudad que su colega Robert Duvall visita seguido “por el baile y los caballos”. Hablando de educación, uno de los tópicos de su nueva película Larry Crowne , se sorprenderá al saber que los argentinos cuentan con universidad pública. “Así debería ser en todos lados”, felicita.
Quince años después de haber dirigido su primera película, Eso que tú haces! , Tom Hanks decidió que quería volver a ponerse detrás de las cámaras. Y no porque necesite reinventarse, como le pasa al protagonista de su filme, Larry Crowne . El actor reconoce que el guión, que coescribió con Nia Vardalos, estuvo pensado desde el principio para que tratase sobre un hombre que lo pierde todo menos el optimismo.
“Se trata de combatir el cinismo imperante, y de demostrar que nunca es tarde para abrir nuevas puertas, aunque ya seas una persona mayor”.
En la ficción de Larry Crowne , él interpreta al protagonista, un hombre común y corriente que ha pasado 20 años en la Marina como cocinero y lleva casi una década trabajando en la tienda U-Mart, en la que siempre lo eligen como el empleado del mes. Hasta que lo despiden por no tener posibilidades de ascenso ya que no tiene título universitario. O al menos eso es lo que le dicen. El tipo pierde su trabajo y se enrola para tomar clases en el Community College (una variante comunal, que es mucho más accesible que la carísima universidad estadounidense). Eso y la presencia de Julia Roberts como su partenaire. La actriz es aquí una profesora infelizmente casada que se desquita de su mal humor con unos margaritas caseros. A su vida aburrida llegará el alumno Crowne, un hombre que perdió su casa y decide vender su auto, comprarse un scooter Yamaha Riva 180 del ‘83 y reinventarse un futuro en el que ella puede formar parte.
¿Qué clase de director sos? ¿Eso es algo que tengo que decir yo? ¿No deberían decirlo otros? Creo que hice una buena película, espero que todos se hayan sentido relajados. Me gusta pensar que como actor que soy le doy a otros la oportunidad de mostrarse como actores. Y yo me encargo del resto. Les digo que confíen en que si no está bien lo que filmaron no lo vamos a usar, y si necesito otra cosa tendremos una linda conversación. Lo importante es que aparezcan en el set a horario y sepan lo que tienen que decir. Yo soy uno más. Aunque cuando estoy detrás de la cámara me llaman Mr. Hanks.
¿En qué se diferenció esta experiencia de tu debut como director en 1996? Cuando escribí y dirigí Eso que tú haces! puse una pasión tremenda, estaba tan preocupado porque saliera bien que por ahí pensaba que no tenía la secuencia que buscaba... Cuando en realidad la tenía. Ahora soy un director más paciente. Con Larry Crowne hice todo lo posible para no apurar nada. Y también aproveché mejor la alianza con los demás departamentos, incluyendo el elenco. Estuve más dispuesto a escuchar lo que tenían para decir en vez de dictaminar que se hiciera sólo lo que yo quería.
¿Escribiste el rol de la empleada del banco especialmente para tu esposa (Rita Wilson)? Le di el guión terminado y le dije que eligiera el rol que quisiera. No podía interpretar a Mercedes, porque estaba reservado para Julia Roberts, y tampoco a Talia, la compañera de universidad que lo ayuda a actualizarse... porque tiene 21 años. Digamos que tenía dos roles para elegir y ella eligió el que quiso.
¿Por qué no podía ser Mercedes? Porque todo empezó con la idea de que Julia iba a ser mi profesora. Pero no te preocupes, Rita no se quejó. La pasó muy bien o eso dijo al menos. Es una gran actriz.
Sostenés que tu país tiene que tener educación pública... Ahora decís que podés tener 50 y volver a la universidad... ¿Te obsesiona la educación? Lo más parecido a la educación pública o accesible es el community college , y si no fuera por esa educación terciaria no hubiera tenido ningún lugar adonde ir cuando cumplí 17 años. No tenía dinero. Y si no fuera por esa educación complementaria, a la que fui por 15 dólares la clase, no sé si estaría hoy aquí sentado hablando con vos. Me inscribí en clases de Drama y empecé a hacer teatro, y descubrí mi vocación. Sólo con educación te exponés a cosas nuevas. Porque podés descubrir una gran pasión y un gran talento que no se te había cruzado en tu camino, y eso te puede cambiar la vida. Sin eso, no entiendo cómo una sociedad puede existir.
El mensaje de tu película es que de algo muy malo puede salir algo muy bueno. ¿Lo decís por experiencia propia? Me parece que ésa es la manera en que funciona la vida, descubriendo cosas gracias a hechos fortuitos. He interpretado muchas variaciones de tipos inteligentes en otras películas y aquí hay algo maravilloso sobre un tipo de mi edad que puede decir “Este es el primer día de estudios universitarios y tengo miedo, estoy nervioso”. Normalmente no nos ponemos en ese tipo de posiciones vulnerables voluntariamente. Larry no tiene otra opción y si no hace eso no va a poder crecer en la vida. Que Julia Roberts sea la profesora es el elemento glamoroso que lo hace una película interesante.
¿Ella se preocupó cuando leyó el guión y descubrió que esta profesora bebía mucho? No, para nada. No creo que Mercedes sea alcohólica, ella es infeliz. Bebe mucho, sí, pero hay mucha gente que piensa “yo también llego a mi casa todos los días y me tomo un margarita, aunque quizás no de bería hacerlo”. Pero no es una película sobre alcoholismo, no es que ella esté tocando fondo... Es acerca de ese momento en la vida en que te das cuenta de que no estás moviéndote hacia adelante como deberías.
Todos sus directores hablan maravillas de la sonrisa de Julia, pero vos la hiciste sonreír poco. ¿Por qué? Es una pequeña gran sonrisa la suya, sin duda. En esta película Larry y Mercedes son dos personas grandes que han pasado momentos duros, es cierto que es espectacular cuando Julia sonríe, pero tiene que ser una sonrisa genuina, no puede estar ahí sólo porque es ella la que abre su boca. Al principio no la está pasando bien con su matrimonio y recién empieza a sonreír cuando se está sintiendo bien con ella misma.
La revista “Forbes” realizó una encuesta donde el público te eligió como la persona más confiable de tu país...
¿Y eso qué significa? Eso dice que bien podrías dedicarte a la política, como lo hizo Arnold Schwarzenegger, o planea hacerlo Alec Baldwin. ¿No pensaste en eso? (Se ríe) De ninguna manera. No confío en un actor que descansa en su popularidad para hacer política. Si querés ver algo bueno en esa encuesta te puedo decir que cuando se trata de promover lo mío, ya sea en cine o la televisión de la que fui responsable, nunca le mentí a nadie. Nunca dije (pone voz de vendedor de autos) “Esto es lo mejor desde que se creó la rodaja de pan...” Me he manejado siempre con la verdad. Y creo que de eso habla esa encuesta.
Clarin.com
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