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Joaquín Furriel: "Con El Turco no me hago el gracioso... me sale la gracia"

Con un personaje inédito en su registro, logró que el desopilante boxeador que interpreta en “Sos mi hombre” se convirtiera en pieza clave de la historia. 

                                  




Tanto, que había acordado estar 50 capítulos, pero se va y vuelve. Cómo compone sus personajes, cuánto sabe de las princesas. Más que un galán.

Estaba más cerca del no, que del sí. No figuraba en sus planes trabajar en una tira este año, no le seducía como propuesta el simple rol del villano de la historia, que, además de malo, era boxeador, deporte del que desconocía todo. Pero, por esos días de dudas, una charla con Rodrigo de la Serna (su amigo y su compañero en Lluvia constante ) le hizo vibrar la cuerda del entusiasmo: “El, que se había preparado para interpretar a Ringo Bonavena, me dijo ‘Miralo a Naseem Hamed’y ahí me dio la llave del personaje. Cuando llegué a casa después de la función puse algunos de sus videos en Youtube y, viéndolo, me dieron ganas de estar en el programa. Es un boxeador muy histriónico, que tiene una manera muy particular de pelear. Y de provocar. Esa noche le vi gestos, le vi un tono expresivo muy interesante. Es un showman”. La descripción que Joaquín Furriel hace del británico ex campeón mundial podría aplicarse tranquilamente a ‘El Turco’ Nasif que compone en Sos mi hombre (a las 21.30, por El Trece).
Más actor que galán, en caso de que esas dos palabras fueran una antinomia, Furriel no trabaja de lindo. Ni de malo. Ni de nada que pueda definirse en una sola palabra. Ante cada proyecto, se sumerge en un universo complejo que lo lleva a averiguar -o a crear- los modos, el pasado, los vínculos o la humanidad de su futura criatura de ficción. Sea un clásico de la dramaturgia o una simple telenovela.
“A ‘ El Turco’ lo preparé con la misma intensidad que trabajé a Segismundo. Tanto aquella vez como ésta, fueron tres meses de mucha previa, de mucha composición”, compara el ex protagonista de La vida es sueño , la obra dirigida por el español Calixto Bieito que le permitió desplegar su arsenal de recursos. Como lo había hecho en Rey Lear , junto al enorme Alfredo Alcón. Como lo hace ahora en TV, en la tira con Luciano Castro y Celeste Cid, a la que se había incorporado como una participación especial por un puñado de capítulos, pero la magia de la ficción le cambió su realidad: ‘El Turco’ se convirtió en un personaje entrañable. Tanto, que ahora se va, como estaba previsto. Para luego volver, como no estaba previsto.
La historia detrás del personaje nace en medio de su negociación con El Trece. Cuando ya tenía definido su protagonismo -de tipo coral, junto a Julio Chávez, Griselda Siciliani y Darío Grandinetti- en el unitario de Pol-ka del año que viene, Adrián Suar lo convocó para ser la contrafigura de Castro: su rival en el ring y en la vida, ya que Nasif está en pareja con su ex (Eugenia Tobal) y es una suerte de sombra en su camino. Esos eran los días de los ‘que no, que sí’ , en los que la maldad del personaje no le alcanzaba para firmar contrato: “Yo empecé con los por qué. Nuestro trabajo crece con los interrogantes y con el tipo de respuestas que hay. Ahí, en la charla con Adrián y luego con el autor (Leandro Calderone) empezamos a encontrarle las capas a este tipo... Le encontramos humanidad. Resulta que la madre lo había abandonado de chico, muchas veces no mide lo que dice, es inimputable, está obsesionado con el hijo de Gloria (Tobal) y de Ringo(Castro), disfruta con la provocación, al mismo tiempo es tierno y desopilante. Y, de alguna manera, me llevó a pasear por el humor. Con ‘El Turco’ no me hago el gracioso… me sale la gracia”.
En un bar de Belgrano R, cerca del jardín de infantes al que va su hija, de cuatro años -ver El rey de las princesas… -, frente a una limonada con menta y un generoso tiempo sin límites, cuenta que la tira le cambió los planes en varios sentidos. Más allá de sus viajes diarios desde el Centro -donde vive solo, luego de su separación de Paola Krum- hasta los estudios de Don Torcuato (allí está la locación principal de la tira), tuvo que entrenarse en boxeo, prepararse físicamente y zambullirse en una dieta proteica que le dibujó otras formas a su cuerpo . “Cuando estaba por hacer a Segismundo también tuve una intensa preparación. Digamos, sin exagerar, que estaba para correr un triatlón. Y ahora me pasa lo mismo, siento que estoy en la forma que ‘El Turco’ necesita para poder ser verosímil”.
El bar se pobló de colegialas que miran de reojo, pero él se mueve como un parroquiano más que va cada tanto. Su atmósfera es únicamente la de la mesa sobre la que transcurre la charla. Habla apasionado, sostiene esa mirada clarita y, de vez en cuando, suelta alguna morisqueta del personaje que se instaló en la audiencia. “Ahora, con el diario de ayer, yo también digo ‘Qué suerte que lo agarré’.
Empecé a entender que tiene peso propio. Y debo decir que Luciano (Castro) me estimuló mucho para que haga lo que estoy haciendo. Es más, cuando le dije que se caía la película que yo iba a hacer en esta época del año, y por la cual me iba del programa después de 50 capítulos, me dijo ‘No me ilusiones’.
La cuestión es que regreso para mediados de noviembre, en que volveremos a pelear sobre el ring”.
Y a mediados de diciembre comenzará a saborear uno de esos gustos que más le gustan : trabajar junto a Alfredo Alcón. A tres años de haber hecho Rey Lear , en el Apolo, volverán a compartir escenario, esta vez con las maravillosas escenas de Final de partida , de Samuel Beckett.
“Una vez por semana, antes de mi función de Lluvia constante y antes de su función de Filosofía de vida , Alfredo y yo nos encon trábamos a tomar un café. En una de esas charlas surgió la necesidad y el deseo de ambos de hacer algo juntos. Le pedí que me dirigiera. Y él me cantó ‘retruco’ , porque no sólo va a dirigir, sino también a actuar. Un lujazo para mí”.
El estreno de la pieza está previsto para marzo, en la sala Casacuberta del Teatro San Martín. Para esa altura del año comenzará con las grabaciones de Farsantes , el unitario de Pol-ka (sobre un bufete de abogados) que dirigirá Daniel Barone, los miércoles a las 23.
Su agenda 2013 pinta agitada, tanto como la de esta recta final del 2012. Dice que llega cansado y punto. No es de los actores que hacen de las jornadas laborales un sacrificio imposible: “Yo vengo de una familia en la que está bien visto hacer bien el laburo que uno hace. Así de simple. ¿Cómo me voy a quejar por trabajar mucho?
‘¿Te cansás?’. ‘Bueno, macho, descansá de noche’.
Este es un oficio hermoso”. Lo suficiente como para que termine queriendo al malo de la historia.

Clarin

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