Asegura que los unipersonales lo pueden muchísimo. Y no es para menos, para el actor y director Carlos Belloso fueron un arma importantísima de trabajo durante muchos años.
Luego su campo laboral se amplió y, sobre todo, en las últimas temporadas se lo ha podido ver en el teatro oficial, El cordero de ojos azules ; el comercial: El H ombre Araña y Las brujas de Salem,o en televisión: Sos mi vida , Los únicos .
Hay algo además que al intérprete le sigue interesando sobremanera: participar del teatro alternativo. Allí se formó y desde ahí también se proyectó con el recordado dúo Los Melli (junto a Damián Dreizik). Cuenta que cuando finalizó la temporada de Las brujas de Salem decidió salir a ver espectáculos del circuito off y se encontró con experiencias que lo movilizaron mucho. "Es que quiero aportar, no dejar de formar parte de eso, necesito saber qué pasa en esos ámbitos que, además, es muchísimo."
Seguramente por eso en estos días Belloso, como director, está estrenando en Patio de Actores Intenso azul, una experiencia cuya dramaturgia e interpretación corresponden a Ana Clara Schauffle. Fue a ver un ensayo del trabajo y se ofreció "para ayudar". "Ese proceso me interesó mucho -cuenta Belloso-. El texto y la puesta estaban más o menos armados. Me atrapó sacarle el jugo a ese material. La gran dificultad del unipersonal es la actuación. Si no es fuerte decae todo, hasta una buena idea. Lo que hice, básicamente, fue tomar todas las imágenes intensas que aparecen en la obra y confrontarlas con ciertos conceptos filosóficos de Epicuro respecto del hedonismo, los miedos y el deseo. El espectador no va a ver esas relaciones, simplemente la actriz las carga sobre su espalda. En un unipersonal el público ve la punta del iceberg, lo importante es que sus raíces sean muy potentes."
La historia de Intenso azul en apariencia es muy simple. Una mujer abre su jardín para mostrarlo y mientras habla de él recuerda a un amor. El hombre en cuestión, ya fallecido, la obliga a dar pistas sobre un drama personal. Ella misma está ligada a esa muerte. La belleza de las imágenes se mezcla con una significativa intriga.
Así como cuando interpretó al pintor de El cordero de ojos azules , de Gonzalo Demaría, en el teatro Regio, Belloso se tiró el I Ching y ese acto resultó un gran disparador para recrear a sus personajes, ahora encuentra en Epicuro una cantidad de elementos que lo llevan a más y más reflexiones acerca de la conducta del ser humano. Narra esas experiencias con la misma normalidad, y hasta ingenuidad, con las que cuenta que lo fascinaba volar sobre la cabeza de los niños cuando interpretaba El H ombre Araña.
Artista muy versátil, Carlos Belloso sigue moviéndose por la ciudad en su amada bicicleta. Así se traslada de teatro en teatro. Del circuito alternativo vuelve a pasar al teatro comercial. Está ensayando junto a Germán Palacios, Peto Menahem, Jorgelina Aruzzi y Mercedes Funes la comedia francesa El problema es el nombre, de Alexandre de La Patellière y Mathieu Delaporte, con la dirección de Arturo Puig. Ese proyecto también lo entusiasma mucho. La define como una comedia muy graciosa que muestra a un grupo de amigos intercambiando posiciones. Entre ellos se llega a imponer una discusión social y habrá que ver a qué bando pertenece cada uno. "Parece muy para este tiempo en la Argentina", comenta riéndose el actor. El estreno está previsto para marzo.
"El teatro es mi laboratorio de trabajo -asegura Belloso-. En una producción grande o en una pequeña yo quiero estar. Nunca estoy parado, siempre me pongo en actividad. Es lo que necesito."
La Nacion
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