Luego de enterarse de que Antonio (Luciano Castro) mantiene cautivo a Benicio (Benjamín Vicuña), Cosme (Sergio Surraco) decide vengarse y le dispara a quemarropa a su enemigo. La bala es certera y Antonio cae al suelo aparentemente muerto.
Satisfecho con su accionar, Cosme se reúne con Octavio (Rodolfo Ranni) para contarle “las buenas nuevas” pero, justo en ese momento, llega Antonio. Desconcertados, los villanos observan al hombre que volvió de entre los muertos dispuesto a ocupar su lugar como líder de la Logia, tal como lo dictan “las Sagradas Escrituras”.
Lo que todos desconocen es que en realidad Antonio nunca murió, sino que por precaución usó un chaleco antibalas bajo la ropa y eso le salvó la vida.
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